Apelar a ciudadanos, no a espectadores pasivos

“Poder concebirse como ciudadano permite mayor conexión con la vida pública, y este lazo es influenciado por la forma en la que los medios presentan y tratan los diferentes temas”


Los medios de comunicación están constantemente creando flujos de información que alteran e inciden en la vida social y política de un país; construyen  nuevas interacciones y visibilidades al desconfigurar los mensajes, para que el público pueda recibir y entender la información.

Margarita Orozco habla de la importancia de los medios para el buen funcionamiento de la democracia, donde permiten el debate público -la deliberación- a través de esta creación de flujo de información.

Esta circulación de datos conlleva una responsabilidad, por parte de los medios, para enmarcar la información y que la persona que la reciba pueda pensarse como ciudadano, y no solo como un espectador pasivo.

Poder concebirse como ciudadano permite mayor conexión con la vida pública, y este lazo es influenciado por la forma en la que los medios presentan y tratan los diferentes temas. Se debe aspirar a conectar al público para deliberar -tal como lo dice Orozco-, así pues, las personas evalúen lo dicho, reflexionen sobre esto y lo puedan debatir.

Ahora pues, ¿cómo conectar responsablemente con la audiencia y fomentar la participación ciudadana? Primero, nombrar los temas en términos de lo público, bajar la información de las esferas de los expertos y ponerlo en la realidad para poder conectar.

Segundo, enmarcar para iniciar el diálogo, esto habla también de no quedarse solo en lo escandaloso. Se puede empezar con la pregunta: ¿cómo vamos a interpelar al ciudadano desde lo que estamos diciendo? Al dar enfoques limitados se promueven visiones limitadas de los problemas, en donde ninguno de nosotros toma responsabilidad y se siente cercano a lo sucedido.

Tercero, involucrar a los ciudadanos, pensarlos como el punto de partida en la agenda de los medios. Esto, se debe prever también desde el lenguaje utilizado, las narrativas, los símbolos y las asociaciones que se realicen para que la información puede ser comprendida, vista como parte de un todo y no solo como una migaja de algún acontecimiento que ocurre y se olvida.

Con lo anterior, se debe entender que el “todo” es la vida pública, y que los temas tratados hacen parte de esta. Comprender la verdad como un proceso de construcción conjunta en donde diferentes actores aportan a esta. Así, al existir ciudadanos comprometidos e interrelacionados, puede existir una deliberación y participación cívica de estos en la sociedad.

La responsabilidad de los medios parte de la función social del periodismo como acto de justicia, pasando por la conciencia de estos de que la información entregada crea debates, y terminando en la capacidad de entender que su público son ciudadanos viviendo dentro de una democracia, la cual requiere la participación activa de estos para su buen funcionamiento.

Al final, podemos ver que los medios están enfocados en fragmentar la información, entregarla desde el escándalo y crear marcos desde sentires que evitan el diálogo, dejando de lado así su responsabilidad con el flujo de información dentro de una democracia.


Otras columnas del autor en este enlace: https://alponiente.com/author/fuentesariasgaby/

Gabriela Fuentes Arias

Comunicadora social con énfasis en comunicación política, en la escritura me reconcilio con el mundo para seguir (re)conociéndolo.

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