Tengo el honor de haber sido el único estudiante en 73 años de existencia de la Universidad de Medellín, que durante su pregrado universitario intervino en una Asamblea General de la Universidad de Medellín, y lo hice para presentar la reforma estatutaria que permitiera la participación de los estudiantes y profesores en la Consiliatura.
Sin embargo, no es algo de lo que me sienta feliz. Todo lo contrario, sigo lamentando que 73 años después de fundada la Universidad de Medellín aún no se cumpla con la palabra empeñada en el acta de fundación de nuestra alma mater: “13° Habrá un Consejo Estudiantil elegido por los estudiantes de la Universidad para servir de órgano de comunicación entre éstos ya las Directivas.”. En pleno 2023 aún no existe el consejo estudiantil.
Con todo lo anterior es momento de pensar en la Universidad de Medellín del siglo XXI, debemos empezar a prepararnos para que, al cumplir nuestro siglo de existencia en el año 2050, seamos la mejor universidad del país y una de las 10 mejores universidades de Latinoamérica.
Para este gran objetivo es fundamental la gobernanza universitaria, y un buen gobierno al interior del claustro es aquel que cumple sagradamente la voluntad de nuestros fundadores. Sólo la constante comunicación con los estudiantes y en general con la comunidad académica, podrá ayudarnos a construir nuestro futuro en defensa de la ciencia, de la libertad, y del compromiso social.
Entonces le propongo a la Asamblea General de la Universidad de Medellín que se reunirá a fin de año que asuma su papel en la historia de la Universidad y apruebe un ambicioso plan que cree un órgano absolutamente independiente con Corporados, Egresados, Estudiantes, Expertos nacionales e internacionales y Directivas, para que en dos años se construya el plan: La universidad del siglo XXI, una visión hacia el centenario de la Universidad de Medellín.
Esta gran comisión debería entonces entregarnos una hoja de ruta sobre los siguientes asuntos:
Primero: Medellín se posiciona todos los días como una ciudad universal, tenemos que ser nosotros los que hagamos que los mejores quieran venir a estudiar acá en conjunto con la gran calidad de vida que ofrece nuestra ciudad y en ese sentido la Universidad de Medellín debe ser una universidad internacional.
Segundo: La Universidad de Medellín debe ser unos de los grandes centros de la investigación científica del país y esto lo podemos lograr impulsando a la ciudad como un distrito de ciencia, tecnología e investigación.
Tercero: La economía digital es el futuro el desarrollo económico y del comercio, debemos crear mejores relaciones con los institutos técnicos para que la Universidad de Medellín forme a los mejores programadores del país.
En la conferencia que dicto el Dr. Jamil Salmi en la Universidad de Medellín hizo un llamado a considerar una nueva oferta que deben tener las universidades, y así formar a los jóvenes en los nuevos empleos que aparecerán tales como: “Operación de fábrica inteligente, innovación digital, analistas de big data, arquitectura de edificios inteligentes, urbanismo de ciudades inteligentes, gestión de contenido digital y redes sociales, riesgos informáticos, mercadeo digital / growth hacker”.
Además, ¿por qué la Universidad de Medellín no le ha dado una propuesta de desarrollo económico al país? El mundo está cambiando a velocidades inimaginables. Si nosotros construimos una visión de universidad al año 2050, indiscutiblemente debemos proponerle al país un propósito nacional de desarrollo económico que permita aprovechar todas nuestras ventajas competitivas en la economía agrícola y la economía del océano.
En Palabras del Dr. Jamil Salmi Colombia tiene “ventajas comparativas existentes: “agricultura y alimentación, industria minera, construcción y sismología, desarrollo sostenible, el agua y ventajas competitivas futuras: biotecnología, energía renovable industrias creativas (economía naranja), el mundo digital”. Por lo que debemos empezar a ofrecer en nuestras universidades las nuevas profesiones que demanda el mundo: “robótica / electrónica inteligente / cibernética, tecnología de los órganos y tejidos humanos, producción industrial digital, agricultura urbana, especialistas de la economía circular, tecnología de las baterías, tecnología de las energías del viento y del solar”.
Con esto quiero decir que si podemos crear una universidad del siglo XXI y transformarnos para ofrecer nuevos programas de formación a estudiantes de todo el mundo que quieran venir a construir su futuro en Medellín. Podemos y debemos apostarle, y por eso debemos hacer un gran acuerdo al interior de la Asamblea General de la Universidad que nos permita abrir un nuevo camino a la universidad, que la lleve a ser la mejor del país en el año 2050.
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