¡Análisis de sistemas-mundo, una reseña de las naciones!

Lamentable aceptar que los países centrales saquen beneficio de la desigualdad, mientras el número de naciones periféricas y semiperiféricas sigue en ascenso. Termino extendiendo una invitación a la lectura del análisis del sistema-mundo para viajar en el tiempo y acercarse a vivenciar la forma como se han creado las naciones, y el sistema que hay detrás.

El mundo visto desde la complejidad es sin duda un algoritmo difícil de descifrar. Muchos actores tratan de contribuir con múltiples teorías para explicar lo inexplicable y para defender lo indefendible. Luego escuchamos aquello de “el que no conoce la historia está condenado a repetirla”, argot al que yo le agregaría “y el que la conoce, está condenado a predecirla”.

Los que nacimos en los 90 crecimos pensando que la verdad la portaban los filósofos y científicos del siglo XIX hacia atrás; los que están creciendo hoy, en cambio creen que el modelo a seguir es el de los nuevos millonarios y si son académicos, seguramente están pensando en las mentes del siglo XX, Edgar Morin, Immanuel Wallerstein, Ilya Prigogine, Boaventura de Sousa Santos, entre otros. ¿Qué referentes habrán tenido los que crecían en siglos pasados? Y ¿qué modelos tendrán las futuras generaciones? Dos preguntas que no se pueden responder, al menos no en este espacio, luego si, de manera reduccionista podríamos derivar que el mundo, la historia o los acontecimientos, son un espiral.

El mundo se debe analizar, los acontecimientos evaluar y si es del caso, las medidas de prevención tomar. Ese fue el legado de Immanuel Wallerstein, un sociólogo y científico estadounidense que nació en 1930 y nos dejó en 2019, justo meses antes de la pandemia. Immanuel llegó a ser el principal teórico del análisis de Sistema-Mundo, basándose en tres influencias intelectuales: Karl Marx, Fernand Braudel y la Teoría de la dependencia.

Pero —¿qué es eso de los sistemas mundiales de Wallerstein? Es un enfoque multidisciplinario a macro escala de la historia del mundo y del cambio social que enfatiza en el sistema mundial y no en los Estados. Dicho sistema se refiere a lo interregional y a la división transnacional del trabajo que separa al mundo en países centrales, países de la semiperiferia y países de la periferia; los centrales se enfocan en la producción intensiva de capital altamente calificado y en la extracción de materias primas. (B2Bwhiteboard , 2020)

Sin embargo, el sistema tiene características dinámicas como resultado de las revoluciones en tecnología, poniendo a cada Estado a competir con el fin de no perder su condición o estatus de “central”, “semiperiferia” y “periferia”. Dada la importancia de esta información, en estas líneas se pretende dialogar con Immanuel, a través de una reseña a algunas páginas de su obra

Análisis de sistemas–mundo

Análisis de sistemas mundo es un libro que se gestó luego de que Immanuel recibiera una invitación para compartir un curso en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander, España. Fiel reflejo de la vida de un docente, ¿quién no ha derivado publicaciones o contenido de sus cátedras?

La petición para Wallerstein era clara, compartir un seminario a través de cinco conferencias para un público profesional y para algunos profesores de universidades españolas. El sociólogo aceptó el reto y aprovechó para producir esta obra de cinco capítulos, gran reflexión que deja a quiénes visitamos con frecuencia el aula, pues si a diario documentáramos nuestra práctica, ¡calculen cuánto contenido tendríamos para compartir!

En la introducción del texto se encuentra una reflexión que pretende despertar interés por la comprensión del mundo en el que vivimos. Immanuel medita alrededor de la postura de aquellos medios y científicos sociales que coinciden al decir que el mundo está dominado por el terrorismo y la globalización, hace énfasis en el mensaje que dejan los medios y los líderes políticos de Estados Unidos e Inglaterra, el primero mostrando grandes avances en globalización y mano dura frente al terrorismo; y el segundo, sosteniendo eslóganes que determinan la no alternativa frente a la globalización.

