Llegaron por Medellín y van por el país en el 2022

Quieren hacerle daño a Medellín, agrietar su democracia y sus instituciones. El plan está claramente delineado por Daniel Quintero y sus aliados políticos. El mismo Quintero que apoyó con determinación a Petro a la presidencia y que sin temor a equivocarme lo apoyará en 2022. No seamos ingenuos, lo niega en los medios de comunicación y lo negará sin sonrojarse, por supuesto, mientras no sea estratégico revelarlo.

No es ningún secreto que el voto de Medellín y Antioquia ha sido determinante en las elecciones presidenciales. En 2018, nuestra ciudad le dio 693.334 votos al Presidente Duque y el departamento 1.844.027. Ahora, mediante el discurso de odio de clases, a los empresarios y las empresas, que Quintero camufla bajo un falso antifaz de víctima, pretenden orientar la balanza con dirección hacia el falaz proyecto “progresista” que no es otra cosa que el chavismo expropiatorio y confiscador de libertades.

Aunque la diáspora venezolana, la aniquilación de las libertades, el hambre, la violencia y la miseria que han padecido los hermanos venezolanos son per se una alerta incuestionable, sus propias voces nos han advertido a muchos, hasta la saciedad, el costo de la indiferencia y la falta de firmeza para combatir ese tipo de discursos de odio. Tres generaciones de venezolanos han padecido las consecuencias, sienten la impotencia y el dolor de haber perdido lo que construyeron con su propio trabajo. Hoy ya no les pertenece su país como tampoco nos pertenece Medellín según lo ha afirmado el inquilino del piso doce de la Alpujarra.

Quintero ha querido arraigar la idea de que antes de su heroica llegada a la Alcaldía, todo lo que existía en Medellín era un fracaso al que ha apelado y apelará para hacer un llamado a la reconstrucción de la democracia y de las instituciones públicas. Es una herramienta discursiva, muy en línea con el foro de Sao Paulo, con Maduro, con Petro y utilizada como herramienta de adoctrinamiento.

Lo paradójico es que los escándalos en su administración son permanentes y reflejan inexperiencia, improvisación e incompetencia: Empresas Públicas de Medellín, Ruta N, el Hospital General, el manejo de la pandemia, el programa Buen Comienzo, el Jardín Botánico, entre otros, han estado inmersos en aguas turbias, parece casi que adrede. Desde el día de su posesión, Medellín ha retrocedido, en especial por un factor determinante: rompió la alianza histórica entre academia, empresa privada y sector público que nos había caracterizado por décadas y que permitió promover y desarrollar los más ambiciosos proyectos sociales de la ciudad que hoy son ejemplo en toda la región.

Poco a poco hemos ido despertando. La unión ciudadana actual, independiente de ideologías, es un punto de partida que hay que cuidar al igual que el activismo en redes y la postura firme de algunos medios de comunicación. Sin embargo, se requiere más compromiso de todos para que mañana no sea demasiado tarde.

Quiero hacer un humilde y respetuoso llamado a nuestros pequeños, medianos y grandes empresarios, a esos que tanto admiramos y nos han inspirado a los más jóvenes, a pesar de las adversidades que hemos vivido, a trabajar, a seguir adelante y a construir oportunidades para todos con honestidad.

Un llamado a los medios de comunicación para que con la objetividad y la sensatez que rigen su profesión, investiguen la realidad de la problemática que afrontamos los ciudadanos de Medellín. Para que cuestionen, pidan pruebas y argumentos. Para que nos escuchen a todos los sectores de la sociedad.

Un llamado a los jóvenes. Somos responsables de nuestro futuro, de preservar las instituciones públicas y la ciudad que nuestros padres, abuelos y antepasados han construido y cuidado por generaciones.

Son tiempos difíciles, afrontamos una pandemia mundial y una local que amenaza la estabilidad democrática. Aferrémonos al sentido de pertenencia y al amor que tenemos por nuestra querida Medellín. Convirtamos el miedo y las horas de sueño que muchos hemos perdido en una proclama que nos permita cerrar filas a los populistas y odiadores. Hoy somos un solo equipo, dejemos todo en la cancha para que triunfe la libertad.

Julia Correa

Julia Correa, es una joven medellinense de 32 años de edad.

Despertó su vocación de servicio por los demás a temprana edad, gracias a la educación que le brindaron sus padres, a su institución educativa el Colegio Compañía de María La Enseñanza de Medellín y a sus recorridos de ciudad, donde pudo conocer algunas de las problemáticas y necesidades de las personas.

Julia es abogada de la Universidad Eafit y especialista en Derecho de los Negocios de la Universidad Externado de Colombia.

Con experiencia de 8 años en el sector privado en firmas jurídicas y los últimos 5 años en una importante empresa dedicada al desarrollo de proyectos inmobiliarios.

Una mirada nueva, fresca, joven que desea llegar al Concejo de Medellín para aportarle y apostarle a la ciudad.

2 Comments

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  • Es lo que está viviendo Medellín desde que llegó a la alcaldía. Pero este artículo abarca todo lo que se ha a hecho. Y los empresarios que aún tienen temor por hacer sentir su posición lo hagan. Unidos no dejaremos que la izquierda llegue porque no queremos los comunistas ni otra venezuela o cuba en Colómbia estamos a tiempo de reaccionar