Al Poniente conversó con el profesor Juan Carlos Rodas, Licenciado en Filosofía y Letras. El profesor Rodas es autor del libro «El fútbol: esa metáfora«, además es el Jefe de la Editorial-Librería de la UPB. En esta misma universidad también dicta una cátedra dedicada precisamente a dos grandes pasiones de los humanos: la literatura y el fútbol.
-Últimamente en redes sociales he notado mucha gente despotricando del fútbol, diciendo que la cuarentena nos ha demostrado que podemos vivir sin este deporte ¿Qué piensa usted sobre eso?
Hay historias reales que sugieren que un domingo sin fútbol es un suicidio en diferido. Otras dicen que el fútbol se inventó porque los hombres no soportaban el descanso encerrados en sus casas. Hoy se despotrica del fútbol no por el juego mismo sino porque lo desnaturalizaron agentes externos como la política, la publicidad y el marketing, es decir, se hacen comparaciones entre lo que se gana un futbolista y lo que se ganan los héroes de esta enfermedad que nos cogió a todos sin ninguna preparación: el fútbol se metió en el primer renglón de las economías del mundo, pero no por el juego mismo sino porque se llenó de intereses ajenos: apuestas, ventas de camisetas, es decir, los jugadores parecen vallas publicitarias. Podemos vivir sin este deporte porque se puede vivir sin el espectáculo y el show comercial en el que se ha convertido. No podemos vivir sin el juego por el juego del fútbol porque es antinatural (se juega con los pies) pero hay arte. No podemos dejar de jugar.
-Vladimir Dimitrijevic asociaba sus gustos a los jugadores, con sus gustos literarios. Por ejemplo, él decía que le gustaba Maradona porque en la literatura “prefería a aquellos que han conservado la impertinencia de los niños” ¿Hay algún gusto por un jugador o por un equipo de fútbol que asocies con tus gustos literarios?
En el libro El fútbol, esa metáfora intento hacer los vínculos entre fútbol y literatura porque sé de algunos Premios Nobel que le dedicaron sus textos escritos al fútbol: Günter Grass, Camilo José Cela, Peter Handke, entre otros, no se cansaron de demostrar que el fútbol no es chutar un balón hasta ingresarlo al arco. En un partido de fútbol aparecen las pasiones humanas, todas: amor, locura y muerte. Jornadas épicas, guerra, lenguaje, vida. Poetas como Vicente Huidobro y Vicente Aleixandre escribieron poemas hermosos sobre el arquero, ese personaje extraño que juega con guantes y puede usar gorras. Por eso, algunos dicen que no hay grandes novelas sobre fútbol puesto que cada partido de un Mundial, por ejemplo, es una épica, un drama, una tragedia. Hay héroes y antihéroes. El fútbol existe para ser contado.
Ningún otro fenómeno, ni la religión, por ejemplo, han hecho lo que produce el efecto fútbol: cábalas, rituales, altares, himnos, museos
-Muchos osados sostienen, parafraseando a Marx, que hoy en día el fútbol es el opio de los pueblos, ¿qué opina de esa idea?
Galeano sostiene que el fútbol es la única religión que no tiene ateos y el fútbol ha creado amigos y enemigos, es decir, no hay términos medios. Necesitamos distracciones, opios, adicciones y el fútbol ayuda a soportar el dolor de la existencia. Ningún otro fenómeno, ni la religión, por ejemplo, ha hecho lo que produce el efecto fútbol: cábalas, rituales, altares, himnos, museos. Son las afiliaciones que necesitamos para ser aceptados en la cultura. El fútbol deja ver lo mejor y lo peor del ser humano. Desde niños nos impusieron el peinado, la ropa, los juegos y hasta ser hincha de un equipo; sin embargo, todo lo podemos transformar y cambiar: de estado civil, de novio o novia, de peinado, de ideología política, pero no del equipo de los amores. Eso sostiene Galeano en Fútbol a sol y sombra.
-Ante la imposibilidad de ver fútbol, muchos fanáticos han querido canalizar sus necesidades futboleras viendo vídeos de partidos viejos, oyendo entrevistas a jugadores, siguiendo torneos de play en vivo o leyendo sobre fútbol. Respecto a lo último, ¿qué les recomienda leer en esta cuarentena a los futboleros?
Autores como Casiari, Sacheri, Reguero, Juan Tallón, Villoro, Galeano, Miguel Pardez, Gonzalo Medina, Beatriz Vélez, Stany Sirutis, Ronald Reng, Uris, Jorge Barraza, Luciano Wernicke, Norbert Elias, Luis Aguilar, Ricardo Gotta, Valdano, Sid Lowe, Juan Cruz Ruiz, Ian Hawkey, John Carlin, Sanjeev Shetty, Matías Godio y Santiago Uliana. Todos son autores que le dedican sus libros al fenómeno del fútbol: antropología, semiología, psicología, sociología, arte, estética, cábalas, religión, política, estética. Cada uno de ellos sería una buena compañía en tiempos sin fútbol. Es preciso que aparezcan estos autores en estas épocas en las que no se juega fútbol, pero se lee fútbol.
«El fútbol sin hinchas es un arte que se queda a mitad del camino.»
-Profesor, ¿qué opina de la posibilidad de que vuelva el fútbol, pero sin hinchas?
El fútbol sin hinchas es un arte que se queda a mitad del camino. Los estadios se hicieron para habitar el espectáculo en vivo y en directo. Y como no caben todos, entonces está la radio, la televisión y, hoy, internet. Si narran fútbol sin espectadores el fútbol cojea, es decir, es como tener un libro sin lectores
-Antonio Gramsci decía que el fútbol era el reino de la lealtad humana al aire libre, ¿cree usted que esto es cierto?
Claro: de la lealtad humana, pero también de la sinrazón humana porque hay racismo, discriminación, solidaridad, muerte, es decir, el fútbol es el drama humano al que le cabe lo mejor, pero también lo peor.
– ¿Cuál cree que sean los retos y cambios del fútbol después de la cuarentena?
Seguir al pie de la letra los protocolos. Hace muchos años los chinos tuvieron una pandemia parecida a esta y, desde allí, dejaron de saludar de mano y, menos, dejaron de darse besos en la mejilla y abrazos. Tenemos que prepararnos para habitar una cultura del distanciamiento y es preciso pensar e instalar imaginarios que implican cambios estructurales en la vida cotidiana y en la idiosincrasia.
Profesor, ahora una ronda de preguntas cortas. Si quiere las puede justificar:
– ¿Mario Benedetti o Roberto Fontanarrosa?
Ninguno de los dos y los dos. Son estilos muy distintos.
– ¿“Pacho” Maturana o Néstor Pékerman?
Maturana y creo que la respuesta es muy afectiva. Quiero menos a Pékerman, pero lo admiro.
– ¿El gol de Rincón a Alemania o el gol de Mina a Inglaterra?
Los dos pusieron a soñar a Colombia. Ambos en situaciones dramáticas en contextos diferentes.
– ¿El Pibe o James?
Es responder a la pregunta de si es verdad que todo tiempo pasado fue mejor. No podría hacer una comparación porque son tiempos distintos.
– ¿Pelé o Maradona?
No sé.
– ¿Menottista o bilardista?
Ninguno de los anteriores.
– ¿Juan Villoro o Eduardo Galeano?
Los dos.