La militarización de México y las críticas de Carlos Slim

«Las Fuerzas Armadas han sido clave para consolidar su propuesta de bienestar y de desarrollo nacional. ‘Nos han ayudado a la transformación’, sentenció el presidente”.


Las Fuerzas Armadas han jugado un papel protagónico durante el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. No solo por su participación en la lucha contra el crimen organizado y la inseguridad, sino porque han tomado un control activo de otras áreas estratégicas del país.

Según explicó el propio AMLO, las cinco misiones que les ha asignado a las Fuerza Armadas son: Proteger la soberanía nacional, garantizar la seguridad interior, apoyar en el desarrollo social, contribuir en la construcción de obras para el desarrollo del país y brindar auxilio a la población en casos de desastre.

Absolutamente han cumplido con todas estas misiones. Luchan en las calles contra el crimen organizado, fueron las encargadas de distribuir las vacunas contra Covid-19 durante las pandemia y se han encargado de la construcción de las obras emblemáticas de este sexenio, entre ellas el Tren Maya, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), el Aeropuerto de Tulum y el Tren Interoceánico.

Pero la polémica no es su participación en la construcción de obras de infraestructura, sino en que además, el presidente ha designado a militares para que las administren, ya sea de manera directa o con la creación de empresas destinadas a eso.

Así, las Fuerza Armadas controlan puertos, aduanas, aeropuertos, rutas de trenes, una línea aérea comercial y empresas turísticas.

Bajo este escenario y como señala el texto De la militarización al militarismo, escrito por Daira Arana y Lani Anaya y publicado en la revistas Nexos, se está consolidando una “militarización mediante el cual, diversos ámbitos de las funciones primordiales del Estado adquieren lógicas militares”.

Carlos Slim, el hombre más acaudalado de México y uno de los más ricos del mundo, crítico el hecho de que las Fuerzas Armadas estén inmersas y tengan el control de algunos ámbitos estratégicos del país.

En declaraciones algo inusuales, ya que es considerado como uno de los empresarios consentidos del presidente, el magnate dijo que era “excesivo” que a las Fuerzas Armadas les hayan otorgado tanto poder.

Slim señaló: “Los militares son excelentes pero creo que ya es demasiado. Cuando se les invitó a participar en la construcción, fue muy bueno porque hay buenos ingenieros militares y es bueno que muchos militares en lugar de estar en el cuartel estén trabajando, pero es demasiado».

Este comentario no iba en el sentido político o de gobernanza, sino en el sentido puramente comercial. Fiel a su espíritu empresarial, Slim señaló que los miembros de las Fuerzas Armadas, no tienen capacidad para administrar empresas públicas.

«Cada presidente pensará el papel que el ejército debe tener, pero ahora están entrando a operar muchas empresas y esa no es su especialidad. Entonces, lo único que pasará es que van a reportar pérdidas», advirtió Carlos Slim.

No es fácil predecir los resultados ni el impacto que pueda tener el hecho de que las Fuerzas Armadas controlen instituciones y áreas estratégicas para México, pero lo cierto es que para el presidente López Obrador, el Ejército y la Marina son las únicas capaces de frenar y erradicar la corrupción, ese fantasma que tanto lo obsesiona y que es su enemigo número uno.

Además, AMLO fue contundente al responder  a las críticas de Slim y dijo que las Fuerzas Armadas,  han sido clave para consolidar su propuesta de bienestar y de desarrollo nacional. “Nos han ayudado a la transformación”, sentenció el presidente.

De esta manera, la militarización de México propuesta por AMLO, parece que no es para que las Fuerzas Armadas tomen el control político del país, sino para convertirlas en la plataforma que impulsará el desarrollo económico y social de muchas regiones del país.


Todas las columnas del autor en este enlace: Daniel Higa Alquicira


Daniel Higa Alquicira

Nací en México y estudié periodismo en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); me encanta el fútbol, la música, el cine, la literatura y los viajes. Además de un buen café, la cerveza, tequila y mezcal (puro sabor mexicano). También me encanta platicar con las personas y descubrir lo que piensan y lo que sienten. Soy un enamorado (y lo digo con todo el romanticismo posible) del poder que tienen los individuos para cambiar su entorno a través de acciones simples y que la mayoría de las veces, pasan desapercibidas. La tarea que me he propuesto es encontrarlas y hacerlas visibles.

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