Psicoterapia: la atención que no renta

El acceso a la psicoterapia es un privilegio. Esta afirmación es tan irrefutable en la actualidad que suena obvio plantearla; solo para ejemplificar, el proceso psicoterapéutico privada podría costar en promedio el 30% del salario mínimo mensual actual a una familia; por su parte la psicoterapia en el sector público es escaza, limitada en su accionar y poco accesible. Vale la pena preguntarnos como profesionales de la salud mental porque esta realidad la hemos aceptado como paisaje desde siempre, hay algunos factores estructurales que vale la pena discutir y en esa medida poder identificar que se debe cambiar para que el panorama se modifique.

Un factor de necesario de abordaje resulta ser el sistema de salud, este sistema de administración privada del presupuesto público, que ha estado en discusión desde hace algunos años por pervivir en crisis, que ha sido cuando menos incapaz de abordar la salud en Colombia pese a tener a su disposición alrededor de 80 billones de pesos anuales y que tiene su frente más débil en la salud mental. La salud mental en el sistema actual es prácticamente inexistente. La psicología, por ejemplo, teniendo un lugar fundamental en el primer nivel de la salud no es de acceso a la población en este nivel; la posibilidad de atención psicológica está, por lo general, intermediada por una primera cita médica lo que constituye una barrera al acceso de atenciones de baja complejidad, y puede tardar, entre autorizaciones hasta 4 meses antes de la primera atención,  Sumado a esto los servicios de atención psicológica no son servicios que el sistema paga y por tanto las entidades prestadoras de salud de carácter público no suelen ofrecer.

Los servicios de atención psicológica son relativamente baratos, además los últimos 70 años de investigación han demostrado que favorecen el bienestar de las personas, previenen la mortalidad y además abaratan otros gastos en salud (como se ha demostrado en casos de cáncer, dolores crónicos y enfermedades psicosomáticas) ¿Por qué bajo este panorama la EPS ponen límites para invertir en este campo? Se podrían plantear al menos dos razones evidentes: la primera es que la psicoterapia no permite mayor ganancia, la inversión en atención primaria no es rentable cuando las empresas administradoras de la salud han integrado verticalmente los servicios de mayor complejidad en salud mental; la segunda razón es que la psicoterapia además de ser de bajo costo no permite mayor acumulación por administración de servicios de salud ya que es por su naturaleza extensiva en mano de obra.

Con relación a la integración de los servicios de salud mental, según datos del Ministerio de Salud y Protección Social, hasta el 70% del escaso presupuesto invertido en salud mental se destina al sostenimiento de hospitalizaciones. En Colombia el 75% de las camas psiquiátricas son del sistema privado de prestación, La hospitalización es una necesidad, pero el amplio requerimiento de esta es la muestra de un carente sistema preventivo, sin embargo, en términos administrativos es el servicio que más caro se cobra. La necesidad es alta y las camas psiquiátricas se encuentran saturadas, principalmente el 25% de las públicas, disminuyendo la capacidad de atender la amplia necesidad de salud mental del país y aumentando el gasto en la estabilización de pacientes en crisis.

La psicoterapia como practica en salud no permite la acumulación de ganancias a los administradores, el ejercicio terapéutico implica mucha mano de obra. Un terapeuta en términos óptimos podría atender 30 pacientes de forma semanal por tres meses. La investigación ha logrado reducir el número de sesiones aumentando la efectividad, en la actualidad la relación costo beneficio en términos de salud pública está sobre demostrada, pero sigue sin ser negocio para quienes prefieren administrar camas y medicamentos. Algunas administradoras que brindan el servicio lo hacen a costa de la calidad del servicio y el bienestar de los terapeutas buscando lucro. Un caso concreto de esto es Sura, quien en integración vertical con Comfama (Negocio al que han llamado públicamente “alianza para salvar vidas”) explota terapeutas obligándolos a atender en menos tiempo al que la técnica ha dicho y más de los pacientes que es sano para los profesionales atender al día.

La exclusividad y el privilegio de la atención en psicoterapia es un problema actual de la sociedad que nos debe convocar a los profesionales en salud mental. Pareciera que los psicólogos nos encontramos abstraídos del mundo real, pensando en las paredes de nuestros consultorios, cuando el fenómeno está hoy en discusión de la mano del sistema de salud. Las dificultades de salud mental como fenómeno de salud pública están siendo desatendidas por decisiones presupuestales y administrativas, y no por falta de capacidad técnica. Esta es una discusión que también nos pertenece como gremio y es necesario hacer parte de ella.

Juan Esteban Patiño

Psicólogo, Mg en psicología con énfasis clínico, docente Universitario en abordaje de temas como psicología clínica, uso de sustancias psicoactivas y salud pública.

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