¿El problema es hablar de política o politiquería?

La definición de política enmarca múltiples definiciones, para el caso de este artículo quisiera traer solo dos significados, como lo dice la RAE, política es la “Actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión, con su voto, o de cualquier otro modo.”, “Actividad de quienes rigen o aspiran a regir los asuntos públicos.”, sin embargo, estas dos definiciones llevadas a la realidad, se repelen. ¿Por qué?

A lo largo de los años, la historia política de Colombia ha sido permeada por ciertos fenómenos sociales, por ejemplo el tener un Estado asociado con organizaciones al margen de la ley para garantizar el derecho a la seguridad, un conflicto armado interno que empezó oficialmente en 1960, esto ha implicado desapariciones de civiles y violación a los Derechos Humanos, casi que mutilando la voz de la sociedad civil. Pero estos escenarios no son exclusivos del gobierno, sino también del ejercicio de quienes desean conducir los aspectos públicos, podríamos decir que la práctica política es ejercida con violencia, de allí a que cantidades alarmantes de legisladores y funcionarios públicos estén condenados por hechos relacionados con asesinatos o amenazas a civiles, en el año 2006 se pudo vislumbrar esto, debido al fenómeno de la parapolítica.

Caso aparte es el fenómeno de la corrupción, según el índice global de impunidad a 2015, realizado por la Universidad de las Américas de Puebla. Colombia es el segundo país de Latinomérica más corrupto, con 75.6 puntos, pero ¿Qué es corrupción? “En las organizaciones, especialmente en las públicas, práctica consistente en la utilización de las funciones y medios de aquellas en provecho, económico o de otra índole, de sus gestores.” RAE. Es decir, las personas que practican este hecho tan reprochable son los mismos que quieren llegar a pilotar las conductas de lo público. Por esto y lo anteriormente dicho, no es sano juntar el término política con politiquería, parece elemental, pero hechos como la violencia y la corrupción han polarizado ambas prácticas, haciéndolas parecer iguales e indeseables.

¿Cuál es mi propuesta? A veces no necesitas ser un experto para proponer, he tenido la oportunidad de conocer personas con ópticas propositivas, generar espacios político-ciudadanos es la clave, es decir, somos la sociedad civil expresando nuestro punto de vista, los activistas somos la tierra y la semilla del cambio, mientras la politiquería siga apropiándose de lo público debemos ser más las personas que llevan la ética y la transparencia a todos los honorables recintos donde se haga democracia, debemos volverlo cotidianidad.

Pero sobre todo, no debemos ser nosotros los que censuremos el ejercicio proselitista de la política, ya que la teoría política es perfecta, de nuestra propia valentía dependerán los cambios, como dice Joaquín Sabina “Corre, dijo la tortuga, atrévete, dijo el cobarde, estoy de vuelta, dijo un tipo que nunca fue a ninguna parte” Que no nos pase.

Diego José Obando Pacheco

Estudio Contaduría Pública en la @UCooperativaMed, así como Jaime Garzón creyente de que Colombia puede ser mejor, fascinado por las obras de Gabo, ciudadano activo, del común, sueño con un centro de Medellìn para todos.

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