En nombre del Foro Libertad y Prosperidad, gestado por el Instituto Ecuatoriano de Economía Política (IEEP) que congrega a expertos del área académica, líderes de cámaras empresariales del país, analistas económicos, exministros de Finanzas y demás profesionales que venimos aportando desde hace algunos años a la opinión, me arrojo proponer para la discusión –y aplicación– cinco reformas para el Ecuador que son necesarias e imprescindibles de concretar, mismas que permitirán superar la crisis que atravesamos.
Estas reformas que planteo son:
- Reducir el tamaño y envergadura del Estado –priorizando el gasto en seguridad, educación y salud– y disminuir la carga tributaria sobre los ciudadanos.
- Una reforma laboral para incluir a todos.
- Un país de trabajadores-propietarios.
- La internacionalización del sistema financiero.
- Abrirnos al mundo.
El Estado creció más allá de lo necesario, y los gastos que conllevan mantener a este se encuentran atados a ingresos no permanentes, lo cual, no es sostenible en el tiempo; ya no deben exigirse más sacrificios al sector privado (empresas y familias), mientras el sector público no hace lo suficiente. Es importante señalar que la reducción del tamaño del Estado no afecte al área social.
La reforma laboral debe por fin realizarse, para así generar un mercado laboral flexible, atractivo para la inversión y que genere oportunidades para los jóvenes, en especial, pues son el grupo etéreo más afectado; claro está que toda reforma no debe involucrar la vulneración de los derechos de los trabajadores. Asimismo, debe buscarse una reforma a la seguridad social, permitiendo que los trabajadores elijan libremente a dónde desean dirigir sus aportes, y así cada uno asegure su propio bienestar y futuro. Quienes deseen continuar aportando al IESS (Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social) podrán hacerlo, pero será una decisión voluntaria, considerando que la entrada de más actores en este mercado hará posible que mejoren los servicios mediante la competencia.
Ecuador necesita recursos, y para ello es factible que internacionalice el sistema financiero y que se dé apertura para el ingreso a banca extranjera, ya que con sus capitales ayudarán no solo a mejorar la competencia, sino también a desarrollar nuevos instrumentos financieros, así como también a reducir la tasa de interés, trayendo consigo el abaratamiento de los créditos y, por ende, favorecer sustancialmente a la reactivación económica.
Debemos continuar la senda de abrirnos al mundo ¡perdamos el miedo a competir! justamente la competencia nos ayudará a innovar en procesos y nuevos productos, y de ese modo, estar a la altura de los bienes y servicios foráneos, lo que permitirá a la industria ecuatoriana ser más fuerte y contar con una mayor capacidad de adaptación a los nuevos retos que vendrán, para lo cual será importante continuar con la estrategia delineada desde el Ejecutivo: “Más Ecuador en el mundo, más mundo en el Ecuador”.
Adicionalmente, considero tener presente la temporalidad de las reformas. En el corto plazo debe realizarse lo siguiente:
- Revisión completa en qué se gastan los impuestos.
- Reducir el tamaño del Estado. Esto es, reestructurar los programas públicos inefectivos sin afectar la educación, la seguridad y la salud.
- Ampliar la base de contribuyentes para elevar el recaudo.
- Disminuir y eliminar impuestos, tasas y contribuciones.
- Continuar con un plan de austeridad y disciplina fiscal.
- Focalizar subsidios.
- Transparentar los procesos de contratación pública.
- Fomentar las alianzas público-privadas.
- Establecer un proceso de renegociación de la deuda pública (mejores condiciones).
- Llevar a cabo la reforma laboral, incorporando más y mejores formas de contratación laboral y la reforma a la seguridad social, entre otras.
Mientras tanto, en el largo plazo se sugiere lo siguiente:
- Ampliar la oferta exportable y la búsqueda de nuevos mercados.
- Atraer inversión extranjera directa brindando un marco jurídico estable y confiable.
- Impulsar el mercado de valores nacional e internacional a través de la apertura de los paquetes accionarios de las compañías de capital público.
- Internacionalizar el sector financiero del país.
- Desarrollar zonas de libre comercio en diversos puntos de Ecuador.
- Ir acabando con la dependencia del petróleo en la economía.
- Aumentar reservas internacionales.
- Constituir una clara hoja de ruta económica para fortalecer la dolarización.
Todo lo anterior, permitirá generar encadenamientos productivos entre las empresas sin importar su tamaño; de igual manera, fomentará la inversión pública y empresarial en I + D + i, para así, impulsar la capacidad innovadora empresarial mediante incentivos tributarios, apoyo al emprendimiento, sistema de patentes y modos de creación.
Las reformas propuestas no conllevan carga ideológica, sino que más bien, son pragmáticas y lógicas ¡Es el momento de implementarlas! El ecuatoriano requiere oportunidades para forjar su futuro y que, por tanto, existan las condiciones para alcanzar su bienestar a través de un empleo y de la cobertura de sus necesidades ¡No hay más tiempo que esperar por el futuro que queremos! Perseveremos en que los diversos sectores de la sociedad dejen posturas antagónicas en aras de establecer objetivos mínimos de país. Reitero, ¡ya no hay más tiempo que esperar! Las agendas personalistas, partidistas o políticas deben quedar fuera, y así, garantizar el futuro del país.
Este artículo apareció por primera vez en nuestro medio aliado El Bastión.
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