“¡Ahora, a parir más pobres!”

“Parir más pobres” dicen, y en tres palabras caen en el juego patriarcal de culpabilizar a las mujeres de sus desventajas y opresiones que el mismo sistema creó”.


Frente a la decisión del Parlamento de Honduras de blindar la prohibición total del aborto en este país, han salido a relucir ciertos comentarios que esconden bajo un pañuelo verde, y la insignia de feminismo, un deseo de controlar la maternidad desprendido de la aporofobia.

Como feministas, se busca la interrupción voluntaria del embarazo legal y segura desde el entendimiento de que cada maternidad debe ser deseada, y es la mujer la única con la potestad de decidir sobre esto. Asimismo, no se exige solo el acceso al aborto, este debe ir acompañado de educación sexual y anticonceptivos para todos.

Sí, puede que el aborto ilegal afecte más a las mujeres pobres, pues estas no cuentan con los recursos para buscar y pagar un método más seguro, al contrario de una mujer con dinero que esté dispuesta a romper la ley. Sumando a esto, que estamos hablando de un país latinoamericano, el cual no cuenta con un sistema de educación, ni de salud, fuerte. El aborto no seguro es una de las cinco principales causas de mortalidad materna en el mundo, según la Organización Médicos Sin Fronteras.


Como feministas, se busca la interrupción voluntaria del embarazo legal y segura desde el entendimiento de que cada maternidad debe ser deseada, y es la mujer la única con la potestad de decidir sobre esto. Asimismo, no se exige solo el acceso al aborto, este debe ir acompañado de educación sexual y anticonceptivos para todos.


Sin embargo, afirmar que se van a parir más pobres después de esta decisión, no es más que un desenfoque de la lucha a partir de una posición social privilegiada (la cual influye en la reproducción de discursos de control sobre la mujer, si esta no está en nuestras mismas condiciones). ¿En qué se diferencia esa afirmación desde una visión que se hace llamar feminista, a la de una persona abiertamente en contra del aborto, pero considera la ligadura de trompas para las mujeres pobres como método anticonceptivo? En lugar de alejarse y oponerse, se asemejan en culpar a las mujeres de mantener y acentuar los círculos de pobreza, en arrebatarles su decisión de ser madres sin tener una educación completa sobre el tema y en demostrar su aporofobia queriendo usar el aborto como una herramienta de limpieza social.


Sin embargo, afirmar que se van a parir más pobres después de esta decisión, no es más que un desenfoque de la lucha a partir de una posición social privilegiada (la cual influye en la reproducción de discursos de control sobre la mujer, si esta no está en nuestras mismas condiciones)


¿Acaso, no es el sistema capitalista, patriarcal y los gobiernos quienes crean y conservan estos círculos?

“Parir más pobres” dicen, y en tres palabras caen en el juego patriarcal de culpabilizar a las mujeres de sus desventajas y opresiones que el mismo sistema creó. Ignorar, conscientemente, la existencia de la pobreza estructural, además, ¿las mujeres pobres no pueden desear ser madres?

La lucha feminista por la interrupción voluntaria del embarazo parte de: educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir. Más no del deseo de usar esto como una forma de prevenir la pobreza.

Twitter: @_Fuentesa

Gabriela Fuentes Arias

Comunicadora social con énfasis en comunicación política, en la escritura me reconcilio con el mundo para seguir (re)conociéndolo.

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