¿ChatGPT pone en jaque al periodismo?

Technology human touch background, modern remake of The Creation of Adam

“No creo que la figura del periodista vaya a desaparecer, sí creo, en cambio, que su labor se va a transformar”


Hace unos días escuché un episodio de podcast en el que hablaban dos periodistas sobre el uso del ChatGPT que está en boga. Ambos coincidían en que estamos lejos de lograr que la inteligencia artificial nos controle completamente. Si bien es cierto que este chat bot puede mantener una conversación coherente o crear textos cohesionados, sigue siendo limitado. La principal dificultad que se presenta es su incapacidad para interpretar o dar un concepto sobre algo, ya que puede construir un texto a partir de los datos que tiene, pero no es capaz aún de crear un juicio de valor. Esto no quiere decir que esta herramienta no esté llevando a un nivel más avanzado la aplicación de la inteligencia artificial para cumplir labores humanas.

La descarga de este chat bot, que aplica técnicas de aprendizaje y procesamiento de lenguaje natural, viene en aumento porque es la primera vez que estamos ante una inteligencia artificial capaz de crear textos en poco tiempo y con una coherencia bien aceptable. Esto ha hecho que las personas se hayan empezado a plantear, como en otros momentos de la historia y de la aparición de cambios tecnológicos, si acaso esta herramienta acabará, por ejemplo, con el oficio del periodista. Si una máquina puede ser capaz de escribir un texto sobre un tema determinado, ya no se necesitará una persona que lo haga. Sin embargo, creo que esto hay que tomarlo con cuidado. De ninguna manera creo que la figura del periodista vaya a desaparecer, sí creo, en cambio, que su labor se va a transformar.

Cuando apareció la imprenta o los computadores, algunos oficios se transformaron porque se necesitaron personas que aprendieran a manejar estas máquinas que ofrecían eficiencia y ahorro de tiempo. Quizás estemos ahora ante un nuevo quiebre en el que tengamos que asumir otras formas de hacer las cosas, para adaptarnos a los cambios que nos está ofreciendo la tecnología. Por supuesto, los cambios generan resistencia, miedo y duda, pero poco a poco los vamos integrando. Eso es lo que ha mostrado el devenir de nuestra existencia. Para algunos puede ser desolador pensar en que una máquina pueda llegar a suplir al ser humano. A mí aún me cuesta creer que en el futuro los robots hagan todo por nosotros.

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Llegaré a un lugar común. La máquina no piensa, no razona. Detrás de ella, está una mente humana encargada de meterle datos para que ella pueda combinarlos y generar diferentes resultados. Ahí vienen los sesgos. En el caso de ChatGPT es posible notar que los textos que emite están alineados con ciertas líneas de pensamiento y sus resultados dependerán de la información que le haya sido previamente proporcionada. No es una herramienta imparcial y tiene límites. De ahí que pueda convertirse en un excelente recurso para generar textos rápidos, fáciles y coherentes, pero que presente limitaciones a la hora de pedirle que emita un texto con coordenadas distintas a las que tiene incorporadas. Por supuesto, esto no quiere decir que más adelante logre un desarrollo más preciso que disminuya estas dificultades. La tecnología en sí no constituye un peligro, en cambio, el ser humano que la maneja puede que sí.

Sin duda, ChatGPT resulta ser una buena herramienta para el periodista en tanto le ayuda a estructurar un texto que brinde información plana sobre un tema, es decir, sin necesidad de poner distintas voces a hablar o hacer un análisis profundo de una situación particular. Creo que algo que identifica al buen periodismo es la posibilidad de transmitir emociones, sensaciones, sobre todo cuando se hacen reportajes y crónicas. Ahí creo que a la tecnología le resulta difícil competir con el humano. El mundo de las emociones es muy amplio y cada uno las maneja de maneras diferentes y, en ocasiones, incluso impredecibles. Así que por más datos que se le ofrezcan al chat bot, este puede quedarse corto en este punto.

El tiempo es una variable que nos permitirá evaluar el impacto de este tipo de herramientas. Seguramente poco a poco se irán incorporando mejoras que permitan superar algunas dificultades que a día de hoy se presentan. No obstante, quiero seguir creyendo que la tecnología no nos dominará y encontraremos un equilibrio para aprender a convivir con ella sin que nos limite ni nos reduzca a cero nuestra interacción humana. De esta manera, podremos seguir contando historias que apelen a nuestra sensibilidad y nos generen empatía con el otro.


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Portada:  rawpixel.com en Freepik

Maria Paula Mendez Penagos

Soy literata y periodista de viajes. Me encanta escribir sobre viajes, empoderamiento femenino y temas de crecimiento personal. Dicto talleres de escritura terapéutica.

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