Si hay algún factor en común que une a todos los medellinenses en un solo grupo es, posiblemente, su sentido de pertenencia por la ciudad. No es inusual escuchar a un paisa hablar de lo mucho que quiere a su ciudad o lo que ésta ha progresado. No obstante, también somos conscientes que vivimos en una urbe dura, azotada por la violencia y el narcotráfico, entidades gubernamentales corruptas y una desigualdad más que evidente si se recorre la ciudad de norte a sur.
Los alcaldes, concejales y políticos, pueden llenarse la boca innumerables veces con lo mucho que han hecho por la ciudad. Sus afirmaciones, ciertas o no, valen la pena ser corroboradas, y poder así evaluar que programas públicos impactan de forma verdaderamente positiva en la ciudad. También nos conviene a nosotros como ciudadanos tener un poco de contexto de la ciudad en que vivimos, entender sus realidades, y actuar en consecuencia de éstas.
Desigualdad y pobreza:
Medellín a pesar de su elevado crecimiento, no ha logrado eliminar la pobreza, aunque si la ha ido disminuyendo de manera paulatina y sostenida. De hecho, en el periodo 2008-2016 Medellín logró reducir sus tasas de pobreza en un 43.5%, cifra superior al promedio de las trece áreas metropolitanas medidas por la Red de Cómo Vamos que se ubicó en un 40.9%. Aun así, un 14.1% de la población todavía se encuentra por debajo de la línea de pobreza, la cual se ubica en un ingreso por persona de $265.559, que es el costo de la canasta básica colombiana. A pesar de la reducción porcentual de la pobreza, es importante decir que en términos absolutos alrededor de 13.150 personas cayeron en la pobreza en el transcurso del 2015 al 2016.
Con respecto a la desigualdad Medellín, aunque sigue teniendo unos niveles de preocupantes, con un GINI para el 2016 se ubicó en 0.478. Aunque Medellín sigue siendo bastante desigual, está mejoro en termino relativos, con respecto al pasado, cuando ocupaba el infame puesto de ser la ciudad más desigual dentro de las 13 principales áreas metropolitanas, siendo Bogotá la que ocupa el puesto para este año, con un GINI de 0.499.
La mejoría con respecto al nivel de desigualdad obedece principalmente a la reducción del empleo informal en Medellín durante el periodo 2009-2015, pasando de tener unos niveles de informalidad del 49.5% de la población empleada, en 2009, a un 41.4, para 2015. La informalidad incrementó levemente a un 42.3% durante el 2016, pero no lo suficiente como para presentar una desmejora en los términos de desigualdad.
Empleo:
Debido al entorno macroeconómico desfavorable, el mercado laboral de Medellín y su área metropolitana presentó reducciones en la participación y ocupación. A pesar de todo esto, el efecto en la tasa de desempleo fue moderado habiendo un pequeño cambio al alza pasando de 10,6% en 2015 a 10,7% en 2016.
La distribución de los ocupados por ramas de actividad, el sector Comercio, hoteles y restaurantes mantienen la mayor proporción de ocupados con alrededor del 30%; siguiendo la actividad comercial el segundo mayor empleador es la rama enfocada a servicios comunales, sociales y personales con 21%, y después la actividad manufacturera con un 20%.
Como se dijo anteriormente hubo un descenso en la informalidad en la región metropolitana, que ubicándose en el 2016 en 42,3%. Las Comunas con mayores tasas de desempleo e informalidad (promedio anual) son Popular, La Candelaria, San Javier, Santa Cruz, Villa Hermosa y Manrique.
Se presentan disparidades importante en cuanto al género para el año 2016, las mujeres presentan una tasa de desempleo del 10.8%, mientras que los hombres tienen una del 8.1%, mostrando que el mercado laboral claramente tiene un sesgo hacia la población masculina.
Como se puede ver la ciudad ha logrado disminuir en los últimos años sus tasas relativas de pobreza, no obstante pareciera que la desigualdad continua y está puede verse más profunda ante la informalidad que impera en el mercado laboral. En la siguiente columna ahondaremos en los tema de Salud y Educación en la ciudad