La Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad, en su artículo 11, relacionado con las Situaciones de riesgo y emergencias indica que «los Estados Partes adoptarán, en virtud de las responsabilidades que les corresponden con arreglo al derecho internacional, y en concreto el derecho internacional humanitario y el derecho internacional de los derechos humanos, todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad y la protección de las personas con discapacidad en situaciones de riesgo, incluidas situaciones de conflicto armado, emergencias humanitarias y desastres naturales»; de acuerdo a esto, el Instituto Nacional para Ciegos -INCI hace un llamado a los integrantes del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres y a la ciudadanía en general a incorporar protocolos que tengan en cuenta a las personas con discapacidad para una gestión del riesgo inclusiva.
Los desastres naturales generalmente provocan muertes y daños en la infraestructura y los bienes. También provocan lesiones y trauma. No obstante, no todas las personas resultan afectadas por de la misma manera ya que depende del grado de vulnerabilidad, por esta razón los esfuerzos para reducir el riesgo y el impacto de los desastres deben dirigirse a toda la población, incluidas las personas con discapacidad, entendiendo y respetando las necesidades de cada población, para que sus vidas se vean lo menos afectadas posible.
Es así como el INCI, presenta recomendaciones que las autoridades deben tener en cuenta antes de una catástrofe natural o una situación de crisis humana similar, es fundamental una colaboración previa entre los equipos de rescate y las personas con discapacidad, así como de las organizaciones que trabajan con ellas.
A continuación, el INCI entrega las recomendaciones para tener presentes en la elaboración de protocolos de atención en desastres a personas con discapacidad visual:
Antes de la evacuación
Designe las estrategias en caso de emergencia o evacuación (evacuación independiente, evacuación asistida, ubicación en lugar seguro).
Levante un listado rutinario de las personas con discapacidad visual que circulan en el lugar, sus horarios y su ubicación.
Designe previamente los tutores o «ángeles guardianes» que se encargaran de la evacuación de una persona específica.
Las personas deben conocer previamente estrategias de cómo interactuar con personas con discapacidad visual.
Verifique que las señales se encuentren ajustadas a las necesidades de las personas con discapacidad visual (altura, ubicación, contraste, macrotipo, Braille).
Verifique que se cuenta con un plano de evacuación en relieve y que las personas con discapacidad visual lo conozcan.
Verifique el estado de los pasamanos, y si es posible, que cuenten con señalética adaptada.
Realice simulacros de evacuación involucrando a las personas con discapacidad visual, verificando al final que el aprendizaje haya sido claro.
Evacuación asistida
Los brigadistas deben ofrecer la ayuda, pero deje que la persona la acepte o en su defecto le explique qué necesita.
Hable de forma natural y tranquila a la persona con discapacidad visual.
Vaya describiendo las maniobras anticipadamente y recuerde mencionar escaleras, puertas, rampas o cualquier obstáculo presente en el recorrido, use indicaciones claras y alertarle de posibles peligros en el recorrido.
La persona deberá agarrarse ligeramente a su brazo u hombro para guiarse. Tal vez camine un poco retrasado para evaluar las reacciones del cuerpo frente a obstáculos
Para pasar por un lugar estrecho, si usted está sirviendo de guía vidente, coloque su brazo detrás de su espalda, esto le indicará a la persona con discapacidad visual que se colocará detrás del guía para pasar por un lugar estrecho.
Si es necesario ante la presencia de caída de materiales, exposición a fluidos, polvos etc., conviértase en una barrera dejando que la persona se cubra tras de usted, cuidando que usted como brigadista no se exponga a lesiones mayores
Al bajar o subir gradas, indicarle la ubicación del pasamanos para proporcionar más apoyo y seguridad.
Si se dificulta la evacuación de la persona, ubicarla en un lugar seguro (baños, cuartos útiles, etc.) proceda a evacuar y tenga claridad del sitio donde la ubicó, para después proceder al rescate.
Cuando existan varias personas con discapacidad visual, solicite que se cojan de la mano formando una hilera o se agarren del hombro del compañero de adelante y colóquese en la cabeza para dirigir la evacuación.
Si es posible ubicar un brigadista al final de la hilera.
Al llegar al punto de encuentro o ruta de evacuación, describir el lugar donde se encuentran y las personas que están presentes
Las personas cuando estén ubicados en el punto de encuentro, generalmente en el espacio externo, deberán permanecer acompañadas hasta que sea declarado el fin de la emergencia, evitando que se encuentren desatendidos en un lugar no habitual para ellos.
En caso de evacuar a la persona con perro guía
Si usted o un brigadista sirven de guía vidente, la persona soltará el arnés del perro y solamente lo sujetará por la correa.
Recuerde que el perro se convierte en una extensión del cuerpo de la persona, por lo que es necesario facilitar que la evacuación sea segura, tanto para la persona como para el animal.
En caso de evacuación independiente, el perro tiende a evacuar con mayor velocidad a la normal de forma instintiva especialmente en incendios y temblores, por lo cual la persona debe estar preparada para caminar a mayor velocidad.
Mantenga las rutas de evacuación libres de objetos, y verifique el correcto funcionamiento de las puertas y salidas de evacuación, especialmente en pasillos, ya que el espacio de la persona junto a su perro puede abarcar un ancho de 1 metro a 1,50 metros.
Vía: Marte Comunica
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