Las Libertades Económicas

En una entrevista para O Estado de São Paulo, el economista brasileño Edmar Bacha, uno de los artífices del Plan Real que puso fin a la hiperinflación, afirma que la apertura comercial es ‘la madre de todas las reformas.’  Considera que la apertura de la economía al comercio exterior ‘será el gran inductor del crecimiento y de las demás reformas que requiere el país.’  Propone que el presidente electo anuncie un ambicioso programa de integración de Brasil al mundo.  ‘El objetivo es asegurar que las exportaciones y las importaciones crezcan vigorosamente en paralelo, propiciando un aumento de la productividad.’  También recomienda activar el acuerdo comercial entre Mercosur y la Unión Europea, así como el ingreso de Brasil a la OCDE.

Si bien el contexto de la entrevista es el proceso electoral que está teniendo lugar en el Brasil, su contenido tiene relevancia para otros países de la región.  El siguiente experimento mental ayuda a conceptualizar el papel central que desempeña la libertad de comercio en el conjunto de libertades que son parte esencial de la democracia liberal.  Supongamos que un gobernante populista con vocación de caudillo procede a eliminar la libertad de comercio, como una forma de proteger la economía nacional de la competencia extranjera.  Esa medida produce desabastecimiento, inconformidad por parte del sector empresarial y fuga de capitales.  Luego, para combatir la escasez y los aumentos de precios, se suprime la libertad de precios.  Se establece un régimen de control de precios y se sanciona su incumplimiento con la expropiación de centros comerciales.  Se argumenta que estas medidas obedecen al deseo del líder de proteger al pueblo de los especuladores.

Para contrarrestar la salida de capitales se suprime la libertad de cambios, invocando la necesidad de proteger las reservas internacionales.  La imposición de un sistema de control de cambios da lugar al surgimiento de una tasa de cambio de mercado, diferente a la tasa oficial.  Esta tasa de cambio paralela se declara ilegal.  Por medio de una ley de ilícitos cambiarios se prohíben la tenencia de divisas y las transacciones entre nacionales y residentes utilizando la tasa de cambio paralela.  Se convierte en un delito publicar la cotización de la tasa de cambio paralela.

En la medida en que se amplía la brecha entre la tasa oficial de cambio y la tasa de cambio libre, aumentan las posibilidades de enriquecimiento para quienes tengan acceso a divisas a la tasa de cambio oficial, privilegio del cual sólo gozan los dirigentes gubernamentales y sus allegados.  Para evitar que se denuncien estos procedimientos, se dejan de publicar estadísticas económicas, y se suprime la libertad de prensa.  Se consolida la hegemonía comunicacional.  Paso a paso, se van suprimiendo las libertades hasta llegar a la dictadura.

 Este relato no es un ejercicio hipotético.  Es la cronología  de una tragedia latinoamericana.  Cuando el país se prepara para escoger un nuevo gobierno, es importante tener presente lo que está de por medio en la defensa de las libertades económicas.