Dejémonos de violar

Cada semana los medios de comunicación tienen entre sus tópicos diarios, reportes de  mujeres de todas las edades, estratos y procedencias que han sido violadas, ultrajadas y vulneradas hasta lo más íntimo de la naturaleza femenina física y psicológica. Unas denuncian y otras se quedan calladas, mientras  esos abusadores siguen por ahí andando, “pistiando” su próxima víctima que puede ser usted o yo.

Los reportes dicen que el abuso sexual en su mayoría se presenta dentro del círculo familiar o social cercano de la víctima; papá, padrastro, abuelo y tío son quienes predominan como abusadores hacia mujeres y menores, mejor dicho VIVIENDO CON EL ENEMIGO, y en muchos de esos casos, cuando se le cuenta del hecho a otro familiar, éste no cree y opta por el silencio o prefiere ocultarlo.

Por ahí ronda otro porcentaje más reducido, que habla del abuso por parte de desconocidos que se encontraron en el momento y la hora equivoca para su víctima. Pero los reportes son tan pobres y las estadísticas tan nefastas que ni siquiera los señalan como relevantes.

La violación a cualquier género, la modalidad de la manoseada y la masturbada en espacios concurridos, el tipo que le echa ácido a la novia, o las supuestas orgias obligadas en una escuela de cadetes de la Policía,  ¿Quién regula eso?, ¿Cómo se controla? ¿Por qué repudiamos esas noticias y al minuto nos dejan de importar? No tengo respuesta para eso, y si alguien la sabe me la puede hacer llegar.

En lo que respecta a la fuerza física, el hombre se ha aprovechado de esa ventaja concebida para hacer lo que le plazca, en un mundo supuestamente muy innovador, moderno y globalizado, que sigue siendo concebido para el género masculino. Y no existe ningún motivo para que uno o varios hombres, ataquen a una mujer por las simples ganas de accionar el instinto de desfogarse, para mostrar una hombría ridiculizada en casa, para subsanar deseos no controlados o porque sí, porque ese es el plan del día.

Cuantos papás, hermanos, tíos, abuelos son unas figuras sociales impecables, pero en cualquier descuido maltratan su esposa, mamá, hermana y lo que se les atraviese, por una razón que no hace parte de un ser humano racional, coherente y real.

Disfrutemos la vida, vivámosla, pero dejémonos de atracar, violar, extorsionar  y matar PORQUE SÍ, ya que no existe una razón valedera y cuerda para entender las acciones que cometemos, por seguir impulsos desmesurados y deseos absurdos.

Hombres dejen el cierre arriba y cuando les digan no, ES NO. Y sí les dicen si, ADELANTE.

Y si usted ha sido víctima de abuso o si conoces a alguien que lo haya padecido, aplique la justicia, no sé cuál, pero cobíjese en ella.

[author] [author_image timthumb=’on’]https://alponiente.com/wp-content/uploads/2013/10/1003353_10151619696983403_948650401_n.jpg[/author_image] [author_info]Maria Antonia López Estudiante de Comunicación Social – Periodismo de la UPB Representante al Consejo estudiantil de la misma universidad en el año 2011. Leer sus columnas. [/author_info] [/author]

 

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