Lo de Medellín es dramático

El alcalde Quintero será recordado por ser el alcalde que revolucionó a la ciudad, pero para mal”.


La Medellín actual da la sensación de ser una ciudad caótica, sin rumbo y llena de inestabilidad; la ciudad que durante tantos años fue ejemplo de resiliencia, pujanza, buen gobierno, parece cosa del pasado. El alcalde Quintero en lugar de ser protagonista por los logros de su administración y preocuparse por dejar un legado positivo, será recordado por ser el alcalde que revolucionó a la ciudad, pero para mal. El mal manejo que le está dando a EPM; la renuncia masiva de varios secretarios de su gabinete; su errática gestión con la pandemia y sus alianzas con padrinos de la rancia política, cuando se hizo elegir como independiente e “Hijo del Tricentenario”, engañando a sus electores, dan cuenta de su turbulenta administración. No sólo pierde él como político para sus futuras aspiraciones, sino Medellín.

En medio del desespero que mantiene por hacer grandes anuncios, cae en el error de que la mayoría de estos se queden en promesas incumplidas. La semana pasada, el ex subsecretario de Ambiente de Medellín, Camilo Quintero Giraldo, que le renunció a esta administración en julio de 2020, rompió su silencio en Twitter diciendo que “El Alcalde de Medellín le está haciendo mucho daño a la ciudad. Es la peor combinación en la gestión pública: inexperiencia, soberbia, corrupción y mentira” (ver). Agrega: “la famosa Ecociudad es una farsa. No les importa la ciudad ni la naturaleza, les interesa sus negocios particulares y partidistas” (ver).

Una muestra de sus tantas mentiras fue que en campaña prometió elegir al gerente de EPM con una firma cazatalentos. No ocurrió así. Con el escándalo que se le armó cuando le pidió la renuncia a Álvaro Guillermo Rendón como gerente de EPM, nombró provisionalmente a Mónica Ruiz Arbeláez quien ejercía como Vicepresidente de Estrategia y Planeación. La semana pasada comenzó un escándalo sin precedentes: nombró en propiedad a Alejandro Calderón Chatet quien, en menos de 8 días, ante el malestar ciudadano por su nombramiento, decidió renunciar al cargo. En teoría, Calderón Chatet sí fue “fichado” por una firma cazatalentos, pero La Silla Vacía reveló que la firma no es tan independiente, al parecer, los dueños son cercanos al ex gobernador Luis Pérez y a Mauricio Tobón quienes tienen alta ascendencia sobre el Alcalde de Medellín (ver informe de La Silla Vacía); adicional, el hasta hace poco directivo de EPM mintió sobre sus títulos académicos: dijo que era MBA de la Universidad de Harvard, cuando en realidad hizo un curso de extensión; y confirmó haber estudiado una Maestría en Francia que aún no tiene validada en Colombia. Su corto paso por la empresa de servicios públicos más grande del país fue más que caótico.

La suspicacia que generó el nombramiento de Calderón Chatet no es por revanchismo político, el senador Santiago Valencia reveló que, en agosto del año pasado, Tigo inició un proceso de selección para contratar al Auditor General de la empresa, un rol similar al de un VP; el alcalde Quintero propuso incluir dentro del proceso, llevado por la firma cazatalentos Egon Zehnder, a Alejandro Calderón. El veredicto de la consultora fue contundente: “(Alejandro) sería, por mucho, el menos senior y menos potente de los VP’s de Tigo. Creo que sería un error ese cambio con este candidato” (ver cruce de correos).

El drama de EPM no finaliza, esta semana se anunció a Jorge Andrés Carrillo como nuevo gerente el cuarto en menos de 16 meses-, tampoco fue seleccionado por una firma cazatalentos pero además viene de ser miembro de la Junta Directiva de esta entidad, ya hay voces que dicen que no puede ocupar el cargo porque estaría inhabilitado según el artículo 10 del Decreto 128 de 1976 que dice que un miembro de Junta no puede ocupar inmediatamente la gerencia de la entidad que controla (ver).

Quintero Calle no transmite confianza, todo parece hacerlo al revés: Buen Comienzo, contrataciones a dedo, renuncias masivas de las juntas directivas de Ruta N, EPM; y los cambios permanentes de su gabinete, dejan un tufillo a clientelismo, corrupción y populismo que le hacen un gran daño a la ciudad. Que pase pronto esta mala hora.

José María Dávila Román

Comunicador Social - Periodista de la UPB con Maestría en Gerencia para la Innovación Social y el Desarrollo Local de la Universidad Eafit. Creo que para dejar huella hay que tener pasión por lo que se hace y un propósito claro de por qué y para qué, hacemos lo que hacemos. Mi propósito es hacer historia desde donde esté, para construir un mundo mejor y dejar un legado de esperanza y optimismo para los que vienen detrás. Soy orgullosamente jericoano.

Nota al pie: El columnista tiene o ha tenido vinculación laboral con la minera AngloGold Ashanti. 

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