Con el título Un país por descifrar. Colombia, 1985-1987 la editorial de la Universidad de Antioquia recientemente publicó la antología de columnas de la profesora María Teresa Uribe (1940-2019). La obra reúne y clasifica una serie de columnas publicadas en el periódico El Colombiano. Haciendo uso de un lenguaje punzante, directo y audaz, la profesora, sin descuidar la profundidad de su perspectiva histórica y social, pasa revista por algunas de las principales coyunturas de un país indescifrable y asediado por la brutalidad de siete guerras, por la indiferencia de los “extraterrestres”, y por una violencia convertida en fetiche.
Acercarse a las columnas de la profesora María Teresa Uribe implica comprender el compromiso de una humanista que nunca se distanció de las grandes problemáticas de su tiempo.
Su inquebrantable defensa de los derechos humanos resulta excepcionalmente notable en años donde en el país campeaba una violencia sistemática, donde el esfuerzo de paz del presidente Belisario Betancur se desmoronaba ante el asecho de los enemigos nada agazapados de la paz, y donde las guerrillas, avanzando en su crecimiento estratégico e incurriendo en prácticas de canibalismo -como la descrita en la columna sobre la Masacre de Tacueyó-, se insertaban en una confrontación total con el paramilitarismo.
De las guerras que la profesora describe en la primerísima columna Las siete guerras y los extraterrestres (24 de junio de 1985) no se ha logrado superar ninguna; infortunadamente, en nuestro país la guerra se asemeja a una Hidra de Lerna. Cuando creemos que la hemos derrotado, con el esfuerzo contenido de varias generaciones, le surgen nuevas cabezas, nuevos motivos, nuevos “extraterrestres” que conducen a caminos de mayor atrocidad.
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Los mismos caminos que reconoció María Teresa Uribe, la columnista impetuosa y aguerrida, a la que no le temblaba la mano para señalarlos y cuestionar sus intenciones.
Sea esta la oportunidad para reconocer la profunda vitalidad de un pensamiento crítico que nunca se amilanó en momentos difíciles. Abogando por formar varias generaciones de intelectuales con profundo sentido humanista desde la soledad de la Universidad de Antioquia. Siempre con la firme convicción de que en la defensa de los derechos humanos se sustenta la verdadera democracia.
Enhorabuena por la editorial de la Universidad de Antioquia, y gracias a la autorización de Marta, Ana y Luis Hincapié Uribe, y del periódico El Colombiano, por permitirnos descubrir, redescubrir y descifrar el país de la mano de la profesora María Teresa Uribe, una excepcional columnista en tiempos de crisis.
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