Ernesto “Che” Guevara, teórico del foquismo y la guerrilla

La vida y pensamiento de Ernesto Guevara de la Serna, el Che, nos recuerdan los problemas sociales por los que luchó y que aún siguen vigentes, le recuerdan al mundo uno de sus pendientes: la justicia social. Y mientras no se hagan esfuerzos significativos por impulsarla, el Che seguirá vivo.

Ernesto Guevara, quien nació un 14 de junio de 1928, además de ser un militar y político reconocido en todo el mundo, tuvo una faceta de crítico y teórico del pensamiento político y bélico dentro de la teoría marxista-leninista, aspecto que es poco recuperado por sus biógrafos.

Los conceptos que Guevara teorizó con mayor rigor, basándose en su experiencia militar en Cuba, principalmente, son: foquismo y guerrilla; así como uno derivado de ambos, guerrillero. Este texto es una versión resumida de la ponencia que presenté en Mayo de 2018 en el V Coloquio de Historia Bélica Universal (Facultad de Humanidades, Universidad Autónoma del Estado de México, México)

Foquismo

Uno de los principales aportes teóricos bélicos de Ernesto Guevara es el término foquismo. La Revolución cubana tuvo tres aportaciones fundamentales, sostenía:

1) Las fuerzas populares pueden ganar una guerra contra el ejército; 2) No siempre hay que esperar a que se den todas las condiciones para la revolución; el foco insurreccional puede crearlas; 3) En la América subdesarrollada, el terreno de la lucha armada debe ser fundamentalmente en el campo.

De estas tres aportaciones, las dos primeras luchan contra la actitud quietista de revolucionarios o seudorrevolucionarios que se refugian (…) en el pretexto de que contra el ejército profesional nada se puede hacer y algunos otros que se sientan a esperar a que, en forma mecánica, se den todas las condiciones objetivas y subjetivas necesarias, sin preocuparse por acelerarlas (Guevara, 1970: 11).

Pero, agrega Guevara que:

Cuando se habla de las condiciones para la revolución no se puede pensar que todas ellas se vayan a crear con el impulso dado a las mismas por el foco guerrillero. Hay que considerar siempre que existe un mínimo de necesidades que hagan factible el establecimiento y consolidación del primer foco. Es decir, es necesario demostrar claramente ante el pueblo la imposibilidad de mantener la lucha por las reivindicaciones sociales dentro del plano de la contienda cívica (…) En estas condiciones, el descontento popular va tomando formas y proyecciones cada vez más afirmativas y un estado de resistencia que cristaliza en un momento dado en el brote de la lucha provocado inicialmente por la actitud de las autoridades (Guevara, 1970: 11-12).

Las citas son claras, solo me queda puntualizar algunos detalles: para Guevara el foco insurreccional puede crear las condiciones que propicien la guerra, pero ¿cuáles son estas condiciones?, debemos tener en cuenta que para el marxismo el proceso histórico es la lucha de clases, consecuencia de la explotación del hombre por el hombre (Torres, 1985: 35). Las condiciones que permiten el cambio de modo de producción ―determinante de la sociedad― son las que demuestran la gran brecha entre clase y clase, por ejemplo, cuando la mayoría de la población vive en pobreza extrema y toma conciencia de su situación socioeconómica o cuando surge un nuevo grupo que busca detentar el poder a través de la paz (la burguesía antes de la Revolución francesa, por ejemplo) (Hobsbawm, 1971: 35). Lo que Guevara nos dice es que no es necesario que surjan estos elementos para que se inicie una revolución, simplemente es necesario que un grupo de personas “conscientes” inicie el conflicto y que a la par, se dedique a concientizar al pueblo, educarlo, para que se incluyan en la lucha (Guevara, 1970: 100). Uno de los puntos principales para Guevara es la educación de las masas ―en palabras de él―, porque es necesario el apoyo del pueblo para que el foco guerrillero logre ganar el poder político, que es el fin último de cualquier revolución (Guevara, 1970: 13).

