Conforme vamos creciendo nuestra fábrica de ideas se arruina por la mala información y por el simple interés del sistema en controlarnos. V de venganza nos muestra un revolucionario que nos lleva a pensar no solo en lo jodidos y controlados que estamos, sino también, en qué estamos haciendo para cambiar eso. Una reflexión muy similar a la que nos presenta El control de los medios de comunicación de Noam Chomsky, donde nos cuenta basándose en hechos reales cómo los medios de comunicación controlan a las personas con facilidad y como todo es una simple conveniencia de economía, poder y manipulación.
Por otro lado, hemos pensado que podemos cambiar con un simple voto directrices de un país, sin embargo, la democracia o participación activa del pueblo es solo una fachada que el estado muestra para que nuestra inocencia siga intacta y no alcemos nuestra voz. Y esto nos lleva a pensar que gracias a que el 20 de julio de 1810 se dio la independencia y la celebramos cada año somos libres, y creemos que ya no nos condenan a muerte por expresar lo que pensamos, pero si vemos la realidad morir es muy fácil si piensas diferente.
Cada día se hace más claro que las reglas son una máscara de nuestro dichoso y comprensivo estado, que por debajo huele mal y simplemente tapan con loción Paco Rabanne; ser esclavo no es cosa del pasado, aún existe y con unos inútiles sueldos mínimos, como en Colombia de $908.526.
En conclusión, nos cierran los ojos y el criterio con facilidad, parafraseando a Darwin las especies que sobreviven no son las más fuertes, ni las más rápidas, ni las más inteligentes sino aquellas que se adaptan mejor al cambio y tiene toda la razón porque cuando no somos fieles a las directrices somos asesinados, y dominados o temiendo del gobierno los pensamientos críticos se extinguen.
¿Aun cree usted que somos libres?
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