Atraparlo todo

En 1966 el politólogo alemán Otto Kirschheimer, al estudiar las transformaciones y fragmentaciones de los partidos políticos occidentales, estableció una forma de partido denominado Catch-all people´s party, los partidos “atrapa-todo”. Sus características son bien particulares, están en todo Occidente. En nuestro país tienen unas manifestaciones estridentes, cuando llegan al poder rechazan al ciudadano, lo aislan de la política y lo convierten en un simple voto. Su principal propósito es conseguir votos mientras que los asuntos ideológicos pasan a un plano inferior. A sus líderes les interesa incorporar masas a partir de las estrategias electorales y el marketing, por lo que el ciudadano-voto sólo es necesario en la campaña y en el día de las elecciones. Como resultado se desvaloriza a la sociedad y se configuran las grandes masas.

Lo ideológico pasa a un plano inferior y lo programático, es decir, los programas de gobierno quedan en un nivel críptico. Estos se van a caracterizar por la ambigüedad, debido a que contienen datos y propuestas muy generales con el objetivo de no espantar a la clientela electoral y, lo más importante, no condicionar la futura gestión. En otras palabras, decir cosas bonitas, cargadas de promesas, que agraden al ciudadano-voto, pero que sean lo suficientemente generales para que al momento de gobernar y ejecutar, el incumplimiento sea fácilmente encubierto, o que lo que se cumpla sea a medias a partir de la creación de indicadores, también muy corrientes, como los típicos: “número de intervenciones en el período”, “cantidad de capacitaciones” o los listados de asistencia a reuniones que son cuantificadas y luego pasan a llenar indicadores de la gestión, mucho más de tinte mediático, porque la real es otro cuento.

Los partidos atrapa-todo se convierten en una institucionalidad paralela al Estado (un para-Estado) que no gestiona las exigencias constantes de la sociedad, sino que se convierte en el gestor de los intereses particulares de los líderes notables o los caciques que más votos controlen. Por esto los populistas son clave en la estructura de esta forma de partidos. Para atraparlo todo se necesita de políticos profesionales con una alta capacidad discursiva, ojalá que encarnen valores tradicionales, que hablen y se expresen como el ciudadano común; un fiel exponente de la posverdad. También, logran muchos más votos si su imagen es apuesta, si registran bien en cámaras, si dan declaraciones escandalosas y si se comportan como el padre protector. No importa la gestión, lo que principal es la opinión. Y claro, si hay partidos políticos atrapa-todo también existen los políticos atrapa-todo.

¿Sabe usted a qué forma de partido pertenece su candidato? ¿Cuadra su candidato o partido con esta anterior descripción? ¿Ya conoce el programa de gobierno y sus propuestas? En nuestro mundo de redes sociales, numerales y tendencias, aparecen muchas declaraciones y frases que no son propuestas y que creemos sin dudar. En campaña, los políticos nos inundan de eslóganes, jingles y publicidad que nos dice cuáles son los problemas y qué se debe hacer, pero dejan en el aire el cómo lograrlo. Lo más grave es cuando sugieren que la solución de los problemas del país solo la saben o la tienen ellos. En pocas palabras, son ellos y no el programa de gobierno, la solución. Tenga cuidado, andan sueltos, vienen a atraparlo todo a atraparnos a todos.

Pedro Piedrahita Bustamante

@piedrahitab

Pedro Piedrahita Bustamante

Politólogo, Doctor en Derecho Internacional y Magíster en Seguridad y Defensa. Se desempeña como profesor de tiempo completo de Ciencia Política de la Universidad de Medellín.