¡ALERTA! esto no es un simulacro, el cambio climático está aquí

El agua de fusión cae a raudales del casquete de hielo de la isla Nordaustlandet, en el archipiélago noruego de Svalbard. Foto: Paul Nicklen

“C’est un triste chose de songer que la nature parle et que le genre humain n’écoute pas”[1] 

Victor Hugo, 1840

Desde hace mucho tiempo en Colombia existe una completa desconexión de la ciudadanía con los políticos, funcionarios y servidores públicos, entidades e instituciones públicas frente a un problema concreto y trascendental como lo es Cambio Climático, esta desconexión a la que también se le podría llamar indiferencia por parte de la mayoría de ciudadanos y ciudadanas, ha desencadenado a la fecha que en pleno año 2020, muchos de quienes residen en este país aún siguen viendo este problema como algo que está por venir o que es simple paranoia de algunos “hippies” o ambientalistas radicales que afectan la estabilidad y comodidad de una economía cada vez más comprometida con el extractivismo y que desconoce por completo los instrumentos internacionales para el Cambio Climático (Conferencia de las partes – COP-25, que tuvo su última edición en Madrid en noviembre de 2019).

Desafortunadamente para todos aquellos que leen este escrito, el cambio climático ya está aquí y cada vez está más presente en nuestro diario vivir, nos acompaña a cada lugar, en cada momento y sobre todo es una consecuencia directa de nuestros comportamientos, costumbres y actitudes con nuestro entorno. Lo que antes se creía remoto o aislado de un territorio geográficamente particular, hoy recorre hasta el último rincón de la tierra, desde eventos macros como la tormenta de arena del Desierto del Sahara hacia América, los altos niveles en la elevación del mar en la República Insular de Nauru en el pacífico y la plaga de langostas en algunos países de África y Sudamérica, hasta eventos menos conocidos pero igualmente trascendentales para nuestra vida, como las variaciones en el clima en un solo día en el lugar donde reside cada uno o los altos niveles de contaminación por los vehículos que recorren las ciudades, dan muestra que en pleno año de la pandemia del COVID-19, nuestro mayor temor como especie no es la como estamos enfrentando el cambio climático, sino como fuimos encerrados y aislados por un virus aún desconocido para gran parte de la ciencia y que sin duda nos ha mostrado uno de los tantos impactos que en nuestro contexto global vamos a enfrentar cuando el cambio climático comience a plasmar de forma radical y contundente en nuestro planeta.

En un texto del autor Mike Wallace traducido al español como “Una Mirada A Nuestro Mundo 50 Años En El Futuro”, se plantea la gran incógnita a muchos de los grandes profesionales, líderes, científicos y políticos de este tiempo de cómo creen que será nuestro planeta a mediados del año 2050, a lo cual la gran mayoría coincide en que se debe trabajar arduamente desde la ciencia, las artes, la política, la seguridad y la tecnología por conservar, preservar y garantizar nuestra supervivencia en el hasta ahora único planeta que como especie podemos habitar antes de que el cambio climático y sus efectos colaterales y evidentes nos generen aún más crisis mayores a las actuales.

Esta columna busca que cada uno empiece a ser consciente que el cambio climático no es un problema ajeno a la cotidianidad o de otro país, que no es un asunto de clases sociales o de ideologías políticas que buscan imponerse con determinados intereses, sino que es sin duda el mayor reto como sociedad planetaria; es sin duda el mayor compromiso frente a la “misión” individual de ser o hacer lo que está cada uno llamado cada a desempeñar, aunque también como sucede hoy con la pandemia del COVID-19, cada uno depende de la actitud, acciones y consciencia del otro.

De continuar como van los efectos del cambio climático en el planeta, la humanidad y cada uno tendrá que empezar a priorizar si es más importante seguir consumiendo y gastando dinero, bienes o servicios para satisfacer un sistema económico que se basa en las desigualdades humanas o si por el contrario las políticas internacionales y nacionales en materia ambiental van a empezar a estar presentes en los estados, gobiernos, escuelas, empresas, centros de investigación y ciencia que permitan de un modo racional enfrentar el incierto mundo que existirá por los impactos del cambio climático en los años venideros.


[1] Traducción: “Produce una inmensa tristeza pensar que la naturaleza habla mientras el género humano no escucha”. Victor Hugo, Euvres completés de Victor Hugo, vol. 35, París, Éditions Recontre, 1968, pág. 145.

 

Sergio Benavides Escobar

Ciudadano y Abogado.

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