“necesitan él cómo, pues basta con recordar que las propuestas sin una base social, política y económica que sostenga el qué del candidato, terminará desencadenando en un desastre de país, tal y como pasó en 2018 con Iván Duque que exponía elocuentemente un discurso vacío, que no pudo materializar por la carencia del cómo.”
Como ya es costumbre, los focos de la carrera presidencial dejaron de centrarse en las propuestas y se centraron en los ataques. Sin embargo, los colombianos, los electores o los votos, como prefieran llamarlos los candidatos, no necesitan ataques, ni necesitan el qué, necesitan él cómo, pues basta con recordar que las propuestas sin una base social, política y económica que sostenga el qué del candidato, terminará desencadenando en un desastre de país, tal y como pasó en 2018 con Iván Duque que exponía elocuentemente un discurso vacío, que no pudo materializar por la carencia del cómo. En la carrera por la casa de Nariño, se enfrentan dos candidatos que no necesitaron de las tradicionales maquinarias de los partidos políticos para ganar un lugar en la segunda vuelta presidencial.
Por un lado, Rodolfo Hernández, un ingeniero civil santandereano de 77 años, que entre 1992 y 2015 perteneció al partido liberal colombiano, partido por el que se hizo elegir concejal de Piedecuesta dos veces, sin embargo, en su último periodo fue destituido por la procuraduría por cometer acciones en contra de la ley, posterior a su carrera como concejal, Rodolfo dedicó su vida a los negocios y a la construcción, pero nunca se apartó de la política, pues financió diferentes campañas a la alcaldía de Bucaramanga hasta el año 2015, cuando decide aspirar a la alcaldía debido a diferentes conflictos que tuvo con el alcalde que él mismo había financiado un periodo inmediatamente anterior. Hoy Rodolfo aspira a la presidencia de Colombia con el respaldo de alrededor seis millones de colombianos que votaron por él en la primera vuelta presidencial.
En el otro lado de la contienda, Gustavo Petro hace su tercera y última aspiración presidencial, Gustavo es economista de la universidad externado de Colombia, donde fue becado por su capacidad intelectual demostrada en las pruebas ICFES, estudio en la escuela superior de administración pública, en la universidad Javeriana, en la universidad de Salamanca en España y en Bélgica en la universidad de Lovaina. Es un escritor, político y economista Colombiano que en su militó en el movimiento 19 de abril, guerrilla dentro de la cual asegura nunca haber disparado un arma ni dirigir ningún acto terrorista, pero si participar activamente en la desmovilización de la misma en 1990, lo que le garantizó ser partícipe de la creación de la constitución de 1991, luego de esto fue representante a la cámara, senador y alcalde de Bogotá, cargo del que fue destituido, pero que en 2020, la corte IDH falló a favor de Petro y en contra del Estado Colombiano por haber destituido y OBSTRUIDO su alcaldía en 2013, eso le permite hoy aspirar a la presidencia de Colombia con el respaldo de más de ocho millones de colombianos y colombianas. En materia económica, el candidato progresista propone una transformación gradual de la economía que esté armonizada con la naturaleza y que conforme avanza el tiempo sea una economía de menos materia y más conocimiento, mediante la democratización del espacio, el crédito y el saber, -Entiéndase como democratizar la acción que se realiza para brindar oportunidades por igual bajo un principio de equidad a un grupo poblacional donde no se distinga de género, sexo, raza o condición socioeconómica-, la propuesta económica de Gustavo, tiene como objetivo aumentar la productividad del país y realizar una transición hacia las energías limpias, lo que no pone en riesgo los 120.000 empleos que genera el petróleo porque en un eventual gobierno Petro, cesa la exploración petrolera, es decir, no se da licencia para nuevos pozos petroleros, sino que se explotan los que actualmente tienen licencia, por el lado de la minería, que representa el 2% del PIB, la propuesta ambiental y económica del exalcalde de Bogotá, busca que no se pierdan los empleos, pero que mejoren las condiciones laborales para el minero y que a su vez mejoren las condiciones ambientales en el marco de la explotación de la tierra, y es que es evidente que el plan del gobierno del progresismo liderado por Petro y Francia está construido