El episodio del «diplomático de Liberland» es un muy buen insumo para caricaturistas, y tanto en La Luciérnaga de Caracol, como en Voz Populi de Blu Radio tendrán para finalizar 2022 sin necesidad de poner en ridículo la ausencia de nuestra selección en el mundial de fútbol que arranca en poco más de una semana en Qatar.
El alcalde de Pereira hizo bien en reírse de sí mismo, el de Santa Rosa de Cabal amenazó por momentos con salirse de sus cabales con Néstor Morales y hasta ahora que escribo la columna, el alcalde de Manizales no da la cara…digo, no por lo menos a nivel nacional, y no sé si en Caldas lo haya hecho.
Pero bueno, pensando en lo risaraldo (que provoca risa) del hecho me puse a pensar en la ingenuidad de tantos funcionarios, casi siempre públicos, que engrosan las nóminas de entidades del estado con falsos «profesionales,» personajes con un don del habla, que como decimos coloquialmente, enredan a un duende.
Por allá en 1996 tuve la oportunidad de dirigir una Asociación de Municipios, Amena se llamaba, y era muy frecuente encontrar los miércoles en horas de la mañana en el piso 3 de la gobernación de Antioquia a cantidad de personajes que se presentaban como abogados, ingenieros, arquitectos, y una precisión en llamar al alcalde por su nombre, incluso, le hacían creer que comían en el mismo plato del jefe político del burgomaestre. Y ahí se entraba en el ambiente para dar cabida a ese «nuevo mejor amigo» para entrarlo en nómina o enlistarlo en turno preferencial y estar con contratistas de cualquier índole. Ya a esa altura del partido, y con almuerzo de cuenta del lobista, no quedaba bien pedirle el diploma universitario que lo certificara como profesional.
¿Cuántos «Randy Thompson» habrán enquistados en nuestro Estado colombiano? Entrecomillo el nombre porque a lo mejor, esa no es su verdadera identidad. Es que a juzgar por las palabras efusivas del alcalde de Manizales una vez finiquitaron el «acuerdo de cooperación», no creería yo que se hubiéran atrevido a pedirle su pasaporte.
!Ah si los controles internos y políticos se pusieran las pilas a desenjalmar pa’ que vieran llagas en el lomo de los caballos¡ Ahí sí que resultarían Randy’s.
Nuestro Estado, en cualquier nivel o rama sigue siendo muy vulnerable, y lo es porque muchos de quienes ostentan dignidades y responsabilidades dentro de él, sucumben fácilmente al halago. Claro, esta última característica es muy común en cualquier ser humano, lo que pasa es que cuando se combina eso con la ingenuidad mostrada por aquellos alcaldes del eje cafetero, duele más, porque al fin de cuentas, si hay costos, los asumimos todos los colombianos.
Para finalizar: Sí…Santa Rosa de Cabal es un verdadero paraíso y cada vez que lo visito, más me enamora su encanto pueblerino, sus riquezas naturales y estar tan cerca de ciudades capitales como Manizales y Pereira, le dan un toquecito adicional digno de recomendarlo a todo el mundo. Bien por su ciudad Alcalde Rodrigo Toro.
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