“El socialismo en Venezuela va a caer. No sé cómo, ni cuándo, pero va a caer.” Entrevista a Plinio Apuleyo Mendoza

Por: Miguel Ángel Barrantes

 

Miguel Barrantes (MB): Ud. y otras notables personalidades han expresado su preocupación por la forma en que se están llevando los diálogos de paz con las Farc en La Habana. ¿Está condenada al fracaso esta negociación entre el gobierno Santos y los terroristas de las Farc?

 

Plinio Apuleyo Mendoza (PAM): Yo creo que esos diálogos responden desde luego a una aspiración profunda que hay en los colombianos para que se acabe un conflicto con todos los horrores que ha conllevado durante tantos años. El propósito no lo repugno, lo que me parece muy peligroso es esa propuesta que está haciendo las Farc de una asamblea constituyente y que puede llegar a tener una participación muy fuerte de ellos.

El hecho de que no estén dispuestos a recibir ninguna sanción penal, el hecho de que no estén dispuestos a entregar las armas sino a sepultarlas como dicen, todo eso me parece muy peligroso. Aunque hay que esperar a que esto llegue a su fase final para que realmente haya un movimiento masivo de opinión que se exija una rendición de cuentas. No podemos anticiparnos a los riesgos para cerrar desde ya los diálogos porque esto desgraciadamente no es posible, pero si se vislumbran preocupantes indicios de que esto va por mal camino.

M.B. ¿Se refiere a usted a informaciones como las del último artículo del Espectador sobre los planes secretos de las Farc paralelos a la negociación?

PAM. Si, de hecho lo que se menciona allí corresponde a informaciones que yo he recibido y que he divulgado como el plan Renacer de Alfonso Cano. Me parece muy grave porque es allí donde estamos perdiendo la guerra, esa guerra política que libran desde hace años las Farc, y que justifica la infiltración de sindicatos, de la justicia, de las comunidades indígenas y afro descendientes y que conduce realmente a una situación peligrosa porque las Farc tienen mucha fuerza soterrada a través de esas infiltraciones.

Lo más inquietante es la penetración de la protesta social como pasó con lo del paro agrario, es muy peligroso; realmente el Estado esta desarmado frente a eso, y en ese caso el proceso de paz tiene unos riesgos muy grandes.

Yo creo que las Farc tienen muy claro que no pueden llegar al poder por las armas, ellos saben que solo llegarán por la vía política soterrada; el gran error es ver a las Farc como un grupo derrotado, porque a pesar de que han recibido fuertes golpes en lo militar, han infiltrado políticamente el poder en varias regiones.

¿Qué análisis hace del comportamiento del uribismo en las últimas elecciones?

PAM. Creo que la gran conclusión de la jornada es que el Centro Democrático debe convertirse en un partido. Ha sido un gran error que hasta ahora el uribismo no sea un partido. No un centro de pensamiento, sino un partido con una militancia. Porque hay una crisis de partidos, los partidos se han corrompido enormemente. Es necesario que surja un partido realmente limpio, con principios y autenticas convicciones no alimentados con la mermelada, por lo pronto en el congreso el Centro Democrático puede jugar un papel muy importante cuestionando muchas de las medidas de la Unidad Nacional que son equivocadas y en ese sentido yo creo que es muy importante que el Centro Democrático se convierta en un partido real.

Por otra parte, el presidente Uribe tiene que entender la necesidad de crear los cuadros del partido. No confiar solamente en su personal liderazgo; él tiene que tomar consciencia de que no basta solo un liderazgo personal, si no se tiene un auténtico liderazgo político que necesariamente siempre se multiplica en liderazgos juveniles futuros. Bueno, el hecho de que participe como Senador en una oposición bien organizada va a ayudar con la creación y desarrollo de ese partido.

