“Siento que la vida me roza tan cerca, hasta el filo de la locura.”
Llorar, pero no es debilidad, no es malestar o confusión. ¡No! Simplemente siento que esta vida me traspasa como un afilado cuchillo. Siento que la vida me roza tan cerca, hasta el filo de la locura. Siento tan adyacente la vida, tan parte de mí, tan mía y tan ajena, siento la vida al punto de olvidarme de la muerte. ¡No me importa! Me interesa muy poco si mañana me halla el absurdo final, pues lo único que me importa es que me encuentre viviendo, viviendo al filo, al extremo viviendo; viviendo por vivir, y por amar, y por sentir, y por sufrir; vivir riendo, llorar viviendo todo esto que siento.
Comentar