Se puede decir que el pensamiento es una operación intelectual de carácter individual que se produce a partir de procesos de la razón, además, son ideas que elabora la mente, voluntariamente a partir de un orden racional, o involuntariamente a través de un estímulo externo.
En los últimos años, algunos autores manifiestan que nuestro pensamiento influye positiva o negativamente en el desarrollo diario de nuestra vida, en lo personal, laboral, las relaciones interpersonales e incluso en algo tan importante como la salud física y mental. Por ello, es fundamental generar más pensamientos positivos Que potencien el desarrollo de emociones que nos ayudan a sentirnos bien. Con el fin de aumentar la autoconciencia, seguridad y confianza en uno mismo.
En la vida cuando pensamos en nuestro desarrollo personal y profesional nos gusta imaginarnos siendo exitosos, el pensamiento de un gran éxito es emocionante. Sin embargo, pensar en salir de la zona de confort donde tenemos seguridad puede ser intimidante. Y francamente, paralizante. Pero eso mismo que nos protege también puede causarnos daño. Acomodarnos también significa estancarnos, no buscar nuevos estímulos, nuevos retos. Por eso es importante ser valiente, olvidarse del miedo a lo desconocido y salir de esa zona de confort para buscar nuevas emociones y nuevos aprendizajes.
Por lo anterior, cuando queremos enfocarnos en nuestro objetivo y salir a buscar el éxito, nuestro primer paso debe ser enfocar nuestros pensamientos en lo que queremos ser y hacer; alimentando un gran ¿Para qué?, que nos ayude traer enfoque y energía. De igual forma debemos empezar a desarrollar grandes hábitos saludables que nos permitan tener la disciplina de construir día a día y paso a paso nuestro camino al éxito.
Empezar a pensar en la posibilidad de alcanzar la meta es una decisión que nos puede acercar al éxito, sin embargo, creo que hay 3 formas de pensamiento de posibilidades, en la que nos podemos quedar atrapados, o que podemos resolver: 1) Nada es posible. 2) Algo es posible. 3) Todo es posible. Para algunas personas, nada es posible, porque ellos no piensan en términos de posibilidades, no toman acción alguna y, por supuesto, nada pasa, tal y como lo pensaron. Para muchos, algo es posible, porque creen en el poder del pensamiento de posibilidades. Creen que, si piensan que algo sucederá, probablemente suceda. El problema es que entienden que pensar en posibilidades es lo único que tienen que hacer y ahí se quedan, debido a que no toman las acciones adecuadas. Para algunos otros, sin embargo, pasan grandes cosas ¿Por qué? Porque estas personas piensan que todo es posible, lo quieren con la suficiente energía y están dispuestos a realizar lo que sea necesario para obtenerlo.
Cuando tenemos Grandes Metas, con un Gran ¿para qué? motivándonos, empezamos a pensar en posibilidades y a creer que todo es posible, nuestro próximo paso es iniciar a hacer planes y enfocarnos a que éstos sucedan. Desarrollar modelos y estrategias nos ayuda a traer enfoque a las acciones aun y cuando no estemos tan encaminados, ayudan a sacar las acciones al proceso de toma de decisiones de forma que cada día nuestra labor esté clara. Debemos ser conscientes de que podemos fallar muchas veces al intentar lograr algo, pero esto hará parte de nuestro aprendizaje, LAS FALLAS SUCEDEN. La buena noticia es que las fallas a lo largo del camino no representan un fracaso total y nunca deberían interponerse a menos que nosotros se lo permitamos.
Así que nunca aprobemos que el miedo al fracaso nos congele y lleve a la inacción. Muy pocas cosas buenas nos pueden suceder mientras estemos inactivos. Por el contrario que el miedo al fracaso nos motive a tomar acciones decisivas y creer profundamente que el crecimiento y el éxito frecuentemente llega a través de la persistencia y el entusiasmo.
Comentar