CMJ: (CONCEJO MUNICIPAL DE LA JUVENTUD) ¿REPRESENTANTES DE LA JUVENTUD O PÁRVULOS DEL CLIENTELISMO Y LA POLITIQUERÍA PAISA TRADICIONAL?

“¡Mientras Medellín Renuncia Al Afecto, Coloreándolo De Gris Cemento Y Verde Militar!, la desobediencia, la rebeldía y la resistencia es habitada y re-creada por las diferentes expresiones, discursos y prácticas de organización y cre-accion juvenil que se posicionan y se abanderan de la libertad en los territorios que desde lo alto ven fundirse a la bella Medellín en su “gris desarrollo” y “su rojo llanto” al enterrar a sus hijos e Hijas”: Medellín: Ciudad de Plástico, Terrenalidad De Porcelana, Madre y Asesina de Realidades

Para responder a dicha pregunta, es necesario revisar que ha sido, que ha significado y en que ha aportado la instancia del CMJ y quienes lo integran dentro del marco del deber-ser de esta, teniendo muy en cuenta las funciones y competencias que le otorga la ley de juventud 375 de 1997 a dicho órgano.

Cuando en el país se habla de la ley de juventud y consigo la creación de espacios e instancias democráticas por excelencia para la participación y organización juvenil desde espacios sujetos a los marcos institucionales que permitieran orientar las políticas, programas y planes del estado y la sociedad civil en general para la juventud, se esperaba que esto fuera un paso adelante en el avance de construir y legitimar democracias alrededor de la palabra, la acción, la intención, las formas y las subjetividades de lo juvenil en el país, lo cual quizá fue funcional y aun es funcional en pocos aspectos y planos de lo político, la política y lo juvenil, pero no dejan de ser pocos. Para muchos y muchas esta era la oportunidad dorada de consolidar políticas públicas y de organización juvenil que permitieran a la sociedad civil y a los entes gubernamentales plasmar en lo real lógicas que potenciaran las dinámicas de desarrollo y de hacer joven en los diferentes territorios de todo el país.

Aunque la Ley de Juventud fue un instrumento legislado y sancionado en 1997, ya para 1995 por iniciativa del gobierno local se crea el primer Consejo Municipal de La Juventud en Medellín integrado por 15 jóvenes hombres y mujeres, donde en un proceso de apología  a la irreal y mal llamada “democracia”  11.000 votantes entre los 14 y 26 años legitimaron dicho escenario.

Pero bueno ya la historia cómica o trágica de dicho espacio es muy bien conocida por la gran mayoría de hombres y mujeres que día a día hacen de la política lo político y que le apuestan a los escenarios de construcción y reflexión crítica.

En la actualidad puede llegar a ser mucho más fácil contestar a esta pregunta, pues durante las últimas administraciones de turno y periodos electos del CMJ, le ha quedado claro a la ciudad en particular a la juventud, en que se ha convertido la función central del CMJ donde en ultimas este se transformo en la “Escuela De La Politiquería-Bipartidista y tradicional” pues en los últimos años este paso de ser el medio de interlocución entre las juventudes y el estado a ser el escenario más cualificado para formar a los futuros funcionarios y/o secretarios de despacho, concejales de la ciudad e incluso candidatos por periodos consecutivos a la alcaldía sin el más mínimo resultado positivo.  

 

Durante los últimos años, hablar del proceso CMJ en la ciudad sobre todo en el movimiento y la organización juvenil, nos pone a reflexionar sobre la realidad representativa que tiene como tal en el marco de lo juvenil ya que no ha quedada muy clara ni la intención, ni la función, ni la gestión decisoria en términos de atender las realidades juveniles si bien para algunas organizaciones, procesos e incluso lideres y lideresas juveniles puede que si este clara, para la gran mayoría de la juventud no lo es y eso es claro. No queda claro para la juventud, la organización juvenil y el movimiento mismo si realmente este escenario representa los intereses y realidades de la juventud en la ciudad ya que sus actuaciones y discursos no conversan y menos reconocen lo que los y las jóvenes de los territorios enfrentamos y habitamos en la cotidianidad de una ciudad que le puso nuestro rostro al crimen y al delito y que a la participación y la incidencia le puso nuestra voz mas no, NUESTRA DECISIÓN.

