El piloto de Bicicletas eléctricas en el ITM, sede Fraternidad, en el barrio Bostón de Medellín, beneficia diariamente a 42 estudiantes en promedio, que viven en diferentes barrios y municipios del Valle de Aburrá, y que recorren en promedio 20 kilómetros diarios desde sus hogares hasta el claustro universitario.
Simón Villa, estudiante de Costos y presupuestos, que vive en el barrio Manrique, dice que el uso de la bicicleta le ayuda a ahorrar tiempo “el recorrido en bus era de una hora o un poco más, en la bicicleta eléctrica gasto 20 minutos, además, me ahorro en promedio 160.000 pesos mensuales que gastaba en pasajes».
Dana Solís es una mujer que cautiva con su sonrisa, es estudiante de Contaduría pública y vive en el barrio Santa Cruz de Medellín, “la bicicleta eléctrica es muy buena porque la zona en donde vivo es muy inclinada, y pedalear se hace más fácil, llega uno más rápido a la casa y a la universidad».
Violeta Cardeño llega siempre muy puntual a clases, estudia Automatización de datos, y le apuesta a la movilidad sostenible, realiza sus recorridos diariamente desde el barrio Santa Cruz y es una de las usuarias más fieles de las bicicletas eléctricas.
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