A los 23 años, la vida de Jennifer Torres dio un giro inesperado cuando le diagnosticaron cáncer de Linfoma No Hodgkin, un tumor de 8 centímetros con un 70% de malignidad. Esta valiente joven de 24 años, que había dejado su hogar en Colombia, para estudiar en Argentina Diseño de Imagen y sonido, se vio obligada a regresar para enfrentar un tratamiento que cambiaría su vida.
A pesar de los desafíos que ha enfrentado, Jennifer ha transformado su experiencia en una fuente de inspiración para muchos. A través de sus redes sociales, donde ha compartido su proceso a los más de 53 mil seguidores que tiene, dejando atrás el contenido de viajes para mostrar el proceso de su tratamiento y los efectos secundarios de la quimioterapia, incluyendo la pérdida del cabello.
Su valentía y autenticidad han resonado en sus seguidores, quienes la han apoyado con mensajes de aliento y gestos como regalos que alegran sus días.
Jennifer cuenta que, mientras estudiaba en Buenos Aires, sufrió de ansiedad y pensamientos de terminar con su existencia, a pesar de contar con el apoyo de su familia, su novio, amigos, de disfrutar un viaje a Francia y un perro adorable los sentimientos negativos la asediaban.
Hoy, reconoce que los pensamientos positivos son clave para superar el estrés y la depresión, y que en los momentos más difíciles se aprende a valorar la vida y sus pequeños detalles.
¿Qué te ha motivado a mantener una actitud tan positiva durante tu tratamiento?
Desde el inicio de mi enfermedad he tenido múltiples eventos perfectos o «milagros» estudiaba iniciando cuarto año de Diseño de Imagen y sonido en Argentina cuando inicié con mis síntomas sin expectativa de lo que vendría. Ciertas cosas se desaparecieron de mi apartamento y discutí con la dueña del apartamento porque no quería renovar contrato en un lugar donde se pierden mis cosas, y aun teniendo un mes más para quedarme solo por el hecho de no renovar el contrato ella decidió darme dos horas para irme del apartamento y justo ese día, previo a esa discusión fui a averiguar los precios de mis exámenes y eran muy elevados yo estaba frustrada con esa situación porque yo sospechaba que tenía cáncer pero en cierto modo nunca habría tomado la decisión de dejar mi universidad y volver a Colombia.
En ese momento sufrí mucho, tenía muchas preguntas, pero con eventos similares la vida me fue dando las respuestas es así que con el tiempo fui observando estos eventos perfectos y me dediqué a pensar que si la vida se conjugó de forma tan perfecta para yo recibir un diagnóstico y un tratamiento entonces yo iba a sanarme y desde entonces el hecho de no dudar sobre recuperar mi salud me mantiene con paz, tranquilidad, felicidad, fortaleza.
¿Cómo manejas los días difíciles o los momentos de incertidumbre?
Cuando estás a punto de morir es un buen lugar para descubrir el poder de la fe y creer que realmente Dios es la fuerza que necesita tu alma. Los momentos más difíciles durante mi tratamiento han venido en forma de exámenes incómodos, dolorosos, cirugías complicadas, efectos secundarios desagradables, en cada uno de ellos por más horrible que se sienta en mi cuerpo he agradecido.
Cuando transformas ese sufrimiento en agradecimiento todo lo malo se transforma y lo mejora. Tengo la plena seguridad de que mi enfermedad tiene una raíz en el mal manejo de mis emociones negativas, es por eso que me cuido de pensamientos intrusos y me mantengo firme en mi confianza de que todo va a mejorar. Cuando tuve mi primera quimio me puse a llorar y pensar cosas como «me voy a ver fea» «nadie va a quererme» entre otras cosas y empecé a hacer una bola de nieve de pensamientos que iba creciendo, cuando sentí ese gran sufrimiento emocional detuve a mis pensamientos y les dí órdenes «Soy yo quien manda a mi mente, mi mente no me manda a mí, no importa lo malo que venga yo voy a estar bien y todo va a mejorar» desde entonces fue la última vez que tuve una crisis como esa.
¿Qué apoyo has encontrado más valioso en este proceso?
Está muy bien dicho que muchas personas se quedan solo en la salud, en la alegría y en los buenos momentos pero que pocos se quedan para estar en las adversidades y mi novio por poco se queda solo en los momentos buenos y al ser él tan joven y con una cultura europea en sus venas le costó mucho más este proceso en un inicio pues no todos tienen la misma reacción ante una situación como esta y hablo principalmente de esto porque sé que muchas mujeres han pasado por experiencias similares donde su pareja no les apoya y les abandona en un momento tan difícil como éste.
