El giro estalinista y negacionista de Ramón Grosfoguel

Andrés Kogan Valderrama

Hace unos días atrás me encontraba revisando el canal de YouTube del sociólogo puertorriqueño Ramón Grosfoguel, a propósito de lo que está ocurriendo con el genocidio de parte del Estado de Israel en contra del pueblo palestino en la Franja de Gaza, y me encontré con un video en el cual niega la masacre perpetuada por Hamás aquel 7 de octubre del año 2023 (1).

De ahí que si uno revisa los últimos cuatro minutos, realiza afirmaciones como que no hubo matanza de civiles, sino que murieron producto del fuego cruzado entre el ejército israelí y Hamás, además de omitir los secuestros de parte de la organización palestina, apelando a que todo ha sido una manipulación mediática y una campaña de desinformación para justificar el genocidio israelí posterior, lo que reafirma con este escrito que publicó también (2).

Ante esto, cuesta creer que un intelectual importante y reconocido dentro del campo decolonial a nivel mundial, como lo es Ramón Grosfoguel, niegue un hecho tan deleznable como lo realizado por Hamás, como si lo realizado por esta organización integrista fuera un acto de resistencia legítima, y que por tanto se debiera apoyar desde quienes criticamos el Estado colonial de Israel.

Muy por el contrario, la crítica a la ocupación, apertheid y limpieza étnica llevado a cabo por Israel por décadas, no nos puede transformar en fanáticos que validan organizaciones de muerte como Hamás, que uno podrá entender el apoyo que está recibiendo de parte de sectores del pueblo palestino, luego de una humillación y deshumnización histórica por el sionismo, pero ese camino solo traerá más injusticias y sufrimiento a seres humanos.

Con esto por supuesto, no se puede pasar por alto la responsabilidad de Estados Unidos con su apoyo a Israel y de una estructura de Naciones Unidas inútil, como se ve reflejada con el Consejo de Seguridad, incapaz de hacer algo al respecto con el colonialismo israelí, pero es algo que pasa también con otros genocidios y ocupaciones, como lo que está sucediendo con la invasión de Rusia a Ucrania, que pareciera que algunos intelectuales se callan, y hasta lo justifican.

Es el caso de Grosfoguel, el cual si bien desde hace varios años lo he seguido y valorado su trabajo, en tanto una mirada crítica sobre la modernidad colonialidad, en tanto proyecto eurocéntrico y capitalista, y resultado de cuatro grandes genocidios y epistemicidios (conquista sobre Al-Ándalus, América, África y la quema de brujas en Europa), me ha decepcionado enormemente en los últimos años, desde que formara parte de la Escuela de Pensamiento Crítico Descolonial en Venezuela en el 2016.

Desde ahí en adelante, su discurso se ha vuelto bastante contradictorio, por decirlo suavemente, ya que por un lado a continuado realizando fuertes cuestionamientos al carácter eurocéntrico del marxismo y de las izquierdas del siglo XX, y por otro lado se ha dedicado a repetir la retórica de distintos gobiernos de la primera oleada progresista de la región, como es el caso de Bolivia o de Venezuela, pero también de una potencia militar y territorial como Rusia.

Es cosa de revisar sus videos y ver cómo hace una defensa irrestricta y sin matices de todos ellos, pareciendo más un vocero de gobernantes como Vladimir Putin (3), Evo Morales (4) y Nicolás Maduro, haciendo planteamientos ridículos de que todos ellos son víctimas de una gran conspiración mundial y hasta el delirio de decir que el presidente venezolano debió haber obtenido el premio nobel de la paz (5)

Por lo mismo, Grosfoguel ha tenido que recurrir a una burda idea de antiimperialismo, sacada de un manual de estalinismo, centrada únicamente en el accionar militar de Estados Unidos, para justificar así cualquier tipo de acción autoritaria y criminal de esos gobiernos, y ahora de Hamás, cayendo en un dogmatismo ideológico incomprensible para alguien que ha estudiado procesos políticos complejos y que no debiera binarizar la realidad entre buenos y malos.

Grosfoguel en su defensa podrá decir que una mirada teórica sin posicionamiento político es solo despolitización, lo que es cierto, pero no por eso se va caer en un discurso estalinista y negacionista, que define que es decolonial y que no, como si fuera un especie de inquisidor, sumo sacerdote o dueño de la verdad, y quien se aleje de aquello debiera ser condenado por infiel y traidor.

No es casualidad por tanto que Grosfoguel haya caído en formas muy patriarcales, muy de macho, al descalificar a cualquier postura que no coincida con su antimperialismo decolonial, como ha pasado con quienes han osado criticar esos gobiernos que él defiende, como ha pasado con Aníbal Quijano, Rita Segato, Silvia Rivera Cusicanqui, Raúl Zibechi, María Galindo, Luis Tapia, Edgardo Lander, los cuales para él serían unos golpistas, derechistas y lacayos de Estados Unidos.

En consecuencia, para Grosfoguel todos ellos serían decoloniales coloniales, pseudoizquierdistas o intelectuales imperialistas, instalando la idea de que compartirían las mismas tesis de la Casa Blanca, además de supuestamente tener un discurso antiestatista y antiextractivista, como se lo mencionó en una entrevista al sociólogo argentino Atilio Borón (6).

Nada más lejos de la realidad, ya que nadie de ellos ha apoyado ningún golpe, ni pretendido que el Estado y el extractivismo desaparezca de un día a otro, solo son miradas críticas a nivel estructural y que nos plantean transiciones sostenibles ante la crisis de la civilización que nos encontramos, por lo que no tienen por qué repetir discursos simplistas y dicotómicos, que solo benefician a ciertos gobiernos y no a la vida de los pueblos.

Dicho todo lo anterior, me cuesta mucho entender el porqué de la incondicionalidad de Grosfoguel con ciertos gobiernos y hasta organizaciones como Hamás, así como también de su celebración acrítica de la expansión de los BRICS y de un supuesto mejor mundo multipolar para todas y todos, cuando lo que estamos viendo justamente son procesos autoritarios y de pérdida de derechos, tanto por izquierda como por derecha.


Andrés Kogan Valderrama

Sociólogo
Diplomado en Educación para el Desarrollo Sustentable
Magíster en Comunicación y Cultura Contemporánea
Con cursos de Doctorado en Estudios Sociales de América Latina
Profesional de la Municipalidad de Ñuñoa
Integrante de Comité Científico de Revista Iberoamérica Social
Director del Observatorio Plurinacional de Aguas www.oplas.org

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