«De la mano de Dios y la Virgen Santísima», así no debería concluir una comunicación de una entidad pública como el Concejo de Medellín, sin embargo, así lo hace una carta firmada por diecisiete corporados que intentan defender a Luis Alfredo Ramos Botero de una supuesta «persecución sucia que manchó la imagen de un gran líder», orquestada por la Corte Suprema de Justicia.
Este es el Comunicado, un escrito pobre en argumentos, con errores de redacción, un despropósito, pues qué es el Concejo de un Municipio, así sea el de Medellín, para refutar, evaluar o pedir cuentas a la Corte Suprema de Justicia frente a su accionar:
La noticia original era que veinte de los veintiún Concejales firmaron, luego, gracias a lo asiduos que fuimos algunas personas en twitter, se aclaró que no era una iniciativa del Concejo, ni que habían firmado ese número de cabildantes: “El corporado Santiago Jaramillo Botero, quien promovió la firma de un documento de respaldo al exgobernador… aclaró que no fueron 20 sino 17 los concejales firmantes del texto de apoyo”:
El Concejal Santiago Jaramillo aclaró además en El Colombiano que «nunca consultó el contenido del documento con la presidenta de la corporación, Daniela Maturana, ni con los corporados Daniel Carvalho, Luz María Múnera y Bernardo Alejandro Guerra. -Ese es un respaldo político de los concejales firmantes. Cuando se levantó la parte de asuntos varios en la sesión plenaria, los que no firmaron salieron a cumplir con sus obligaciones y no tuve la oportunidad de conversar con ellos-” puntualiza el Concejal al diario.
Si no lo consultó, cómo el comunicado habla en nombre de todos: «de la mano de Dios y la Virgen Santísima, reclamamos desde el Concejo de Medellín su liberación» [?] Con qué autoridad usa el nombre y la imagen de la Corporación para defender a su mentor político. Aquí lo importante no es aclarar cuántos Concejales firmaron, si el Concejal Jaramillo envió la misiva con un asistente que se equivocó al no saber que diecisiete es menor a veinte, o si las firmas están o no borrosas. Lo grave es que se use la imagen del Concejo para esta clase de respaldos. La Corte decía en el 2013 que dada la conducta punible que se le imputa al exsenador Luis Alfredo Ramos Botero, «permite inferir el evidente riesgo para la comunidad«. Esa, sólo esa declaración debe impedir que se ponga en entredicho la imagen y el prestigio con que cuenta nuestro Cabildo. Ahora, eso no quiere decir que el doctor Ramos sea un delincuente, hasta que se demuestre que cometió los delitos de que se le acusan, deberemos entender que es inocente. Sin embargo, esa defensa se hace de manera personal, dejando claro que son concejales de Medellín y no el Concejo como entidad.
Esperemos que «de la mano de Dios y la Virgen Santísima» podamos tener un Concejo preocupado por los asuntos de la Ciudad, más que de defensas personalistas que dividen en lugar de cohesionar la labor de los cabildantes. Hoy tienen a su cargo temas importantísimos como la propuesta de cambios en la estructura Municipal, un fiasco desde el punto que se le mire, una excusa para darle superpoderes a un amigo (Ver Proyecto de Acuerdo 002 de 2016). Así mismo la autorización para que EPM enajene la participación accionaria en ISAGEN, un proyecto de acuerdo express, al que no se le dará el rigor de discusión como tampoco se dio para vender a UNE, y del que además no se conoce qué pasará con los 1.4 billones que se recibirían de darse la transacción (Ver Proyecto de Acuerdo 004 de 2016).
«De la mano de Dios y la Virgen Santísima» esperamos que los Concejales firmantes entiendan que estamos en un estado laico, lo cual obliga a nuestras autoridades políticas a no adherirse públicamente a ninguna religión.
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