La explicación de la realidad desde el marxismo no busca entenderla únicamente por cientificidad, o por que sea importante por sí misma, sino porque esa explicación está en función de la actividad política que el hombre presente tiene ―busca movilizar―, ya que es parte de una ideología, entendida en sentido débil, de acuerdo con el análisis que realiza Mario Stoppino, donde, el vocablo ideología se refiere al conjunto de ideas y de valores que tienen como finalidad explicita guiar el comportamiento político colectivo, ofreciendo una interpretación del pasado, una explicación del presente y una visión del futuro, ya sea para defender o cambiar el orden político existente (2002: 755).

Guerrilla

Ernesto Guevara define a la guerrilla en 1963 como “la vanguardia combativa del pueblo, situada en un lugar determinado de algún territorio dado, armada, dispuesta a desarrollar una serie de acciones bélicas tendientes al único fin estratégico posible: la toma del poder” (1970: 13), también agrega que “está apoyada por las masas campesinas y obreras de la zona y de todo el territorio que se trate. Sin esas premisas no se puede admitir la guerra de guerrillas” (1970: 13).

En cuestión a la táctica de guerra de guerrillas, Guevara menciona que “pretender realizar este tipo de guerra sin el apoyo de la población, es el preludio de un desastre inevitable” (Guevara, 1970: 13), lo que él no se imaginó cuando dijo esto en 1963 es que para 1967 se vería envuelto en ese desastre inevitable en Bolivia, debido a la falta de apoyo popular, lo que causó la pérdida de la guerra boliviana y su muerte (Guevara, 1968; Castañeda, 2015; Taibo, 2017; Proceso, 2017).

En cuanto a la teoría internacionalista de Lenin, de la cual Guevara es uno de los máximos exponentes, sino es que el máximo,  mencionaba para 1964 que “las revoluciones las engendran las explotaciones que los gobiernos ejercen sobre sus pueblos. Después, puede ayudarse o no a los movimientos de liberación; sobre todo se les puede ayudar moralmente. Pero, la realidad es que no se pueden exportar revoluciones” (Guevara, 1970: 163).

Fases de la guerrilla

Ernesto Guevara distingue 4 fases por las que pasa una guerrilla, no mencionadas explícitamente, pero que son fáciles de identificar: la primera consiste en que “núcleos relativamente pequeños de personas eligen lugares favorables para la guerra de guerrillas, ya sea con la intención de desatar un contraataque o para [analizar el terreno], (…) [ya que] la debilidad relativa de la guerrilla es tal que solamente debe trabajar para fijarse al terreno, para ir conociendo el medio, estableciendo conexiones con la población y reforzando los lugares que eventualmente se convertirán en su base de apoyo” (Guevara, 1970: 20). Podemos observar que la guerrilla del Che en Bolivia únicamente llegó a esta primera fase, ya que, como lo documenta él mismo en su diario (1968), la falta de apoyo popular, la estrategia improvisada y la desmoralización de la guerrilla terminó con esta misma y con la vida de Guevara, como ya se dijo.

La segunda fase de la guerrilla consiste, según el Che, en castigar a los ejércitos enemigos; “[las guerrillas estarán] dividas en grupos, a veces; martirizados los que cayeren prisioneros; perseguidos como animales acosados en las zonas que hayan elegido para actuar; con la inquietud constante de tener enemigos sobre los pasos de la guerrilla;  con la desconfianza constante [de la guerrilla, transmitida al ejército] frente a todo, ya que los campesinos atemorizados los entregaran [agrego, tanto atemorizados por el ejército como por la guerrilla] (1970: 21). En esta fase, reconoce Guevara, está la heroicidad de la guerrilla. Vale decir que la guerrilla no es autodefensa pasiva, es defensa con ataque (1970: 14).

En la tercera fase, se aplica netamente la guerra de guerrillas. ’Muerde y huye’ le llaman algunos despectivamente, y es exacto. Muerde y huye espera, acecha, vuelve a morder y a huir y así sucesivamente, sin dar descanso al enemigo” (1970: 21), Guevara sostiene que puede presentarse una actitud negativa frente a este comportamiento de retirada constante, pero es ahí donde radica la guerra de guerrillas.