En diferentes escenarios de ciudad, en los diferentes espacios de encuentro, debate, reflexión y decisión en relación a lo juvenil durante los últimos tres cuatrienios administrativos de turno (alcaldías) el escuchar la vos del CMJ autoproclamándose como representación de lo juvenil genera ambigüedades y ambivalencias abismales cuando a su vos se confronta la vos de los procesos de base, las juventudes y figuras significativas en el ámbito de la organización y el movimiento juvenil. Pues siempre se devela una fuerte disputa entre los imaginarios sesgados y herrados que tiene la gran mayoría de integrantes de este “cuerpo colegiado” como algunos dicen, que este es, con las realidades y con lo que por el cuerpo, la subjetividad, el discurso, el lenguaje y las manifestaciones de lo juvenil pasa, se legitima, se reconoce y se reivindica en las esferas tanto de lo público como de lo privado teniendo en cuenta que estas se dan en el territorio que habitamos, organizamos y en el cual es donde construimos y tejemos relaciones humanas, culturales, económicas, sociales y políticas.

En el momento en el que se ponen en juego las construcciones y subjetividades juveniles, los discursos institucionalizados y adultocentrados de muchos de los que han sido y hoy son concejeros desdibujan lo que desde los territorios se construye pues nos demuestra y pone en escena que siguen siendo simples agentes de consulta e interlocución pero la decisión se les niega y para nadie es un secreto, teniendo en cuenta que esto es además lo que se encuentra encerrado en la “Ley de Juventud” y la parafernalia que esta concibió y concibe como “Política Publica de Juventud”, las cuales lo único que han hecho en estos 15 años es relegar a las voces y las decisiones de lo juvenil a los conceptos y aprobaciones del mundo y la democracia goda y adultocéntrica que ha regido los destino no solo de la ciudad sino también de todo el país. En la actualidad las pocas interlocuciones en las que se encuentran las figuras o roles del CMJ de la ciudad y la juventud para lo único que se han prestado, es para generar confrontaciones entre las interpretaciones a partir de las lógicas que han abstraído algunos y algunas jóvenes que integran esta estructura de consulta de lo que realmente se construyen desde las realidades, realidades que son producto y resultado de la falta y ausencia de estrategias y contracciones que ante todo reivindiquen y pongan por encima de todo la vida y la libertad con garantía de derechos y territorios dignificados, como resultado también de las grandes in-voluntades políticas por seguir concentrando el poder y la gobernabilidad en el marco de una Democracia ¡y valla democracia, demostración explicita de poderío e interés mercantilistas de la vida!…

 

Puntualmente en la actual administración ha dado muestra clara de su intención de mantener un estatus político donde se pretenden legitimar atendiendo a la ausencia de la misma que ellos y ellas han logrado mantener gracias a la falta de claridades y actuaciones a partir de lo que realmente plantea y construye la juventud de Medellín, en los pocos y diversos escenarios de “participación” no ha sido posible concertar claramente entre dichos actores y la población joven ya que parecieran tener un afán por generar procesos de ejecución y canalización de propuestas que les permita mantener la legitimidad que no tienen ellos y ellas en su mayoría, durante las últimas coyunturas y afanes de ejecución presupuestal, en las que se enmarcan los pocos pero macro escenarios de “incidencia-participación-democracia” tales como las “Asambleas Juveniles” y “Jornadas Por La Vida”  se han presentado diferentes situaciones que tanto a los y las CMJ y  a los sectores juveniles nos dejan en entre dicho y en un punto de cuestionamiento en lo público y de autocuestionamiento alrededor de las actitudes y actuaciones “COMPETENCIA Y ELIMINACION”, –camuflados en los discursos de la “Tolerancia”- entre lo joven y la institución misma lo cual va en contravía de los discursos y prácticas de la organización social y comunitaria.

Me permito decir que no concibo como un CMJ en un escenario deliberativo y decisorio tiene el descaro político de plantear que una Joven elegida legítimamente por procesos, organizaciones y jóvenes para que asuma una vocería de comuna no representa los intereses de los jóvenes como sucedió en la “Jornada Por La Vida” de la Comuna 3, y donde además se presta para seguir el juego de irrespeto que tuvo el Alcalde Aníbal Gaviria y los lideres y lideresas comunitarios que mantienen sus lógicas clientelares y los cuales además de ser adultos-mayores mantienen a la juventud en los imaginarios de la violencia y la prevención mas no de la potencialización de las alternativas de vida que se sueñan y se construyen desde los imaginarios y realidades de las mismas comunidades, actuación que no siendo suficiente ponen en confrontación nuevamente la legitimidad que los CMJ pueden tener o mejor la ausencia de  esta en la que están inmersos e inmersas, con lo que somos realmente la juventud, esta actuación le dio lugar y sentido a que el señor alcalde y la administración asumieran que nosotros y nostras los y las jóvenes nos mantengamos en las lógicas de la mendicidad y el permitirnos ser simples instrumentos del facilismo y la tradicional política llevándonos a legitimar las practicas y las políticas que delimitan y condicionan y que además ponen en riesgo el ser jóvenes en la ¡Medellín que es madre y asesina a la vez!, esta jornada permitió que una vez la sociedad y la ciudad dieran muestra de la intención de control partiendo de la Militarización (PRESENCIA DESVORDADA DE EJERCITO Y POLICIA), lo cual deja una duda ¿si la administración a veces se contra dice y plantea que Medellín no está en conflicto –como lo afirman algunas declaraciones extraoficiales- ¿Por qué generar tan extremados mecanismos de demostración de poder y “seguridad”? a partir de la presencia de los camuflados y los fusiles caminando nuestras calles y convirtiéndonos objetivo militar en medio de un conflicto que para el oficialismo no existe pero que para las comunidades está latente y sangrante,  lo cual para hablar de lo juvenil con los y las jóvenes no es la mejor estrategia apelando a que esto nos represente la coerción, las violencias y la muerte dentro de la simbología y la militarización. Por otro lado no justifico y no le doy lugar positivo a las agresiones físicas que en dicha jornada tuvieron lugar, evoco otras formas para resolver y tramitar las diferencias radicalmente políticas pues hay que reconocer el cuerpo del otro y la otra como un territorio soberano y libre de violencias.

