Deseo para todos los latinoamericanos que en 2025 conservemos ese espíritu infantil que nos permite reír luego de llorar, pararnos luego de tropezar y ver siempre la vida como una aventura. Pero también deseo que entremos en madurez. Que aceptemos que Papá Noel no existe, y que no se mutó en un Estado benefactor. Que el Estado puede leer todas las cartas con nuestros pedidos y atender algunos de ellos; no obstante, cada obsequio que este otorga se lo quita previamente a otro. Que cada alegría que genera es un sacrificio impuesto en otro. Que aceptemos que tenemos derecho a nuestra vida, a nuestra libertad y a nuestra propiedad, mas no a la vida, a la libertad y a la propiedad ajena. Que aceptemos que somos capaces de hacernos cargo de nuestras vidas, que quizás no obtendremos todo lo que deseamos, pero sí lo más valioso que un ser humano puede tener: dignidad, orgullo e independencia. Que reconozcamos, finalmente, que lo mejor que el Estado puede hacer por nosotros es quitarnos tanto el andador como las cadenas y permitirnos caminar por nosotros mismos. Podemos llegar lejos.
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María Marty
Escritora, ensayista y guionista argentina, Licenciada en Comunicación Social de la Universidad del Salvador y egresada del Academic Center del Ayn Rand Institute. Columnista en diferentes medios y programas de radio.
Fundadora y CEO del Ayn Rand Center Latin America: organización independiente que tiene como misión fomentar una mayor conciencia, comprensión y aceptación de la filosofía objetivista en América Latina.
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