El autor concluye que si bien la generalización de los medios y a conveniencia de algunos actores políticos no se aleja del todo de la realidad, si cuenta con un grado de parcialización que le resta objetividad al debate. Pues aunque algunos presenten los fenómenos de terrorismo y globalización como novedades, quizá lo nuevo es que el mundo no los ha comprendido, a pesar de estos haber estado allí desde hace varios siglos.

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Un ejemplo cercano de lo anterior es Colombia y su reciente acuerdo de paz, fracturado desde el establecimiento, para abrir vía a nuevos grupos armados porque al parecer un sector de la ciudad no logró entender los acuerdos, y permitió que las emociones dominaran la inteligencia, evidenciando falta comprensión del conflicto. (Wallerstein)

Wallerstein dividió su análisis en cinco capítulos así:

Orígenes históricos del análisis de sistemas-mundo: de las disciplinas de las ciencias sociales a las ciencias sociales históricas.
El sistema-mundo moderno como economía-mundo capitalista: producción, plusvalía y polarización.
El surgimiento de los sistemas estatales: naciones-estado soberanas, colonias y el sistema interestatal.
La creación de una geocultura: ideologías, movimientos sociales, ciencias sociales.
El sistema-mundo moderno en crisis: bifurcación, caos y opciones.

Como es posible inferir, el sistema mundo explica la existencia de naciones desarrolladas y de poco desarrollo, las primeras explotando a las segundas y ejerciendo un intercambio desigual. Quizá uno de los encantos del texto es que hace viajar en el tiempo, puesto que Immanuel considera que el sistema se generó a partir del siglo XVI, luego de las coronas inglesa, española y portuguesa, ya que las tres viajaron por el mundo con el objeto de explotar comunidades.

Así como se concibió el sistema, facilitó que el capital estuviera del lado de los países desarrollados, y según el autor, todo se consolidó a partir del siglo XIX con el nacimiento de las nuevas naciones. Desde entonces, Wallerstein divide a todos los países del mundo en centrales, periféricos y semiperiféricos.

Los países centrales, entre otras cosas, son los que se han caracterizado por explotar a otros países, los mal llamados desarrollados; los semiperiféricos, son aquellos que tienen menor desarrollo, pero que a su vez mantienen cierta autonomía; mientras que los periféricos, son los que tienen mucha mano de obra, mucha materia prima, pero se alejan de estar desarrollados, lastimosamente constituyen mayoría si se toma como referencia todo el globo.

Por otro lado, el sistema mundo sostiene que el secreto es la tecnología, puesto que esta termina siendo sinónimo de poder, ahí quizá la razón de por qué países como Estados Unidos, Alemania, Inglaterra, Francia tienen tanta influencia, pues a mayor tecnología, mayor poder.

Immanuel concluye su análisis con la reflexión alrededor del intercambio comercial desigual entre países, al no ser comparable en términos económicos el intercambio de bienes tecnológicos con el de bienes perecederos, generando más plusvalía los primeros y concentrando en ellos toda la renta, que se traduce en poder solo para esos pocos países centrales.

Lo anterior debería generar escozor en algunos Estados, sin embargo lo más preocupante es que para muchos gobiernos este orden mundial está bien planteado, es estable, sostenible y por lo tanto, terminó el autor diciendo que sería difícil de cambiar.

Finalmente, está claro que las tres coronas sirvieron para crear monopolios y desventajas comparativas a lo largo del territorio, se podría agregar que la forma como se dio la historia contribuyó para que los Estados permitieran el establecimiento de este sistema-mundo y terminaran aceptando o normalizando el intercambio desigual.

Lamentable aceptar que los países centrales saquen beneficio de la desigualdad, mientras el número de naciones periféricas y semiperiféricas sigue en ascenso. Termino extendiendo una invitación a la lectura del análisis del sistema-mundo para viajar en el tiempo y acercarse a vivenciar la forma como se han creado las naciones, y el sistema que hay detrás.