La cotidianidad de lo juvenil y el movimiento siguen evidenciando la profunda necesidad de revisar y reflexionar la importancia y la relevancia de esta figura o herramienta representativa, también reflexionar y pensar si son realmente la representación de lo juvenil en esta ciudad como escenario democrático y de interlocución entre la juventud y la administración municipal o simplemente siguen siendo el instrumento de consulta que legitima a partir del ser objeto de investigación mas no de decisión.

A la ciudad, a la sociedad, al movimiento juvenil, a la JUVENTUD le propongo que se cuestione y se desacomode de su abstracción para cuestionar a las instituciones que alardean y dicen representarnos, al CMJ le reitero la necesidad que se revisen y se cuestionen en sus roles y en las competencias que les otorga o les sortea la ley de juventud, las que la sociedad en especial la juventud les entrega y las que la administraciones les coarta y les condiciona, ustedes como ente juvenil realmente no creo a mi juicio y al de las interpretaciones de la mayoría de organizaciones juveniles de base, sean quienes representen nuestras realidades cuando ustedes siguen pensando en, palabras textuales de un CMJ actual,  “a mí solo me interesa conseguir el dinero y la imagen” y que adames tiene la desfachatez de afirmar que un espacio de encuentro para la decisión juvenil solo es legitimo si está presente un concejero, palabras textuales “Era comisión de juventud por que participaba un consejero, que comisionaba y legitimaba este espacio.” A mí de entrada y al movimiento juvenil le marca fisuras muy grandes alrededor de la intencionalidad que tienen quienes ejercen en la actualidad como CMJ de la ciudad, creo que es pertinente que la juventud le exija al CMJ una rendición de cuentas de carácter político y en términos de la gestión, pero de ser este espacio tendrá que ser en una lógica de descentralización de dicho escenario, y que además en la actual coyuntura de la construcción de una ruta para la modificación de la política pública juvenil se replantee la pertinencia de la permanencia y la existencia de dicho escenario siendo este nada más que representativo y consultivo mas no decisorio, las ultimas y futuras coyunturas políticas y la cotidianidad darán respuesta a la pregunta  CMJ: ¿REPRESENTANTES DE LA JUVENTUD O PÁRVULOS DEL CLIENTELISMO Y LA POLITIQUERÍA PAISA TRADICIONAL?

 

“Eres sin importar tus estructuras, la ciudad que ve como matan y asesinan a quienes pariste, Eres madre de asesinos y poetas, terroristas –pintores, raperos y grafiteros-. Hay esclava de aquellos que te  gobiernan, encadenada a los rifles, amante de los tiros y tierra de esquinas con niños.”

Yerson González

Líder y Actor Juvenil

Zona Nororiental

Integrante del Movimiento Social Juvenil y Comunitario

Objetor Por Consciencia y Antimilitarista

“Kanabico Objetor Insumiso”

Yerson H. González Marulanda

Soy Jerson González Marulanda, pero en lo político, lo comunitario y lo público me he hecho reconocer como KANABICO INSUMISO, como identidad política propia de mis construcciones y afinidades ideológicas y prácticas, desde los 8 años de edad me envolvió el mundo de lo social y los paradigmas de lo político. El HUMANISMO en mi un principio, el ANTIMILITARISMO mi estandarte político, la Objeción Por Conciencia una forma de vida. Soy líder y activista en temas de DDHH, MEMORIA, RESISTENCIA Y JUVENTUD en la Zona Nororiental y la ciudad, formado política y socialmente en las calles con el Movimiento Comunitario hace ya 16 años, un disidente político así me defino.

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