¿Quién sostiene el bienestar social en Colombia?

A partir de un meme que circuló recientemente por las redes sociales, asegurando que «gratis significa que lo paga otro», me resonó con fuerza en mi cabeza. Y es que, al analizar la realidad colombiana, esta afirmación cobra una relevancia innegable.

En un país donde la salud y la educación son considerados derechos fundamentales y donde existe una amplia cobertura en estos servicios, surge una pregunta inevitable: ¿de dónde salen los recursos para garantizar estos beneficios? La respuesta, aunque compleja, nos lleva a una realidad poco discutida: un pequeño grupo de ciudadanos y empresas sostiene la carga de financiar servicios públicos que benefician a la mayoría.

Según datos de la DIAN, en promedio el 5% de los colombianos asumen el 95% de la carga tributaria. Estas cifras revelan una inequidad alarmante en la distribución de la riqueza y, por ende, en la contribución al sostenimiento del Estado. Por otro lado, el sistema de salud colombiano, con una cobertura superior al 94%, se sostiene en gran medida gracias a los aportes de los afiliados al régimen contributivo, que son el 44.9%.

En el ámbito educativo, la situación no es muy diferente. Si bien la educación escolar es gratuita en las instituciones públicas, y la educación superior cuenta con programas de gratuidad, estos beneficios son posibles gracias a los recursos públicos, que a su vez provienen en gran medida de los impuestos.

Ante este panorama, surge una pregunta fundamental: ¿a quién debemos agradecer por estos programas sociales? ¿A los contribuyentes que, con su esfuerzo, hacen posible que millones de colombianos accedan a servicios básicos? ¿O a los políticos de turno, quienes diseñan y ejecutan las políticas públicas?

La respuesta, por supuesto, no es sencilla. Ambos actores juegan un papel crucial. Los contribuyentes son los que, con sus impuestos, financian estos programas. Sin embargo, los políticos son los responsables de diseñar las políticas públicas que determinan cómo se distribuyen esos recursos y quiénes se benefician de ellos.

Es importante reconocer y valorar el esfuerzo de los contribuyentes, quienes, a pesar de las dificultades económicas, cumplen con sus obligaciones tributarias. Sin embargo, también es necesario exigir a los políticos una gestión eficiente y transparente de los recursos públicos, garantizando que estos se destinen a las multas para los cuales fueron recaudados y que los beneficios lleguen a quienes más lo necesitan.

En conclusión, la gratuidad de servicios como la salud y la educación es un logro social invaluable. Sin embargo, es fundamental que como sociedad seamos conscientes de los costos y beneficios de estos programas y que exijamos un sistema tributario más justo y equitativo. Además, debemos garantizar que los recursos públicos se utilicen de manera eficiente y transparente, en beneficio de toda la población.

César Augusto Bedoya Muñoz

Comunicador Social y Periodista de la Universidad Pontificia Bolivariana. Especialista en Gerencia de Mercadeo de la UPB. Mis pasiones para escribir y dialogar la política, la sociedad, la cultura y el servicio al cliente. Cuenta X: @cesar_bedoya.

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