La sombra del dolor: depresión y suicidio en Colombia

“La estigmatización social también hace que muchas personas oculten su dolor, como si la depresión fuera algo de lo que avergonzarse.”

En medio de las noticias que inundan nuestros titulares, existe una realidad que a menudo permanece en las sombras, como un lamento silencioso que desgarra el alma de un país: la epidemia de depresión y suicidio en Colombia. Detrás de las estadísticas y los números fríos, se esconde un sufrimiento humano inimaginable que merece nuestra atención y comprensión.

Colombia, un país conocido por su belleza natural y su vibrante cultura, también enfrenta una crisis de salud mental que está cobrando un precio devastador en sus ciudadanos. La depresión, esa oscuridad que se cierne como una tormenta sobre las mentes de quienes la padecen, no distingue entre raza, género o clase social. Atrapa a personas jóvenes y ancianas por igual, dejando cicatrices invisibles que se sienten profundamente.

A menudo, la sociedad tiende a minimizar la gravedad de la depresión, calificándola como una «tristeza pasajera» o una «debilidad emocional». Pero, en realidad, la depresión es un monstruo que devora la esperanza, una sombra que empaña cada pensamiento y un peso que aplasta el corazón. Quienes la enfrentan luchan con un enemigo que nadie más puede ver, y a menudo se sienten atrapados en un laberinto sin salida.

La falta de apoyo y comprensión agrava esta crisis. Colombia tiene un sistema de salud mental que está lejos de ser suficiente, con largas listas de espera y escasos recursos. Muchos que buscan ayuda se encuentran perdidos en un sistema que no tiene la capacidad de satisfacer sus necesidades emocionales. La estigmatización social también hace que muchas personas oculten su dolor, como si la depresión fuera algo de lo que avergonzarse.

Y, lamentablemente, la depresión a menudo lleva a uno de los actos más desesperados y trágicos: el suicidio. En Colombia, las tasas de suicidio están en aumento, y detrás de cada número hay una vida perdida y una familia destrozada. Es un recordatorio impactante de que la depresión es una enfermedad mortal si no se trata adecuadamente.

Cifras del Instituto Nacional de Salud – SIVIGILA

Según los datos proporcionados por el Instituto Nacional de Salud hasta el 6 de octubre, en lo que respecta a los intentos de suicidio registrados a través del sistema de información SIGIVILA, se observan varias tendencias notables durante el presente año:

  1. En primer lugar, se destaca que el número de intentos de suicidio es significativamente mayor en mujeres, alcanzando un total de 21,815 (64,4%) casos, en comparación con los 12,048 (35,6%) casos registrados en hombres.
  2. En cuanto a la distribución por grupos de edad, se observa que la mayoría de los casos notificados se encuentran en el rango de edades comprendido entre los 10 y 19 años, con un total de 10,410 (74,5%) casos en mujeres y 3,558 (25,5%) casos en hombres.
  3. Un hallazgo llamativo es la ausencia de casos de suicidio reportados en menores de 6 años. Sin embargo, el sistema SIGIVILA muestra 147 casos en el grupo de edad de 0 a 9 años, siendo más frecuentes en niños, con 97 (66,0%) casos, en comparación con las 50 (34,0%) niñas.
  4. Los grupos de edad que continúan en la lista son los siguientes: entre los 20 y los 29 años, con 10,680 casos; entre los 30 y los 39 años, 4,706 casos; entre los 40 y los 49 años, 2,344 casos; entre los 50 y los 59 años, 1,179 casos; entre los 60 y los 69 años, 529 casos; entre los 70 y los 79 años, 228 casos; y, finalmente, se registraron 80 casos en personas de 80 años en adelante.
  5. Es importante destacar que a medida que aumenta la edad, disminuye la propensión al intento de suicidio, pero a partir de los 60 años, esta tendencia se revierte y vuelve a ser más pronunciada en hombres.

Estos datos proporcionan una visión preocupante de la situación del intento de suicidio en diferentes grupos de edad y género, subrayando la importancia de abordar esta problemática de manera integral y promover la salud mental en toda la población.

¿Qué podemos hacer para enfrentar esta crisis?

En primer lugar, debemos reconocer que la depresión es una enfermedad real que merece nuestro respeto y apoyo. Debemos fomentar una cultura de apertura y empatía, donde aquellos que luchan contra la depresión se sientan seguros para buscar ayuda sin temor al juicio.

Además, debemos presionar a nuestros líderes para que destinen más recursos a la atención de la salud mental. El sistema de salud debe estar equipado para brindar atención a quienes la necesitan, cuando la necesitan. La inversión en la prevención y el tratamiento de la depresión es una inversión en el bienestar de nuestra sociedad.

Para aquellos que conocen a alguien que lucha contra la depresión, nunca subestimen el poder de escuchar y estar allí. Su presencia puede ser la luz en medio de la oscuridad. Juntos, podemos romper el estigma, ofrecer esperanza y salvar vidas.

La depresión y el suicidio en Colombia son una crisis que no podemos ignorar. Detrás de cada estadística hay una persona que sufre, una familia que llora y una comunidad que debe unirse para hacer la diferencia. Solo cuando reconozcamos este sufrimiento y trabajemos juntos para superarlo, podremos traer la esperanza de vuelta a aquellos que la han perdido en la oscuridad de la depresión.

Recordemos siempre que, en medio de la tristeza más profunda, hay un potencial inmenso para la curación y la esperanza. No dejemos que la depresión y el suicidio sigan siendo una sombra en Colombia. Es hora de iluminar la oscuridad con comprensión, apoyo y amor incondicional.


Referencias:

Boletín estadístico mensual; Grupo Centro de Referencia Nacional sobre Violencia, 2023: https://www.medicinalegal.gov.co/documents/20143/879499/Boletin_julio_2023_.pdf/a9f6d44c-a165-4349-15e8-031d2360b972

Instituto Nacional de Salud; SIVIGILA (consignado: viernes, 6 de octubre, 2023): https://portalsivigila.ins.gov.co

Caracterización del intento de suicidio en una ciudad colombiana (2012 – 2017); Duazary, vol. 16, núm. 1, pp. 53-66, 2019. Universidad del Magdalena: https://doi.org/10.21676/2389783X.2545

Londoño Valeria; Cañón Sandra. Factores de riesgo para conducta suicida en adolescentes escolarizados: revisión de tema Archivos de Medicina (Col), vol. 20, núm. 2, 2020 Universidad de Manizales, Colombia: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=273863770018

 

Camilo Andrés Dávila Peña

Escritor, investigador y libertario. Estudiante de Derecho de la Universidad Libre – Sede Cartagena de Indias; actualmente, auxiliar de investigación, editor de la Revista Cultural Unilibre, miembro del grupo de investigación "Ciencia y Proceso" y estudiante delegado en el Consultorio Jurídico Radial. Fundador del grupo juvenil "Eres Jóvenes" y el partido político "Por El Pueblo". Coordinador de ARCO (Asesoría y Representación Comunitaria) y miembro por adhesión del grupo "Alma Joven".

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