El cerebro y los celos románticos: ¿Que nos dice las neurociencias?

Los celos románticos son una respuesta exagerada ante la inminencia pérdida de atención de nuestra pareja. Las neurociencias comienzan a dilucidar cómo los celos se generan a nivel cerebral. Las reacciones asociadas a celos son más frecuentes en el cerebro del hombre. Múltiples zonas cerebrales se activan en el individuo celoso revelando la complejidad de los mecanismos neuronales que gobiernan esta respuesta emocional.


«La rabia de los celos es tan fuerte que fuerza a hacer cualquier desatino» decía el Novelista, poeta y dramaturgo español Miguel de Cervantes Saavedra. Los celos son un sentimiento frecuente en los humanos.  Una nueva amistad para nuestra pareja puede producir celos. Los celos generan una serie de emociones que van desde el miedo, sentimientos de minusvalía hasta la inseguridad. Los celos requieren una triada: el celoso, el celado y el rival. Los celos a nivel cerebral son representados como una forma de dolor social.

A nivel del cerebro se ha logrado identificar estructuras como el giro cingulado y el septum pellucidum que se activan en el mono celoso (Estudios hechos en animales de experimentación) y que participan normalmente en circunstancias como el dolor y el estrés. Es probable que el mecanismo de los celos románticos haya surgido en la evolución como una estrategia para garantizar la unión de las parejas y de esta manera garantizar la continuidad de la progenie.  Los celos vendrían siendo un mecanismo de protección, de un sentimiento de no perder a nuestra compañera o pareja.

Neurotransmisores como la vasopresina participan en comportamiento de celos y de control de territorialidad. También se ha establecido que, en los hombres, las reacciones emocionales de celos son más frecuentes.

El síndrome de Otelo es un trastorno psiquiátrico el cual el paciente desconfía de su pareja. Los sentimientos de celos son innatos, pero en ocasiones posterior a lesiones cerebrales los pacientes pueden tornarse celosos; esto demostraría que los celos tienen un sustrato en nuestros cerebros. En ocasiones, la respuesta de un celoso puede llegar a la irracionalidad y agresividad. Nuestro cerebro primitivo es decir las zonas más antiguas desde el punto de vista evolutivo se activan y dominan la respuesta. Pero no todo es malo, los celos también pueden indicarnos que nuestra relación necesita más atención.

En un estudio dirigido por la profesora de psicología Denise Friedman de la Roanoke College in Salem, Estados unidos se encontró que personas con alto rendimiento académico tienden a ser más celosas. Una de las explicaciones está relacionada en que las personas con altos niveles académicos tienen personalidades perfeccionistas lo que los obliga según Friedman a reducir las posibilidades de infidelidad puesto que esto sería un obstáculo para sus objetivos profesionales. En un escenario como éste, los celos están asociados con la inteligencia, pero por otro lado las acciones asociadas con conductas celotípicas pueden conducir a violencia intrafamiliar.

A modo general diría que los celos románticos son sentimientos inherentes a nuestra conducta humana, controlarlos es importante. La investigación en neurociencias nos permitirá conocer un poco más de esta reacción emocional con implicaciones sociales relevantes.


Lecturas recomendadas

  1. Serrano García D, Celos románticos y su relación con la violencia en el seno de la pareja. (2019). http://tauja.ujaen.es/bitstream/10953.1/6104/1/TFGCelos_Daniel_J_S_G.pdf
  2. Martínez-león NC. Una revisión sistemática de los celos románticos en la relación de pareja. Terapia Psicologica. 2017, Vol. 35, Nº 2, 203-212. Link: https://teps.cl/index.php/teps/article/view/178/208

Luis Rafael Moscote-Salazar

Medico Neurocirujano
Consejo Latinoamericano de Neurointensivismo (CLaNi), Colombia
neuroclani.org

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