Delirio de amor

Decidí ser bueno para encontrar cosas perdidas

Y hasta causas perdidas

Siendo sincero te encontré y aun no me veías

Talvez es por eso mi melancolía

Aunque viva de noche y sueñe de día

Solo espero que la muerte acabe con mi vida

Mis sueños más orgásmicos son tú lo último que vería

Y mi miedo más profundo eres tú sin saber que yo existía

Apiádate de mi mujer inocente

No dejes que el tiempo inerte

Me guarde tan solo en tu inconsciente

Solo recuerda aquel día soleado y verde

Yo estaba ahí junto árbol sin poder verte

No porque no quisiera apreciarte

Si no que de tanto pensarte

Pensé, que no podías amarme

Cavilé insistente hasta que llego el fin

Soy un cobarde eso siempre lo creí

Perdona a este hombre que se cohibió de ti

Y que por miedo no pudo valentía fingir

Sí algún día pasas por el árbol piensa en mi

Justo ahí habito un hombre que hasta morir

Vivió deseando el destino poder corregir

Cambiar aquel día en que el alma empezó a sufrir

Recordando y tembloroso ¿porque soy yo y no otro?

¿Acaso merecía quedar sordo?

¿Merecía yo que quemaran mi rostro?

No lo sé, por eso siempre lloro

Evito las multitudes y siempre estoy solo

Después de la guerra tan solo la muerte añoro

Cuando no pienso en muerte, pienso en ti mujer de todos

Motivación única de que aún abiertos estén mis ojos

Es la hora, con seguridad puedo sentirla

Hoy me despido de ti, amada mía

Sentado justo al lado del árbol verde

Siento como se acerca a mí la fría muerte

La verdad es que aún no quiero morir

Contigo tendría un mundo entero por vivir

Me voy sin tu triste adiós

En realidad, me iré sin conocer tu voz.

Ricardo Rodríguez Cardoso

Estudiante de medicina, apasionado por la literatura, el pensamiento crítico y el análisis político. Sigo los pasos de Hector Abad Gomez, especializándome en Poliatría.

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