El superficial debate sobre el aborto

el debate sobre el aborto es la manifestación superficial de un problema mucho más profundo; un problema cultural sobre la forma en la que en la actualidad se dan las relaciones sexuales en nuestra sociedad


El país se encuentra a la espera de una nueva sentencia de la Corte Constitucional sobre el aborto; una cuestión que no debería generar tanta controversia pues ya hay una luz suficiente sobre el tema desde una perspectiva ética y científica.

Para empezar, creo que todos estamos de acuerdo en que moralmente está mal el hacerle daño a todo ser vivo autónomo. En el debate del aborto son bien conocidas las posiciones próvida (quienes defienden la idea de que todas las vidas son sagradas y deben ser protegidas. Consideran al embrión o feto como una vida humana que tiene derecho a nacer) y proaborto (partidarios del aborto libre -sin tener en cuenta tiempos de gestación o motivo médico-), pero quiero llamar la atención sobre una tercera posición, los proelección; una perspectiva sobre todo ética, la cual, por su carácter ético, se encuentra del lado del derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo, esto en la búsqueda de una igualdad real frente al género masculino, pero en la misma línea ética, establece unos límites al aborto. Esta perspectiva indica que se debe imponer un límite de tiempo para la Interrupción Voluntaria del Embarazo en la medida en que ciertamente no es solo el cuerpo de la mujer.

En ese sentido, se señala que es importante el concepto “ser vivo autónomo”, indicando que la cuestión sobre el aborto no debe de ser “¿cuándo comienza la vida?” ya que, vivos están el óvulo y el espermatozoide antes de la fecundación; vivas están todas las células de nuestros cuerpos y, de ellas, la ciencia moderna encuentra “potencialidad de generar un humano”; más bien, la pregunta correcta es ¿qué define y cuando se puede decir que existe un ser humano autónomo?

Sobre esto, la ciencia ya tiene las respuestas y se habla de la autonomía con relación a las funciones cerebrales. Es así que, un ser autónomo es aquel que posee capacidades cerebrales, es por esto que, “hay acuerdo entre las ciencias médicas al señalar que la muerte cerebral es el criterio determinante para definir el fin de la vida” (Moisés Wasserman).  Así las cosas, un ser humano es autónomo desde las semanas 20 a 24 de gestación (periodo en el que se desarrolla el cerebro). Sin embargo, éticamente es injustificable un aborto de más de cuatro meses.

Con esta información, la Interrupción Voluntaria del Embarazo se debe despenalizar en razón al derecho de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo y, del mismo modo, se debe regular una semana límite para el procedimiento (semana 12 o 14), en respeto a que, posterior a ello habrá un ser vivo autónomo y sintiente.

Para finalizar, he de mencionar que el debate sobre el aborto es la manifestación superficial de un problema mucho más profundo; un problema cultural sobre la forma en la que en la actualidad se dan las relaciones sexuales en nuestra sociedad. Hay quienes afirman que nos encontramos ante un nuevo periodo hedonista en la historia de la humanidad, ante lo cual, la respuesta más asertiva es dejar de lado los tabúes sobre la educación sexual, la cual es más eficaz y eficiente en el propósito de evitar Enfermedades de Transmisión Sexual y embarazos no deseados, ante los cuales (los últimos), la última alternativa que restaría (igualmente válida y necesaria su existencia) sería el aborto legal.

 

David Tibaquirá Orjuela

Soy profesional en Relaciones Internacionales y Estudios Políticos. Me gusta escribir y el análisis de los temas de actualidad sobretodo en política, economía y temas de coyuntura nacional e internacional. 

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