La cuarta y última fase de la guerrilla según Guevara, es cuando la guerrilla ha tenido un incremento de tropas y de triunfos en la guerra de guerrillas tales, que adopta características de un ejército regular, “en ese momento estará listo para aplicar golpes definitivos al enemigo y acreditarse la victoria” (1970: 21-22).

En cuanto a la definición de guerrillero, Guevara dice que es “un reformador social. El guerrillero empuña las armas como protesta airada del pueblo contra sus opresores y lucha por cambiar el régimen social que mantiene a todos sus hermanos desarmados en el oprobio y la miseria. Se ejercita contra las condiciones especiales de la institucionalidad de un momento dado y se dedica a romper con todo el vigor que las circunstancias permitan, los moldes de esa institucionalidad” (1970: 24). Agrega que “el guerrillero, no debe dejar a un compañero herido a merced de las tropas enemigas (…) Cueste lo que cueste, hay que retirarlo de las zonas de combate para trasladarlo a un lugar seguro” (1970: 25).

Volviendo con el foquismo, encontramos que foco guerrillero y guerrilla son sinónimos; foquismo y guerrilla no lo son: el primero es una táctica que consiste en la conformación de un grupo armado que acelere el conflicto de clases, la guerrilla (por lo que foquismo es más amplio que incluye a la guerrilla).

Podemos observar en los escritos de Guevara una defensa constante de la figura del guerrillero (el reformador social), que ve como pieza clave en la construcción del socialismo y el comunismo, ligado estrechamente a “el hombre nuevo”, cuya construcción, según Guevara, se hace con cambios rápidos y llenos de sacrificios (Guevara, 2003: 313), por la revolución.

Espero (siendo optimista) generarle curiosidad al lector sobre este personaje, no para conseguir seguidores de su ideología, sino para eliminar estereotipos y fobias creadas después de la Guerra fría y que aún siguen atormentándonos, como lo es el fantasma de la U.R.S.S., nuestra vecina Cuba y la ahora temida Venezuela, y en general, al socialismo y comunismo, que son usados como estereotipos de enemigos para buscar reprimir cualquier signo o síntoma de libertad política.

Fuentes

Bealey, Frank (2003), Diccionario de ciencia política, Madrid, Istmo.

Castañeda, Jorge (2015),  La vida en rojo, México, Random House.

Giménez, Manuel (s. f.), “Che” Guevara, Madrid, Edimat libros.

Guevara, Ernesto (1968), El diario del Che en Bolivia, México, Siglo XXI.

Guevara, Ernesto (1970), El libro verde olivo, México, Diógenes.

Guevara, Ernesto (2003), “El hombre nuevo”, en Paradigmas y utopías, México, diciembre / enero, núm. 6.

Gutiérrez, Marco Antonio (2018), “Che Guevara: el foquismo y la guerrilla”. Disponible en: https://www.researchgate.net/publication/340037976_Che_Guevara_el_foquismo_y_la_guerrilla

Markovic, Mihailo (1978), El Marx contemporáneo, México, Fondo de Cultura Económica.

Marx, Karl y Eric Hobsbawm (1971), Formaciones económicas pre capitalistas, México, Siglo XXI.

Proceso (2017), El Che, a medio siglo. El hombre, el mito, México, edición especial número 55.

Ratner, Michael y Michael Steven (2015), ¿Quién mato al Che? Cómo logró la CIA desligarse del asesinato, México, Paidós.

Stoppino, Mario (2002), “Ideología”, en Norberto Bobbio, Nicola Matteucci y Gianfranco Pasquino (coords.), Diccionario de política, México, Siglo XXI, pp.755-770.

Taibo II, Paco Ignacio (2017), Ernesto Guevara también conocido como el Che, México, Editorial Planeta Mexicana.

Torres, Cristina (1985), Reflexiones sobre el materialismo histórico, México, Editores Mexicanos Unidos.

Marco Antonio Gutiérrez Martínez

Mexicano. Licenciado en Historia (UAMex, Mención Honorífica). Ponente en eventos nacionales e internacionales. Autor del cuento "Breve diario de mi oscuridad" (Luz y Sombra. Antología de cuento breve) y del libro AMLO, la mafia del poder y la Historia.

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