El 19 de junio de 2022 será la segunda vuelta presidencial, el día esperado para definir lo que apenas están aceitando en estos meses del año 2021. El adelantado: «escribiera»-: Ojo! con el 2022. A pocos días de definir el candidato del centro democrático, entre ellos, no saben cómo posar ante la cámara digital, todos hablan de lo mismo y nadie controla el discurso anacrónico, repleto de inconsistencias de tiempo, de referentes del devenir del país que dicen conocer.
Mientras sucede todo eso, en varias ciudades de Colombia, se están encontrando otros candidatos que tienen más pinta de funcionarios de alto cargo ministerial, unos hablan de lo que no han podido nunca gestionar y otros hablan de la ficción que logran divagando entre propuestas que nunca han estado en el capitolio nacional. Otros candidatos, los exgobernadores, ya ni se saludan, ni se reúnen, cada cual propone el federalismo que nunca se pudo unificar en la Colombia de las grandes subregiones.
Otros candidatos, los conservadores, Mauricio Cárdenas y Juan Carlos Echeverri se sintieron rebajados de no ser ungidos y escogieron a David Barguil, el vago, el ausente en las sesiones plenarias. Otros, piensan que Sergio Fajardo, tiene el porte y el soporte del título de profesor universitario, nunca fue decano, ni siquiera concejal de Medellín, el cuento es: Peñalosa le enseñó a montarse a un bus a pedir el voto y le dio el triunfo. Desde que Sergio Fajardo fuera alcalde de Medellín, la política para llegar a la alcaldía dejó de ser bipartidista y ahora es entre grupos económicos.
Otros candidatos, Ingrid Betancur, dice Patricia Lara, está demasiado preparada, después del secuestro, estudió Teología y adquirió en sus estudios una aureola parecida a una inmaculada. La lista es larga y de todos mucho que reír y disfrutar de sus discursos, recuerden la campaña presidencial de 1989 estando en la lista Regina 11 y Mario Gareña. Otros candidatos presidenciales, están haciendo tiempo para entrar, en primera fila, en la lista al capitolio nacional como Senador. Otros candidatos, se limitan a impulsar las mismas propuestas que nunca han gestionado y que seguramente volverán a desempolvar, mientras recorren el país, prometiendo lo que nunca se ha visto, en tantos años viéndoles desde el capitolio nacional. Una campaña estilo junta de presidenciales.
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