a partir de la conservación ambiental y de la dignificación del trabajo, motivo por el cual las primeras reformas del gobierno Petro-Francia se realizará la reforma hídrica y agraria que pretende mejorar y garantizar el acceso a los servicios públicos para todos y todas, acompañado del gran catastro multipropósito que permitirá identificar y acabar los latifundios improductivos, de tal manera que aquel rico que posea un latifundio improductivo estará en la obligación de convertirlo en un terreno productivo que genere empleos y genere rentabilidad para él en calidad de propietario y para el Estado, explicada en la teoría económica del trabajo y del consumo. En el otro extremo de la contienda electoral, es difícil evaluar el plan de gobierno de Rodolfo Hernández, pues es diferente el que está en la registraduría, al que está en la página y es diferente al que expone en sus redes sociales, sin embargo, el exitoso ingeniero y empresario santandereano, centra su propuesta económica en la reducción del gasto público y tiene razón cuando el ingeniero de manera vociferante, y soez expresa que el gran cáncer de Colombia es la corrupción que nos cuesta alrededor de 17.9 billones anualmente, por lo que el ingeniero propone decretar el estado de conmoción interior que está contemplado en el artículo 213 de la carta magna del país que es la constitución y lo cual le permitiría decretar sin necesitar aprobación del congreso.
Hernández ha sido claro en que decretaría el cierre de las embajadas y de consulados alrededor del mundo, sin embargo, es una manera poco efectiva de incrementar el dinero en las arcas del país, pues el gasto público de los consulados y embajadas apenas representa el 0.04% del PIB, y aunque las intenciones del ingeniero son bastante acertadas para la realidad que vive la clase trabajadora del país, pues él sugiere condonar la deuda del ICETEX para muchos jóvenes de Colombia, Rodolfo ha sido claro en que él no haría una reforma tributaria, aunque el ministerio de Hacienda actual y los economistas más importantes del país lleguen a un punto de convergencia al expresar que el país es insostenible económicamente y requiere de la reforma, el interrogante es, ¿No proponer la reforma tributar es para no hacer el inminente incremento que tendría que hacerle a los empresarios de Colombia? El ingeniero Hernández también ha sido claro y certero al proponer una reducción en la cuota burocrática del gobierno que otorga un sin número de beneficios a parlamentarios y funcionarios del Estado, y sí que tiene razón, pues la clase media es la que más asume el costo de mantener un gobierno excesivamente costoso y burocrático, sin embargo, dentro del plan de Hernández hay bastantes QUÉ, pero carece de los CÓMO, motivo por el cual resulta bastante difícil evaluar objetivamente sus propuestas y no me atrevo a dar certeza alguna sobre su cumplimiento.
A la luz de lo anterior y guiado bajo un análisis detallado, un estudio de los planes de gobierno, de los índices de buen gobierno de ambos candidatos, y dada la realidad que hoy tiene un país como Colombia, que sufre de hambre, de violencia y guiado bajo la necesidad de cambio para Colombia, se logra concluir que las variables económicas que afectará el gobierno Petro, serán las exportaciones que aumentarán gracias a la tecnificación del campo, el apoyo al campesino y la transición hacia una economía dependiente de la agricultura, también, disminuirán las importaciones por la renegociación de los TLC, aumentará o se mantendrá la inversión gracias a los acuerdos que diferentes empresarios llevaron a cabo con el candidato y aumentará el gasto público en lo social, pero disminuirá en burocracia, en contraste en el gobierno Hernández Castillo, tendremos certeza absoluta de que disminuiría el gasto público, existirá inversión, pero variables como las exportaciones, las importaciones son difíciles de estudiar, pues su plan de gobierno carece de fundamentos macroeconómicos que permitan enjuiciarlo objetivamente, debido a lo anterior y guiado en gran parte por un concepto económico, he decido no apoyar al vociferante Rodolfo y como en primera vuelta brindar mi apoyo al candidato Gustavo Petro, eso si, entendiendo que en ambos extremos hay cosas por mejorar y construir, pero que la propuesta de país más real y acorde la tiene el candidato progresista.
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