El partido conservador y la coyuntura constitucional

“El Partido Conservador es el que reconoce y sostiene el programa siguiente:

El orden constitucional contra la dictadura.

La legalidad contra las vías de hecho.

La moral del Cristianismo y sus Doctrinas civilizadoras contra la inmoralidad y las doctrinas corruptoras del Materialismo y del Ateísmo.

La libertad racional en todas sus diferentes aplicaciones contra la opresión y el Despotismo Monárquico, Militar, Demagogo, Literario, etc., etc.

La igualdad legal contra el Privilegio Aristocrático, Oclocrático, Universitario o cualquiera otro.

La tolerancia real y efectiva contra el exclusivismo y del Deísta, o del Ateísta, contra el Jesuíta y el Fraile, etc., etc.

La propiedad contra el robo y la usurpación ejercida por los Comunistas, los Socialistas, los Supremos o cualquiera otros.

La Seguridad contra la arbitrariedad de cualquier género que sea. La Civilización, en fin, contra la barbarie.

En consecuencia, el que no acepta algo de estos artículos no es Conservador. El Conservador condena todo acto contra el Orden Constitucional, contra la legalidad, contra la Moral, contra la Libertad, contra la Igualdad, contra la Tolerancia, contra la Propiedad, contra la Seguridad y contra la Civilización, sea quien fuere el que la haya cometido. Y aprueba todos los actos en favor de estos grandes objetivos, sea quien fuere el que los haya ejecutado.

Ser o haber sido enemigo de Santander, de Azuero o de López no es ser Conservador, porque Santander, Azuero y López defendieron también, en diferentes épocas, Principios Conservadores. Haber sido amigo de estos o de aquellos caudillos en las guerras por la independencia, por la Libertad o por la Constitución, no constituye a nadie Conservador, porque algunos de estos caudillos han defendido también alguna vez principios anticonservadores.

El Conservador no tiene por guía a ningún hombre; eso es esencial en su programa. Si alguno o muchos de los hombres eminentes del partido se apartan del programa, el partido los abandona, los rechaza.

El Partido Conservador no quiere aumentar sus filas con hombres que no profesen teórica y prácticamente los principios de su programa. Por el contrario, le convendría que, si en sus filas se hallan algunos que no acepten con sinceridad estos principios, desertasen de una vez.

El Partido Conservador no acepta ningún acto ejercido a su nombre contra su programa. Ninguna aserción que esté en oposición con estos principios sea cual fuere su procedencia.”

Esta es la textualidad del Partido Conservador en Colombia. Esto es el Partido Conservador. No es lo que diga ninguna “Convención” manipulada por jefecillos de paso.

El Partido Conservador nació el 4 de octubre de 1849, cuando Don Mariano Ospina Rodríguez y Don José Eusebio Caro publicaron en el diario La Civilización la declaración que acabamos de transcribir. (José Alvear Sanín; Los Ospina en la Historia de Colombia. Obra y Legado de una Familia; Fundación Mariano Ospina Pérez; Bogotá; 2024; Pag. 52)

En marzo 7 de 1849, escasos siete meses antes de dar a la luz al Partido Conservador, Don Mariano Ospina Rodríguez, ante la turba de las barras armadas de machetes y dagas debajo de sus ruanas y que a viva voz afirmaban que asesinarían al Congreso si no votaba la elección presidencial a favor de José Hilario López, escribió su voto: “Voto por el General José Hilario López, para que no sea asesinado el Congreso colombiano.”. Esa turba estaba en manos de la demagogia que impusieron las llamadas Sociedades Democráticas que equivalían al populismo y la demagogia más ramplona posible.

Sin duda alguna, la revolución francesa de 1848, la que inmortalizó Eugenio De La Croix con su despampanante pintura La Libertad Guiando al Pueblo, la que dio nacencia a la famosa trinidad de Libertad, Igualdad, Fraternidad, la que echó “china” para que las brasas que dejaron también las revoluciones francesas de 1789 y de 1830 renacieran en fuego vivo, al punto que toda esa ebullición hiciera que nacieran las ideas conservadoras.

No es cierto entonces que los conservadores fuesen los Ministeriales, como lo dijo Don José María Samper. El Partido Conservador nace en medio de semejante alboroto local, nacional e internacional. El Pensamiento Conservador fue inspirado por alguien tan liberal que hizo parte de la Conspiración Septembrina contra Simón Bolívar por haber dejado éste a un lado la Constitución de Cúcuta de 1821 que prohibía su enmienda antes de que transcurriesen diez años y por haber convocado la Convención de Ocaña para 1828 y mandar disolverla al verificar que no tenía su control. El Partido Conservador nace de un hombre que se alió con José María Córdoba para luchar contra la dictadura bolivariana.

El Partido Conservador no sigue hombres, sigue principios. La masa conservadora exige unión de todos los colombianos para luchar contra la tiranía en ciernes. Los conservadores son demócratas por naturaleza y la democracia colombiana está amenazada por quien fue elegido como Presidente de la República.

La Constitución, Norma de normas, que postula la autonomía territorial como principio, está siendo amenazada por quien se cree superior a la Ley.

Tiene la obligación histórica, moral y principialística, el Partido Conservador, y mejor, las almas conservadoras, de salir en defensa de las normas fundantes de nuestra Constitución Nacional.

Julio González Villa

Doctor en Derecho U. Externado de Colombia; Abogado UPB; Magíster Administración de EAFIT; Especialista Derecho Ambiental U. Externado y Derecho Administrativo y Comercial.

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