El problema no es el Coronavirus

Hemos visto en las últimas semanas el pánico mundial por la cuestión del COVID-19. Este ha sido el protagonista de diversos titulares, publicaciones y hashtags. Creo que es sensato decir que ha sido el tema #1 tratado por los medios de comunicación en lo que lleva del año.

Entre la desinformación y la inercia, las personas han dejado desabastecidos los supermercados de diferentes ciudades del mundo, “preparándose” para los efectos de la pandemia. El miedo y la incertidumbre que han creado los medios, han multiplicado acciones como esta, haciendo que las personas se sientan en la necesidad de tomar decisiones en modo de supervivencia. Sin embargo, ¿si es tan grave el asunto?

Si bien la problemática del virus no es para tomar a la ligera, debido a la gravedad que representa en individuos mayores y/o con afecciones médicas crónicas, es evidente que los medios lo han sacado de proporción. Por esto, es importante que nos pongamos a reflexionar sobre el impacto que tienen sobre nosotros los medios de comunicación y cómo nos dejamos moldear por sus noticias y publicaciones, sin cuestionarnos ni un segundo sobre lo que estos afirman. Y esto no solo aplica para el tema del Coronavirus, esto aplica para absolutamente todo; todo lo que leamos, escuchemos y veamos en las noticias y en las redes.

En otras palabras, hoy más que nunca nos debemos dar cuenta del gran poder que tienen los medios de comunicación; nos debemos preguntar si están ahí para informarnos o, al contrario, engañarnos. Nosotros nos auto-catalogamos como la generación más consciente, pero seguimos “comiendo cuento” de un montón de periodistas que detrás de un computador, en una sala de redacción, lo único que buscan es, desesperadamente, un tema que les de retweets, likes y reposts.

¡Qué va a saber un periodista sobre un tema médico! Si quieren realmente informarse sobre el COVID-19, vayan a fuentes oficiales y académicas, no esperen que con una noticia de “último minuto” van a quedar bien enterados. Esto en cuanto a nosotros como lectores. Ahora en cuanto a los redactores, los invito a honrar su trabajo y a ser fieles al periodismo serio y riguroso, el cual se ha estado perdiendo más y más con el paso del tiempo y lo continuará haciendo si no somos –como lectores­­– críticos frente a lo que leemos, vemos o escuchamos. Esta es la invitación. Suena fácil, pero si realmente lo fuera, no tendríamos por qué escribir sobre ello.

Susana Bejarano Ruiz

Politóloga con énfasis en derecho público.
Apasionada por la escritura, la comida y los museos. Mis temas de interés son el derecho constitucional, las teorías del Estado y las teorías sociológicas. Ambientalista hoy y siempre.