Cuántos se hacen la pregunta: ¿Quién ronda por el pueblo?, ¿Cuántos conocen el valor anual del presupuesto municipal? ¿Quiénes se preocupan de los ingresos y egresos del fisco municipal? ¿Quiénes conocen en qué se invierten los ingresos corrientes del municipio? ¿En cuáles bancos tiene cuentas el municipio y quienes firman los cheques? ¿Quiénes hacen el presupuesto municipal? ¿Qué concejales hacen parte de la comisión de presupuesto municipal? Tantas preguntas, pocas personas, del pueblo preguntan y solo se ven cifras, en una cartilla de logros y avances del plan de desarrollo municipal.
Teniendo presente, 965 municipios de Colombia son de categoría quinta y sexta, eso quiere decir, anualmente, cada municipio, puede manejar un presupuesto entre: doce mil millones a dieciocho mil millones de pesos colombianos, en un solo año, de los cuales se deben asegurar los gastos corrientes y las inversiones en proyectos y programas. Eso se puede traducir, en 70 municipios se recogerían los 70 mil millones del contrato del ministerio de las TIC. Lo curioso y simpático de todo el entramado, es que no se lee nada de haber relacionado municipios, con el contrato y supuestamente, los beneficiados serían veredas y corregimientos apartados de las zonas urbanas de una cantidad significativa de pueblos de la quebrada geografía nacional.
Los municipios colombianos están disfrutando en su gran mayoría de los alcaldes elegidos en octubre de 2019, pocos casos registran elecciones atípicas, caso por covid-19. Ninguna revocatoria ha salido y solo se registra Antioquia con gobernador encargado, la salida del país de Carlos Caicedo. La activación económica local se ha venido recuperando y en los municipios se han instalado, en su gran mayoría, los toldos para los fines de semana, sábado y domingo, salen los emprendedores a ofrecer los productos de cosecha y los que transforman materia prima con la venta de: tamales, empanadas, quesos, cuajada, plátano, yuca, ñame y la tradicional morcilla, arepas y chorizos.
Tal parece que los municipios, los están rondando, los que esperan los contratos, los que están ayudando a pensar cómo quemar el presupuesto municipal, los que hacen parte de la nómina de la contratación, los que están pendientes de las regalías y de otras tantas maneras de invertir el presupuesto municipal. ¿Quién ronda por el pueblo?
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