Dos continentes, un mismo problema

José María Dávila Román

En Latinoamérica se han dado otros casos de desplazamiento forzado por el fracaso de políticas de gobiernos populistas que han tirado al traste la economía como ocurre con Venezuela y Cuba”.


 

Canción de antiguos amantes es el último libro de la escritora colombiana Laura Restrepo donde relata el drama que sufren los somalíes y etíopes para escapar de sus lugares de origen por las condiciones que sufren: pobreza extrema y violencia. Los emigrantes de esta parte de África cruzan el Golfo de Adén ubicado entre el Mar Rojo y Arábigo con la esperanza de llegar al Yemen en territorio asiático y emprender una nueva vida.

Muchos mueren al intentar cruzar la frontera marítima. Las lanchas o botes que los transportan lo hacen con sobre cupo. Van al triple o más de su capacidad. Los emigrantes van como en una lata de sardinas. No tienen espacio para moverse. Las madres que van con hijos recién nacidos sufren la agresión de los que manejan el negocio de transporte ilegal de emigrantes porque sus hijos no paran de llorar y eso puede alertar a la policía marítima y hacer que los capturen. Su frialdad es tal, que prefieren quitarle el niño a la madre y lanzarlo al mar -para que se ahogue y muera- que exponerse a ser capturados.

Dice el refrán popular que “a dónde fueres haz lo que vieres” que invita a respetar la cultura y tradiciones de los pueblos; sin embargo, la tradición somalí parece que tampoco es bien aceptada por el grueso de su población. Eso explica el fenómeno de la emigración masiva. A las mujeres las someten a la mutilación genital para evitar que tengan placer sexual. Están expuestas a violaciones, a tener embarazos no deseados por parte de los clanes que quieren acabar con el clan de sus familias y saben que estarían deshonradas si dan a luz a hijos de sus enemigos. En cada región de Somalia existen clanes que están en guerra contra el mundo: todos en contra de todos.

Los emigrantes somalíes esperan encontrar mejores condiciones en el Yemen o utilizarlo de paso para migrar a países más prósperos de la región como Arabia Saudita, Catar o Baréin. El Yemen es un país subdesarrollado. A las mujeres buscan casarlas con hombres que las puedan mantener y que en su mayoría tienen múltiples esposas. Irónicamente le puede ir mejor a una madre soltera -que hace parecer que su hijo es de su madre para evitar el estigma de haber sido madre sin contraer matrimonio- porque de esa manera tiene más libertad: puede trabajar, administrar su propia economía, estudiar, viajar, ser autónoma. Cuando se casan pierden todos esos privilegios y quedan sometidas a la voluntad del marido.

Los somalíes como parte de los colombianos sufren de desplazamiento forzado por la violencia y conflictos armados que hacen imposible que la gente tenga tranquilidad y la posibilidad de desarrollar su proyecto de vida en su propio territorio. Prefieren aventurarse a explorar otros mundos así la posibilidad de éxito sea mínima. Tienen muy poco que perder. En Latinoamérica se han dado otros casos de desplazamiento forzado por el fracaso de políticas de gobiernos populistas que han tirado al traste la economía como ocurre con Venezuela y Cuba.

Dos continentes y culturas tan distintas como la de África y Suramérica tienen en común esa emigración de la población buscando un mejor futuro que se resume también en encontrar mejores oportunidades que nunca estarán servidas si en los territorios no hay paz ni garantías para que la gente, las instituciones y las empresas puedan desarrollar su propósito.


Todas las columnas del autor en este enlace: https://alponiente.com/author/joche0916/

José María Dávila Román

Comunicador Social - Periodista de la UPB con Maestría en Gerencia para la Innovación Social y el Desarrollo Local de la Universidad Eafit. Creo que para dejar huella hay que tener pasión por lo que se hace y un propósito claro de por qué y para qué, hacemos lo que hacemos. Mi propósito es hacer historia desde donde esté, para construir un mundo mejor y dejar un legado de esperanza y optimismo para los que vienen detrás. Soy orgullosamente jericoano.

Nota al pie: El columnista tiene o ha tenido vinculación laboral con la minera AngloGold Ashanti. 

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