Colombia: una democracia peligrosa

“Las amenazas de muerte son un fenómeno asociado indirectamente al conflicto armado y directamente al aparato político del país. Ello es un alto indicio para catalogar a Colombia como una de las democracias más peligrosa del mundo, donde no existen garantías para desarrollarse como ciudadanos plenos de la sociedad colombiana debido a la constante violación derechos fundamentales en especial el Derecho a la vida”


En la Constitución Política de 1991, la Carta Magna que regula al Estado colombiano, en el Titulo I consagra que Colombia es un Estado social de derecho. Esto quiere decir que el Estado colombiano debe ser el principal garante para el fortalecimiento de servicios y sobre todo quien garantice los derechos que dentro de la misma Constitución se consideren esenciales para mantener el nivel de vida necesario para participar como miembro pleno de la sociedad colombiana.

Uno de esos derechos fundamentales que se consagra en la Constitución colombiana es el derecho a la vida, derecho inalienable en nuestro país tal como lo señalan los artículos 11 y 12 del Titulo II de la Carta Magna. Este derecho, por años, lustros y décadas, ha sido violado a lo largo y ancho del territorio nacional. Innumerables son los casos de asesinatos aislados, de masacres perpetradas por grupos extralegales y en algunos casos en complicidad con la Fuerza Publica de la Nación, casos que en la mayoría de los casos están estrictamente relacionados con el conflicto armado que vive la Nación y con la empresa política nacional.

Muchos han sido los casos de asesinatos perpetrado en el país que han empañado de luto a la Nación durante décadas, para citar algunos casos tenemos: los asesinatos de los candidatos presidenciales Luis Carlos Galán Sarmiento, de Álvaro Gómez Hurtado, Carlos Pizarro Leongómez, y así, los de muchos firmantes de paz (excombatientes de las FARC) y lideres sociales y comunales.

Un caso que particularmente extrémese a la ciudadanía y/o sociedad colombiana, son las amenazas de muertes que ha recibido el candidato presidencial Gustavo Francisco Petro Urrego por parte de un grupo paramilitar ligado al narcotráfico y a los clanes políticos tradicionales del Eje cafetero colombiano. Este hecho no solo ha causado revuelo en el país sino que también ha causado un impacto negativo en la comunidad internacional al ver las imágenes del candidato presidencial recorriendo las calles y plazas públicas del país con escoltas, chalecos antibalas y escudos blindados.

Este fenómeno, asociado indirectamente al conflicto armado y directamente al aparato político del país, es un alto indicio para catalogar a Colombia como una de las democracias más peligrosa del mundo, donde no existen garantías para desarrollarse como ciudadanos plenos de la sociedad colombiana y sobre todo, donde se violan derechos fundamentales como lo es el derecho a la vida.

Colombia a demás de ser uno de los países más violentos del hemisferio occidental, es uno de los más corruptos, donde este último fenómeno alimenta a la empresa criminal y por consiguiente la empresa criminal se pone al servicio de los clanes corruptos y clientelistas que están atornillados en el poder.

Hasta el momento, el Estado colombiano, en manos del presidente de la Republica Iván Duque Márquez (el presidente del uribismo) han constituido un Estado endeble que no es capaz de garantizar este derecho fundamental. Es necesario señalar que durante la administración de este mandatario y su colectivo político, en el país se han perpetrado 219 masacres (en 2020 se registraron 91 masacres con un total de 381 victimas, en 2021 se registraron 96 masacres, con un total de 338 victimas, y en lo que va corrido del 2022 se han registrado 32 masacres con un total de 117 victimas. Fuentes de Indepaz).

Los antecedentes de los magnicidios ocurridos a lo largo de la historia de Colombia, de los líderes sociales y comunales, de los firmantes de paz (excombatientes de las FARC), de opositores políticos (exterminio de los militantes de la Unión Patriótica) como ha sido el caso en nuestro país, reflejan la degeneración de la democracia en este país. La estigmatización política, la individualización de muchas personas por parte de actores armados extralegales, por parte del mismo Estado, y por parte de X o Y grupo o partido político, es el sin sabor que tiene la democracia en Colombia, arrojándola con ello a convertirse en una democracia peligrosa.

Numar González Alvarado

Filósofo egresado de la Universidad del Atlántico. Docente de filosofía y Ciencias Sociales. Miembro investigador del Grupo de Investigación Cronotopias.

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