“Ximena Guzmán, secretaria particular y José Muñoz, asesor de de Clara Brugada, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, fueron asesinados a tiros el martes 20 de mayo de 2025”.
Tras el asesinato a plena luz del día en una de las avenidas más transitadas, de dos de las personas más cercanos a Clara Brugada, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, la percepción que se respira en el ambiente es como si ese ataque hubiera dejado a la capital del país bajo fuego.
Ximena Guzmán, secretaria particular de Clara Brugada y José Muñoz, asesor de la jefa de Gobierno, fueron asesinados a tiros el martes 20 de mayo de 2025, en un ataque planeado de manera milimétrico donde a una semana de estos hechos, las autoridades no tienen ningún rastro de los culpables.
El mayor avance es la “suspensión de sus funciones” de dos mandos policiales que participaron en las investigaciones del asesinato, debido a una “presunta manipulación de pruebas”, informó la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la CDMX.
Sin respuestas
Fuera de esto, nada. Y es que el impacto no solo fue el hecho de que los asesinaran, sino que en realidad las autoridades se han quedado sin respuestas a la serie de preguntas que se hace la sociedad, sobre todo porque mientras más pasa el tiempo, menos claridad hay en las investigaciones.
Todos suponen que algún grupo del crimen organizado el que realizó este atentando, pero la manera en que lo planearon y lo ejecutaron, da para especular sobre la identidad de los autores materiales ya que no son cualquier sicario y mucho menos, unos inexpertos.
Fueron al menos 12 tiros los que disparó el tirados, ocho para Ximena Guzmán y cuatro para José Muñoz. Pero a pesar la enorme cantidad de balas, los tiros fueron precisos y limpios, no golpearon otra cosa que no fueran el parabrisas, la venta y por supuesto los cuerpos de las víctimas.
Luego la ruta de escape, planeada de tal manera que lograra dejar pocas pistas y las pocas que dejaron, no llevara a ninguna a parte a las autoridades.
Saben que fueron al menos cuatro personas las involucradas en el atentado, que primero huyeron en moto, luego en un coche y lo cambiaron después por otro vehículo, suponen que una camioneta.
De esta manera, huyeron en hora pico donde las calles de la CDMX se convierten en un infierno vehicular, sin ningún problema hasta llegar a los límites del Estado de México, donde les pierden completamente el rastro.
Cooperación desde dentro
Y otro dato importante es que no hay que olvidar, que la Ciudad de México cuenta con un sistema de cámaras de vigilancia que se podría decir, es de los más funcionales de todo el país y aun con esto, no han podido identificar a los responsables de este atentado.
Ahora ha surgido la sospecha de que desde dentro de la Policía capitalina, colaboraron para ayudar a que este atentado se pudiera realizar, que los asesinos pudieran escapar y que las cámaras fueran boicoteadas al menos por algunos segundos, en momentos claves.
Algunos expertos dicen que esto es un mensaje de advertencia para Clara Brugada y no se puede descartar, pero es complicado de entender ese mensaje ya que las víctimas eran dos personas poco mediáticas y que a pesar de que estaban en su círculo cercano, no habían tenido más protagonismo que el que marcaba sus funciones.
O al menos que dentro del círculo del poder, tuvieran otros roles que fueran mucho más peligrosos que solo ser la secretaría particular y uno asesor de la jefa de Gobierno.
En ese sentido ni el móvil o un supuesto motivo del por qué los mataron, está claro. Todo se ha quedado en especulaciones mediáticas y en el silencio de las autoridades. Y los pocos resultados en las investigaciones, hacen que las cosas empeoren aun más.
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