Cartagena, el ‘Macondo’ de las mariposas amarillas

Yo me voy para Macondo, me voy a hacer realidad mi sueño, me voy a firmar la paz que hace más de 50 años esperaba.

Hoy las mariposas amarillas vuelan liberadas, hoy las balas son historia, hoy escribiremos las páginas de la paz en la Tierra querida.

Hoy esta epopeya es realidad, no olvido.

García Márquez escribió un día: “En medio de la confusión y el desencanto no faltan, no faltamos, quienes siguen creyendo, de un modo empecinado y tal vez ilusorio, que la paz es posible”.

‘Gabo’ debió esperar más de 50 años. Y un largo camino para llegar hasta este día. No solo por los 1.641 días que se prolongaron los diálogos entre las Farc y el Gobierno desde su fase exploratoria, sino por las circunstancias históricas que se debieron conjugar para que la negociación fuera posible y exitosa.

Hoy entre la polarización que nos encontramos, aproximadamente 2.500 personas, entre representantes de la comunidad internacional, víctimas del conflicto, sociedad civil y poderes públicos, serán testigos del momento histórico en el que se pondrá fin a 52 años de guerra con las Farc, en el país.

De acuerdo con la Presidencia, a Cartagena llegarán 15 jefes de estado, 27 cancilleres y tres expresidentes; así como el secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon; el Presidente del Consejo de Seguridad y los directivos de los principales organismos multilaterales del mundo.

Cartagena hoy abre sus puertas a el mundo, para dar el mensaje de la paz. Hoy este camino apenas comienza. Ya la guerra no será un pretexto. Hoy enterramos el conflicto de medio siglo con la principal guerrilla del país.

La heroica será testigo del acontecimiento más importante. Hoy el futuro empezará a escribirse desde la reconciliación. Hoy las murallas se adornan con una sola palabra: PAZ

Alejandra Mejía Bedoya

Estudiante de comunicación social de la Fundación Universitaria Luis Amigó. Apasionada por la literatura y el periodismo, con espíritu travieso (NATUSAN).
Creo en lo imposible porque de lo posible ya se ha hablado demasiado.