El proceso electoral del 2022 estará definido por las coaliciones que se darán en los distintos sectores del espectro ideológico. Serán esas alianzas las que definan los candidatos que tengan más probabilidades de éxito de pasar a segunda vuelta.
Pero hay otros factores que influirán decisivamente en esas elecciones. Uno de ellos será la calificación ciudadana de la gestión del presidente Duque. Si la percepción mayoritaria es positiva, saldrá fortalecida la candidatura de la alianza construida alrededor de los partidos que hoy hacen parte de la coalición de gobierno. Si fuera negativa, las de izquierda tendrán muchas más posibilidades. De otra manera, que le vaya bien a Duque es fundamental para quienes creemos que es vital para el futuro de Colombia preservar la democracia, las libertades y la economía de mercado.
La apreciación de la gestión gubernamental ha sido fluctuante. Castigada con dureza al inicio, ha mejorado mucho con ocasión de la pandemia. Pero la percepción sigue siendo voluble, inestable. Y así se refleja en las encuestas aunque, hay que advertirlo, las que se hacen por esta época miden en particular las grandes ciudades y reflejan poco el país profundo.
Ahora bien, más allá de la evolución histórica, lo que pesará electoralmente será la imagen que se tenga del gobierno en el primer semestre del 22. Y esa percepción dependerá, salvo hechos extraordinarios (y el Covid19 nos enseñó que pueden suceder y en ocasiones efectivamente ocurren), de tres grandes temas, dos ligados directamente a la pandemia, la vacunación y la recuperación económica. El otro, la seguridad.
En la medida en que a los ojos ciudadanos este, el de Duque, es el gobierno de la pandemia, como el de Uribe fue el de la seguridad y el de Santos el de «la paz», si el programa de vacunación funciona bien, mucho habrá alcanzado. A estas alturas, y a pesar de la injustas críticas que se hicieron, está claro que el Ministerio de Salud compró bien y a tiempo las vacunas que se necesitan. Hay un portafolio variado que hace que no haya dependencia de un solo proveedor y que también permitirá, de acuerdo con las características de cada una de las vacunas, usar las adecuadas para cada grupo poblacional. Los riesgos son dos: uno, que hubiera demora en iniciar las inoculaciones y fallara la logística. Cada día cuenta en vidas y en economía. El otro está en la resistencia de sectores importantes de la población a ponerse la vacuna. Si no se consigue el volumen suficiente, no se obtendrá la indispensable inmunidad de rebaño. Y seguirá habiendo muchos enfermos y muertos, con grandes costos humanos y financieros. Es clave poner en marcha de manera rápida una campaña pedagógica que aclare mitos, falsedades y riesgos. Y el ejemplo es vital. Ayudará mucho que la gente pueda ver a Duque ponerse la vacuna.
Sobre la economía, que sufrió el año pasado su peor año desde que tenemos estadísticas, poco más hay que decir. Lo fundamental es generar tanto empleo y tan rápido como sea posible. Cerramos el 2020 con una tasa de desempleo de 15,9%, 5,4 puntos más que en el 2019, 1.296.000 desempleados más, para terminar en 3.816.000. Como en Colombia estar desempleado está directamente relacionado con la pobreza, la mejor política social, muy por encima de la extensión de la red estatal de protección, es la generación de empleo. El gobierno debe enfocar todos sus esfuerzos en esa dirección.
Y tiene que tener especial cuidado con la reforma tributaria en ciernes. Es verdad que el déficit fiscal es enorme, también el mayor de la historia, pero antes de castigar con nuevos impuestos o más altas tasas a empresas y ciudadanos, ya muy castigados con la crisis, debe actuar con imaginación y creatividad, emprender una reforma de austeridad y reducción del gasto y hacer un combate más efectivo contra la ilusión y la evasión.
Finalmente, por cuenta de la cuarentena, las cifras de delitos del año pasado son incomparables. Aún así, se percibe un deterioro de la seguridad ciudadana y la tragedia del narcotráfico está ardiendo como nunca. Si no se replantea la estrategia, heredada de Santos y sin cambios, no saldremos adelante.
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