Cuidado alcalde, lo van a morder

Fuente: Cerosetenta

Desde que inició el gobierno de Daniel Quintero, activistas, periodistas, académicos y políticos han criticado con vehemencia acciones y actitudes de la actual administración. Aunque Quintero ha tenido algunas victorias, como cuando fue criticado por hacer obligatorio el uso del tapabocas y terminó teniendo la razón, parece estar teniendo muchos más desaciertos. Ante la crítica, la alcaldía ha tenido dos estrategias, ubicar en la opinión un discurso reivindicador y callar, desviar o evitar el debate.

Ha sido evidente y denunciado el esfuerzo de la actual administración por desvirtuar la crítica, desde muy temprano en la actual crisis lo vimos acusando a periodistas y activistas de promover noticias falsas, posteriormente conocimos de su boca y la de sus secretarios la idea de que eran sujetos de persecución política por parte de algunos medios de comunicación, también, oímos de periodistas muy respetados de Blu, Caracol y La W que la administración ha sido lenta y distante para proveer algunos tipos de información y recientemente el alcalde publicó en su cuenta de Twitter un fallo de tutela donde aparecen los nombres y cédulas de los demandantes a quienes indirectamente llamó enemigos de Medellín. Callar, desviar y evitar es la primera estrategia de comunicación de la Alcaldía que, a su vez, ha sido profundamente criticada y con la que juegan principalmente, el alcalde y sus secretarios Esteban Restrepo y Juan José Aux.

La otra estrategia es más sutil, menos descarada si se quiere, pero igualmente mal manejada. Consiste en implantar un discurso sobre la opinión pública que atienda a los intereses de imagen del alcalde, en concreto, presentarlo como un hombre prolijo y virtuoso. El primer paso fue dotar a Quintero de una imagen de sinceridad, poseedor de la verdad única, casi bíblica incluso; esto se ve en la acusación de promoción de noticias falsas realizada a periodistas, desvirtuando medios y poniendo en entredicho que la única fuente confiable de información es la alcaldía misma.

El segundo momento correspondió a lo sucedido con las denuncias de acoso presentadas contra Quintero. Además de no responder, de forma muy curiosa y capitalizando estratégicamente el venidero Día del Padre, la comunicación de la alcaldía se volcó a demostrar los buenos valores del alcalde como padre, resaltando lo buen esposo y papá que ha sido con su núcleo familiar. ¿A caso debemos agradecerle? De ninguna manera, aunque nos alegra, esa es precisamente su responsabilidad. Como si fuera poco, se supo la noticia de que además de la comunicación institucional al respecto, la alcaldía pretendía pautar con Caracol Radio dos entrevistas donde se resaltaran estos mismos valores.

El tercer momento de esta estrategia fue la reciente entrevista del alcalde con La W, donde echó a Telemedellín la culpa de la salida en falso con Caracol. Lo subsecuente fueron publicaciones de Quintero y el secretario Esteban Restrepo argumentando que esta administración estaría ahorrando millones en gasto publicitario comparado con las anteriores, sin embargo, ¿quién les preguntó? Con esto buscan resaltar su imagen como un gobierno austero, pero bien ubicado, desviando nuevamente el centro de la discusión.

Virtuoso, veraz y austero, ese es Daniel Quintero. Por lo menos en lo que respecta a la comunicación de la administración de Medellín. Sin embargo, académicos, activistas, periodistas y público general parecen no tragar entero y continúan cuestionando su actuar. El alcalde, insiste en meternos los dedos a la boca, la opinión pública aparenta estar a punto de morder ¿Cuántos dedos puede perder el alcalde, cuántos cartuchos puede quemar? ¿Cuántas vidas le quedan a Juan José Aux, cuántos desaciertos? No sabemos. Lo único claro es que, promediando en sólo seis meses un desatino mensual o más, de continuar al ritmo actual, el gobierno local agotará sus opciones antes de acabar este periodo. A menos que las encuestas de opinión demuestren que Quintero sale de la crisis presente con mayor imagen favorable que los alcaldes de las otras ciudades más importantes del país, no habrá estratega que salve esta alcaldía de la opinión pública.

En campaña el actual alcalde y su equipo fueron rápidos en juzgar y atacar competidores, y aún más rápidos en capitalizar; en el gobierno han sido igual de rápidos en callar. Al que mucho se le da, mucho se le pide y, luego de haber obtenido una votación histórica, superando con un discurso progresista e innovador a los otros candidatos, al alcalde se le está midiendo con la vara que él mismo colocó. Los próximos meses demostrarán si Quintero y su equipo tienen madera para responder con los mismos valores que decían tener. Mientras tanto, una cuña: en su libro No pienses en un elefante George Lakoff advertía de la habilidad que habían tenido políticos tradicionales conservadores para adueñarse de valores progresistas, presentándose con una máscara innovadora en la arena política que consiguió innumerables réditos electorales en Estados Unidos, ¿acaso nos está pasando lo mismo?

Pablo Andrés Estrada

Estudiante de Economía y Ciencias Políticas, interesado en la política, sobretodo si se hace con principios.

2 Comments

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  • Hombre. No me queda claro cual es la critica, ¿cuales son los «hechos»?.. Parece algo personal.

  • Pero que más se puede esperar de su «estrategia comunicativa» si su «Gerente de Comunicaciones», el Politólogo Juan Aux, no es Comunicador sino alguien que le gustan los medios y se creció porque público noticas en El Colombiano… Ese cargo es para alguien avezado, con experiencia y manejo político.