El fantasmas del golpe de estado

ALDUMAR FORERO ORJUELA

El presidente Petro habla de golpe de estado y quiere “defenderse” promoviendo una guerra civil. Eso es una locura.


Desde que inicio el gobierno de Gustavo Petro, inclusive antes, se ha ambientado en el discurso nacional de que existe un plan para darle un golpe de estado al gobierno Petro y, en especial, al presidente. Discurso que lo inició Petro y que sus escuderos más leales lo han repetido por todos lados.

Hablar, insinuar y hasta fantasear con un golpe de estado en ciernes es muy peligroso cuando no se tienen ni siquiera indicios. Puedo comprender que el presidente Petro tenga miedo de que eso ocurra, pero lo puede hacer en privado sin que el país entero tenga que aguantar mensajes que intimidan.

Quizá el presidente sospeche de un posible golpe de estado en su contra por las investigaciones que hay en curso sobre su campaña electoral donde, el Consejo Nacional Electoral, ha dicho que, probablemente, se hayan volado los topes de financiamiento de la campaña.

El CNE está investigando una campaña presidencial como todas las campañas, no es nada nuevo y es su función legal y constitucional. Claro está que el CNE NO investiga, juzga y/o condena al presidente, eso lo hace la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes, pero no por eso dejará de hacer su trabajo.

El presidente cree, infundadamente, que el CNE lo investiga a él y que por lo tanto es un ataque a su gobierno y hacia él personalmente. Un golpe de estado dice él. Nada de lo anterior, si se encontrara comprobado que se volaron los topes electorales, los culpables serían su gerente y demás colaboradores de la campaña. Y al presidente le compulsarían copias de la investigación a la Comisión de Acusaciones.

El presidente, el Congreso, las Cortes y los ciudadanos en general saben cómo es el procedimiento, pero el gobierno quiere desviar la atención para que su campaña NO se investigue y que todo quede como si nada hubiese pasado. Eso no puede ser así.

Lo peor de todo es que el presidente en vez de ser prudente y que las instituciones hagan su trabajo pone a enfrentar a ciudadanos contra las ramas del poder público y ciudadanos contra ciudadanos, es decir, que como el presidente piensa y teme en un golpe de estado, es el pueblo quien debe defenderlo a toda costa, inclusive dando sus vidas. En otras palabras para ser más claro: el presidente Petro habla de golpe de estado y quiere “defenderse” promoviendo una guerra civil. Eso es una locura.

Colombia es una democracia, imperfecta por supuesto, nada es perfecto cuando quien lo crea es el ser humano, pero hay instituciones y hay métodos por los cuales se pueden canalizar los problemas. Pero el presidente NO puede ser irresponsable de ambientar el fantasma del golpe de estado y provocar y promover una guerra civil.

Toda la vida de Colombia ha estado llena de violencia y dolor, ha habido infinidades de injusticias donde inocentes pagan y los culpables se pavonean alegres y sin temor. Pero las cosas son como son. Nadie en Colombia está pensando siquiera en tumbar al gobierno de Gustavo Petro. Tiene un mandato hasta el siete de agosto de 2026 y la mayoría de los colombianos decidirán en las urnas si sigue su proyecto o lo cambia.

Me preocupa, por la salud de la república, que ese temor de Petro lo lleve a tomar decisiones desesperadas contra ciudadanos opositores y hasta contra la propia Constitución. Es decir, que persiga judicialmente a las personas y que destruya la columna vertebral de la democracia colombiana.

Petro debe tener una muy buena salud menta para gobernar. Los gobernantes no les toca las cosas fáciles, siempre fue, es y será difícil gobernar, pero lo mínimo que pueden hacer es tener equilibrio ante la adversidad y si hay temores discernirlos en la privacidad.

Colombia NO puede sufrir una ola de violencia como jamás la ha sufrido por culpa de los temores de una persona – que las puede tener – pero que también debe tener cordura, equilibrio y compostura. Que los impulsos no lleven al presidente Petro a hacer realidad una guerra civil en Colombia.

Aldumar Forero Orjuela

Joven oriundo de Bogotá D.C. Nacido en 1998, de familia conservadora, se ha adherido a las ideas del liberalismo que aboga por el respeto a la vida, la libertad y la propiedad como los valores más importantes de una sociedad.

Economista de la Universidad de La Salle. Con diplomados en cultura democrática y juventud constructora de paz.

Ha sido columnista en varios medios digitales de opinión y actualmente es columnista en Al Poniente.

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