El Centro Democrático está llamado a limpiar la política colombiana que está seriamente menoscabada por el clientelismo político. Los partidos se han convertido en agrupaciones de clientelistas que siempre buscan los beneficios del poder. Hay que acabar con eso, evitar que sean los dineros los que manden en la agenda electoral del país, y cumplir la prerrogativa fundamental de devolverle a la democracia su premisa vital que es apoyarse en partidos con principios y no con intereses de poder simplemente.

¿El Centro de Pensamiento Primero Colombia ha venido jugando un papel decisivo en la formación regional del nuevo partido uribista y en la preservación de las tesis del Ex presidente Uribe, qué debe venir ahora para este tanque de pensamiento?

PAM. El Dr. José Obdulio Gaviria ha tenido un trabajo destacado dentro del Centro Democrático con su centro de pensamiento; lo que sucede es que ha cometido errores porque no permaneció como árbitro imparcial desde ese notable centro de pensamiento sino que tomó partido prematuramente por unos candidatos en detrimento de otros con idénticas calidades morales e ideológicas.

El Centro de Pensamiento es una organización fundamental para la creación de partido, porque es fundamental que dentro del Centro Democrático haya un pensamiento directivo, intelectual e ideológico, todo no puede ser activismo, y el Centro de Pensamiento debe ser punto de encuentro de universitarios y académicos afines a las ideas del Centro Democrático, de modo que debe ser un instrumento indispensable de la formación de cuadros políticos a futuro del Centro Democrático, de otra manera el partido uribista morirá en el largo plazo.

Supe que Ud. no había estado completamente de acuerdo con la candidatura de Oscar Iván Zuluaga a la presidencia ¿Por qué?

PAM. Yo admiro mucho a Oscar Iván Zuluaga, me parece que tiene ideas muy claras, y que es un candidato muy serio, pero no creo que su escogencia como candidato presidencial represente una opción real de poder para el partido frente a lo que si seguramente hubiese podido lograr Francisco Santos. Porque desde luego Francisco Santos tenía ventajas en cuanto a opinión sobre Zuluaga, porque Francisco es una figura mucho más conocida, con mucha más penetración en la opinión pública por su carisma y trabajo previo con víctimas del conflicto.

Creo que Francisco Santos habría sido un candidato más efectivo en las encuestas para recoger los votos uribistas a la presidencia, aunque ahora hay que reconocerle a cada uno de ellos sus condiciones para no permitir que el uribismo se polarice internamente, pero desde luego yo creo que Francisco Santos habría sido un candidato con más posibilidades de éxito.

Pasando a otros temas, ¿Qué podemos esperar de la grave situación de Venezuela y en general del viraje político que ha dado Latinoamérica hacia los populismos de izquierda?

PAM. Lo que está sucediendo en Latinoamérica es muy preocupante. Eso se está viendo en que no hay una condena general a los atropellos que está cometiendo por ejemplo el régimen chavista en Venezuela, que ha logrado un movimiento populista, con un cariz marxista, como es el chavismo inspirado en la revolución cubana que ha logrado la penetración en varios países y el apoyo de otros que aunque no siguen su modelo, de todas maneras se apresuran a darle su respaldo.

¿A qué atribuye usted ese viraje radical en los gobiernos de la región. ¿Tuvo algo que ver las políticas económicas de los años 90, del llamado Consenso de Washington que para algunos no produjo ninguna expansión económica significativa en Latinoamérica, y sí en cambio provocó algunas crisis económicas severas, y la acumulación de una deuda externa que mantuvo a estos países anclados al mundo subdesarrollado?

PAM. En absoluto. Ese viraje a la izquierda se dio por un divorcio que se fue observando entre lo que es la sociedad civil y el mundo político, la gente comenzó a buscar algo distinto, un outsider como se dice; esa búsqueda de una figura nueva, algo distinto a lo de los partidos tradicionales, fue la que empujó el triunfo de Chávez en las elecciones de 1998 en Venezuela, y a partir de ese momento la experiencia misma de Chávez se proyectó en países como Bolivia y Ecuador.

