El 22 de septiembre, un día después de la conmemoración del día internacional de la paz, la Oficina en Washington para asuntos Latinoamericanos, WOLA, entregó su premio de Derechos Humanos a la Fundación Mi Sangre. Un reconocimiento a su incansable trabajo en tejido de ecosistemas y fortalecimiento de capacidades para que sean las nuevas generaciones las autoras y protagonistas en la construcción de una cultura de paz en Colombia.
Hace 15 años iniciamos un sueño e identificamos en las y los colombianos las herramientas para construir un presente y un futuro mejor, en el que los niños, niñas, adolescentes y jóvenes tienen la magia, la esperanza y la fuerza transformadora para materializar el cambio en ellos mismos, sus comunidades y el país mismo.
Este sueño nos ha llevado a impactar a 22 departamentos en todo el país, 171 municipios y 1.575.027 personas, en proyectos y programas que buscan prevenir diferentes tipos de riesgos y violencias, desde enfoques como la prevención del reclutamiento por parte de grupos armados e ilegales, la violencia de género y aquella violencia arraigada a paradigmas y prejuicios en relación a los jóvenes líderes, migrantes venezolanos, entre otros. Y en la apuesta de no solo atender los problemas sino abordar sus raíces más profundas y lograr así cambios sistémicos, nos enfocamos en fortalecer las habilidades para la vida de todos nuestros participantes, compartir metodologías y rutas innovadoras para el cambio social, y crear redes y ecosistemas de aprendizaje que involucren a diferentes actores en un propósito común.
Este reconocimiento, se ancla además en la semana de la paz, un momento particularmente especial para nuestra organización y que recoge en el marco de esta conmemoración mundial, una serie de acciones en todos los territorios donde tenemos impacto. Por eso, de la mano de la Red nacional de Jóvenes Constructores de Paz, un grupo de 125 jóvenes que se encuentran en 44 municipios y que trabajan en diferentes áreas, como la protección del medio ambiente, la prevención de violencias contra las mujeres, la promoción de la participación política juvenil, durante esta semana realizamos acciones de incidencia, conversatorios, tomas artísticas, culturales e intervenciones del espacio público para construir paz día a día.
Para Catalina Cock Duque, cofundadora y directora de la Fundación fue «Un honor recibir este reconocimiento. Al igual que WOLA, Fundación Mi Sangre también cree que la paz en Colombia es posible. Creemos que la paz se construye desde cada ser, y así, en nuestros programas y proyectos promovemos el fortalecimiento de habilidades para la vida, el liderazgo y el emprendimiento social para construir un país que respeta la vida en todas sus formas».
Por su parte, Juanes, cofundador de Mi Sangre y quien recibió el premio en manos de Felipe Estefan investment director de Luminate, citó en las palabras de agradecimiento: «En Fundación Mi Sangre creemos en el poder transformador de los jóvenes, y es por eso que fortalecemos sus liderazgos y sus capacidades, los conectamos con una red nacional de líderes, acompañamos sus iniciativas y reconocemos que no solo son el futuro, sino el presente de nuestro país».
Este reconocimiento nos motiva para seguir aportando a la reconstrucción de los tejidos sociales, la promoción de la justicia social y la construcción de paz en un país que necesita unión y tejido de alianzas con los saberes para escribir un nuevo capítulo en la historia.
Juan Esteba Aristizábal y Catalina Cock Duque, en representación de Fundación Mi Sangre, recibieron el premio en la ceremonia de premiación realizada de manera virtual, espacio en el que también fue reconocido El Grupo de Trabajo Étnico de la Comisión de la Verdad de Colombia y la Representante Barbara Lee (Demócrata – California).
En tiempos de crisis la esperanza es un deber, y nuestro deber es la paz.
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