Indignación: más allá de una ideología

¿Desde cuando indignarse por las masacres, por la violencia, por las muertes de combatientes, por la persecución a líderes sociales, por las muertes de líderes ambientales es cuestión de ideologías?


Pasan los días y no parece que la violencia en Colombia vaya a parar pronto, a finales de agosto reportaron el asesinato de 4 líderes sociales en menos de 24 horas, y comenzando septiembre se dio a conocer el asesinato de 4 soldados en Norte de Santander.

Luego del asesinato de los militares se abrió un debate en redes sociales a raíz de varios comentarios de periodistas y figuras públicas que impulsaron una tendencia en redes. “Esto no será tendencia” decían, “nadie los va a llorar, nadie va a alzar su voz, porque no les conviene”. Atacando directamente, aunque de manera cobarde, sobre todo a quienes organizaron “Un canto x Colombia”. El problema fue las reacciones que desencadenaron estos comentarios en redes.

En medio de un periodo donde la violencia y los homicidios siguen subiendo, donde por cuestiones del legislativo y el judicial la opinión pública está bastante dividida, este tipo de discursos no hacen más que daño, generan odio, división con una premisa de fondo que carece de fundamento. La idea es que” la izquierda (o los que han alzado su voz, que simplemente los marcaron como de izquierda) están en contra del Estado, por ende, del ejército y por eso esas muertes no les duelen”.

La indignación por la violencia, por los asesinatos y las masacres nada tiene que ver con una ideología política. ¿Desde cuando indignarse por las masacres, por la violencia, por las muertes de militares, por la persecución a líderes sociales, por las muertes de líderes ambientales y demás, es cuestión de ideologías? Todas las muertes de colombianos perpetradas por la violencia y el conflicto duelen por igual, ninguna de ellas está justificada y todas deberían evitarse por medio de diferentes estrategias y herramientas.

Por otro lado, es despreciable usar las muertes, ya sea de civiles o de militares, para buscar un beneficio personal, y más aún cuando para hacerlo se atenta contra la reputación de otra persona, solo por diferir en aspectos políticos, sociales o económicos, con acusaciones vacías, guiadas por pasiones en lugar de argumentos sólidos. Lo que se hizo claro varias veces el domingo, por las decenas de artistas, periodistas, escritores y líderes sociales que participaron en la manifestación es que no se trataba de una posición política, que es indignación y dolor por que mueran cada vez más colombianos injusta y cruelmente.

Toda violencia es lamentable, no se necesita estar afiliado a un partido ni regirse bajo una ideología para indignarse por las muertes de colombianos a manos de la violencia. Considerar despreciables los actos que deja el conflicto armado, y solidarizarse con amigos y familiares de las víctimas va más allá de la política.  Quien busca generar más odio y división en base a estos hechos por quienes politizaron la violencia y generaron la idea de que quienes alzaron su voz contra la muerte de jóvenes y líderes sociales no lo haría por los militares, deja bastante que desear.

Diego Alejandro Arcila Palacio

Estudiante de ciencias políticas de la universidad EAFIT, con gran interés en relaciones internacionales, comunicación política y periodismo de opinión, melómano, liberal y en general ser humano en constante formación.

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