Y ni siquiera es un viraje hacia una izquierda limpia, socialdemócrata, que la hemos llamada vegetariana, frente a una izquierda carnívora. Es una izquierda carnívora que ha fomentado el terrorismo en el continente, pero como digo es el divorcio entre la sociedad civil y la clase política la causa fundamental de ese cambio que se ha dado en nuestros países y que incluso ha llegado a tocar a Colombia.

Es importante que se unan fuerzas en general que apoyan la libertad de mercado, para hacerle frente a este movimiento que amenaza gravemente a la democracia.

¿Por qué han encontrado respaldo durante varias elecciones estos gobiernos de izquierda carnívora en sus respectivos países cuando históricamente eran Estados inestables con perturbaciones constantes?

PAM. Se han mantenido tantos años porque tienen un perfil autoritario, en la medida en que confiscan todas las instituciones políticas inmediatamente acceden al poder y acaban con la división de poderes. Y por otro lado porque tienen como soporte el populismo asistencial que logra capturar el apoyo de los sectores marginales a base de prebendas, sin que eso sea un real combate de la pobreza, porque para combatir la pobreza no se debe repartir pescado sino enseñar a la gente a pescar.

Porque a la larga como se está viendo en Venezuela eso produce tal desastre económico que en vez de acabar con la pobreza y por el contrario crea más miseria en el largo plazo. Al final eso provoca respuestas que terminan derrumbando ese tipo de regímenes.

El régimen de Nicolás Maduro tiene el tiempo contado…

PAM. El socialismo en Venezuela va a caer. No sé cómo, ni cuándo, pero va a caer. Esas protestas en Venezuela se mantienen y responden a una inconformidad muy profunda. Ya el socialismo no tiene ese viso idealizado de aquellos que comulgaban con el catolicismo marxista, sino que ya se ha convertido en una realidad deplorable; ya la gente joven no cree en ese socialismo marxista enmohecido y las masas populares hastiadas del terrorismo igualitarista a la larga tampoco. Porque la gente sabe que esa ideología política trae inseguridad, escasez, penurias, etc., elementos totalmente diferentes a los de una socialdemocracia basada en la libertad económica y en la libertad de mercado.

El uribismo está llamado a jugar un papel allí frente a la difícil situación en el continente latinoamericano…

PAM. Hay en el continente un pensamiento de tipo liberal, no liberal colombiano, sino liberal europeo muy fuerte. Hay ciertas personalidades influyentes, tipo Mario Vargas Llosa que están auspiciando fundaciones y organizaciones que nos ofrecen un pensamiento muy diferente al del populismo del Socialismo del Siglo XXI; sería importante que el Centro Democrático tuviera una asociación con esas fundaciones internacionales y no se quede simplemente en el escenario colombiano. Pero que primero se constituya como un partido y como una fuerza política organizada.

¿Abogar entonces por el libre mercado sin restricciones y con un mínimo de injerencia estatal traerá el autentico desarrollo a nuestros pueblos?

PAM. El Estado ha sido un desastre, es un desastre incluso en Colombia como despilfarra el dinero. En aquellos sitios donde el Estado tiene el control de todo como pasa en Venezuela, la economía es una catástrofe. La riqueza la crea el sector privado, no la crea el Estado, nunca. El estado más bien la despilfarra.

Hay desde luego correcciones que se le pueden hacer al sistema capitalista, especialmente frenar un poco el sector bancario, porque generalmente este sector desbocado conduce a situaciones peligrosas, pero no se puede poner en cuestión la efectividad de la economía de libre mercado, si lo que se quiere es el desarrollo de un país.

El fracaso del comunismo en Europa, y el desplome del muro en Berlín, así como el rezago de Corea del Norte y Cuba, así lo confirman. Entonces uno se pregunta qué sentido tiene tratar de aplicar en Colombia o en Latinoamérica esas tesis que solo han producido desastres históricos.

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