Si hay alguien que pase por esto puede saber que es muy doloroso, pero de cierta forma esta dificultad saca de nuestra vida lo que no somos capaces de sacar por nuestra propia cuenta. En mis días depresivos previos a mi enfermedad pensaba que no le importaba a nadie ni siquiera a mi familia y esta situación ha sido una muestra de todo lo contrario.
El apoyo más incondicional lo he recibido de mi mamá, ella es una mujer ocupada en su oficina, pero desde que llegué a Colombia ha intentado de todas las formas de estar a mi lado, juntas tuvimos que mudarnos a otra ciudad para recibir mi tratamiento. Ella ha sufrido mis males de forma emocional y en muchos casos soy yo quien la llena de fuerza y fe.
¿Hay alguna actividad o pasatiempo que te haya ayudado a sobrellevar la situación?
Mantener la mente ocupada es un privilegio porque después de mis quimios el hecho de no estar haciendo nada ayuda a mi mente a concentrarse en el malestar y las sensaciones feas que se producen en el cuerpo, cuando experimenté pintar me olvidé de cualquier molestia y solo estuve concentrada en lo que hacía.
Hoy en día hacer videos es la actividad principal que mantiene mi mente ocupada, desde estudiar estrategias, pensar en mis vivencias para transformarlo en un mensaje que impacte en las personas para ver las situaciones de su vida de forma positiva.
¿Cómo te sientes al compartir tu experiencia con otras personas que están pasando por lo mismo?
Pasar por este proceso me ha dado la responsabilidad de ayudar a las personas a ver con otra perspectiva las emociones. Creo que muchas personas tienen un estigma súper negativo de esta enfermedad y su proceso y por tanto muchos se decaen, quiero ayudar a las personas a verlo como algo diferente a ver la luz de la vida al final de esta enfermedad, a vivir disfrutando de todo lo que aún podemos disfrutar y valorar.
¿Qué le dirías a alguien que está recibiendo un diagnóstico similar y se siente abrumado?
Entiendo que al inicio se puede sentir que el mundo se viene abajo, ver a tus familiares tristes, no conocer el próximo paso o sentir que estás un paso más cerca de terminar esta experiencia llamada vida y por tanto empiezas a valorar lo que antes dabas por sentado como el simple hecho de ver el sol, caminar, respirar, dormir etc… Esta es una oportunidad de ver la vida con valor, amor y esperanza.
Créeme, que si siembras esto en tu corazón con unas raíces muy fuertes no habrá nada que te derribe. No prestes atención a los resultados, a los diagnósticos solo piensa que sin importar lo que digan o lo que venga tú vas a estar bien porque es Dios quien tiene la última palabra y la fe mueve montañas. Pon tus manos en donde tengas tu malestar, háblale con autoridad y ordena que ésta enfermedad se vaya de su cuerpo verás que la palabra tiene un poder maravilloso úsalo a tu favor y no en tu contra. Observa qué te está enseñando esta situación y muy importante pregúntate ¿Cuál es la raíz emocional de mi enfermedad?
¿Cómo imaginas tu vida después de superar esta etapa y qué sueños te gustaría perseguir?
A inicios de año yo no encontraba sentido a mi vida, no entendía por qué estaba aquí si yo no era feliz aun estando en una buena universidad, en una linda ciudad, la vida de ensueño de cualquier persona y realmente atenté con mis palabras a mi propia vida pues vivía con ansiedad, mi cuerpo se sentía incómodo, no tenía energía para vivir. De cierta forma mi vida ha estado ligada a las artes visuales (era lo que estudiaba), a los medios, a redes sociales, pero aún no había estado en el camino que yo sentía hecho para mí. Sin duda voy a vivir para hacer lo que me haga feliz, estar donde me sienta bien, porque la vida no hay que desperdiciarla siendo infeliz y estando donde no nos sentimos cómodos (de hecho, ese malestar ya es un indicio de que estás en el lugar incorrecto) es por eso que quiero seguir haciendo videos, llegar a muchas personas para ayudar a quienes se hayan sentido como una vez yo me sentí. Apenas llevo 2 meses desde que empecé a hacer videos y me siento muy feliz y llena de energía para hacerlo porque me hace muy feliz. Sin embargo, el año pasado me costaba para hacer una simple acción porque no tenía energía para la vida.
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